Nosotros trabajamos
para Dios. Por eso les rogamos que no menosprecien el amor que Dios les ha
demostrado. Dios dice en la Biblia: Cuando llegó el momento de mostrarles mi
bondad, fui bondadoso con ustedes, cuando necesitaron salvación, yo les di
libertad. ¡Escuchen! Ese momento oportuno ha llegado. ¡Hoy es el día en que
Dios puede salvarlos!
No queremos que nadie
critique nuestro trabajo. Por eso tratamos de no dar mal ejemplo. En todo lo
que hacemos, demostramos que somos servidores de Dios, y todo lo soportamos con
paciencia. Hemos sufrido y tenido muchos problemas y necesidades. Nos han dado
latigazos. Nos han puesto en la cárcel, y en medio de gran alboroto nos han
maltratado. Hemos trabajo mucho. Algunas veces no hemos dormido ni comido. A
pesar de todo eso, nuestra conducta ha sido impecable. Conocemos la verdad,
somos pacientes y amables, el Espíritu Santo está en nuestras vidas, y amamos
de verdad. Con el poder que Dios nos da, anunciamos el men:saje verdadero.
Cuando tenemos dificultades, las enfrentamos, y nos defendemos haciendo y
diciendo siempre lo que es correcto.
A veces nos respetan
y nos tratan bien, pero otras veces nos desprecian y nos maltratan. Unas veces
hablan bien de nosotros y otras veces mal. Aunque decimos la verdad, nos llaman
mentirosos. Aunque nos conocen muy bien, nos tratan como a desconocidos.
Siempre estamos en peligros de muerte, pero todavía estamos vivos. Nos
castigan, pero no nos matan. Parece que estamos tristes, pero en realidad
estamos contentos. Parece que somos pobres, pero a muchos los hacemos ricos.
Parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.
Queridos hermanos de
la iglesia de Corinto, les hemos hablado con toda sinceridad, y con el corazón
abierto. Nosotros los amamos mucho, pero ustedes no nos corresponden con el
mismo amor. Amor con amor se paga. Por eso, como si fuera su padre, les
suplico: ¡Aménme como los amo yo!
No participen en nada
de lo que hacen los que no son seguidores de Cristo. Lo bueno no tiene nada que
ver con lo malo. Tampoco pueden estar juntas la luz y la oscuridad. Ni puede
haber amistad entre Cristo y el diablo. El que es seguidor de Cristo no llama
hermano al que no lo es. Nosotros somos el templo del Dios vivo. Si Dios está
en nosotros, no tenemos nada que ver con los ídolos.
Dios mismo dijo:
Viviré con este pueblo, y caminaré con ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi
pueblo. Por eso, el Señor también dice: Apártense de ellos. No toquen nada
impuro, y yo los aceptaré. Yo seré para ustedes como un padre, y ustedes serán
para mí como mis hijos y mis hijas. Esto afirmo yo, el Dios todopoderoso.
Aquí puedes darte
cuenta que es prioridad que el hombre busque a Dios, pues Dios es bondadoso y quiere
que el hombre se aparte del pecado y le
ha dado libertado, pero también es necesario que su manera de vivir sea apegada a la Palabra de
Dios para que adquiera sabiduría y, a pesar de las dificultades, las enfrente y
siempre haga lo correcto.
Por lo tanto, el
hombre regenerado debe mostrar una conducta intachable, hace siempre lo
correcto pues es el templo del Dios vivo y el Espíritu de Dios vive en él y entonces, el
hombre puede transmitir el mensaje de Dios.
Así pues, el servidor
de Dios siempre está alegre, es paciente
y está satisfecho con lo que tiene y lo más importante, el hombre da amor a los
demás, y al ser seguidor de Cristo pone su confianza en el Señor Jesucristo y espera que Dios lo acepte como su hijo.
Con Alta Estima,
No hay comentarios:
Publicar un comentario