Es importante que el
ser humano reconozca a Dios como juez supremo, El será el Juez final y su
juicio satisfará todas las demandas de la justicia, siendo la base del justo
juicio de Dios, que será en cada caso, la evidencia de la vida de cada persona
juzgada. Por lo que es necesario que cada persona se comporte con prudencia
para gozar del favor de Dios y de los hombres.
Así pues, Bildad respondió, ¡hablemos menos y pensemos más;
entonces podremos conversar! Job cree que somos tontos, nos trata como si
fuéramos animales. Tan enojado está que él mismo se despedaza; ¡pero eso no
cambia nada! La vida delos malvados es como lámpara que se apaga; es como la
luz de una casa, que de pronto deja de alumbrar. Sus pasos van perdiendo
fuerza; caen en su propias trampas, y allí se quedan atrapados. El miedo y el
desastre los siguen por todas partes; ¡no los dejan ni un momento! La
enfermedad y la muerte les devoran todo el cuerpo. La muerte los arranca de la
tranquilidad del hogar; en su casa hay olor a azufre porque el fuego la
consume. Los malvados son como un árbol, al que se le secan las raíces y se le
marchitan las ramas. Nadie se acuerda de
ellos; son lanzados a la oscuridad y su fama queda en el olvido. En el pueblo
donde vivía, no les queda ningún pariente. De un extremo al otro de la tierra,
la gente se asombra y se asusta al saber cómo acabaron. Así terminan los
malvados, los que no reconocen a Dios.
Job respondió: Tanta palabrería de ustedes me atormenta y me
lástima; ¿cuándo van a dejarme en paz? Una y otra vez me insultan sin
compasión. ¡Debería darles vergüenza! Aun cuando yo haya pecado, eso no les
afecta. Lo que ustedes realmente quieren es sentirse mejores que yo; se
aprovechan de verme humillado para lanzarme sus ataques. Pero voy a decirles
algo: es Dios quien me hizo daño, ¡es Dios quien me tendió una trampa! A gritos
pido ayuda, pero nadie me responde, ni conoce la justicia. Dios no me deja
pasar, me tiene cerrado el camino. Me quitó mis riquezas; me dejó como a un
árbol destrozado y sin raíces.
Dios ha hecho que me abandonen mis amigos y mis hermanos;
también ha hecho que me olviden mis parientes y conocidos. Los que antes comían
en su mesa, hoy me ven como a un extraño; ¡aun las jóvenes que me servían ahora
dicen que no me conocen! Pido que mis esclavos me sirvan, y ni con ruegos me
atienden…Amigos míos, ¡tengan lástima de mí! Dios se ha vuelto mi enemigo, no
hagan ustedes lo mismo. ¡Cómo quisiera que mis palabras quedarán grabadas para
siempre en una placa de hierro! Yo sé que mi Dios vive, sé que triunfará sobre
la muerte, y me declarará inocente. Cuando mi cuerpo haya sido destruido, veré
a Dios con mis propios ojos. Estoy seguro de que lo veré, ¡con ansias espero el
momento! Ustedes solo piensan en perseguirme, pues creen que soy culpable; pero
tengan mucho cuidado. Dios es el juez de todos nosotros; cuando él los juzgue,
los castigará con la muerte.
Entonces Zofar le respondió a Job: Lo que acabo de escuchar
me deja muy confundido. Es un insulto a mi inteligencia, y me veo obligado a
responderte. Desde que Dios creó al hombre y lo puso en este mundo, la alegría
de los malvados no dura mucho tiempo. Eso lo sabes muy bien. Son tan orgullosos
que piensan que pueden tocar el alto cielo, pero no son más que basura, y como
basura desaparecerán; serán como un sueño que se olvida: un día se irán para
siempre, y nadie volverá a encontrarlos; ¡sus amigos no volverán a verlos, ni
sabrán qué pasó con ellos! La fuerza de su juventud se irá con ellos al
sepulcro, y sus hijos tendrán que repartir entre la gente pobre todas las
riqueza que acumularon.
Ellos creen que la maldad es dulce como un caramelo, y la
siguen saboreando, pues no quieren renunciar a ella. Pero la maldad que hoy los
alimenta, mañana será su veneno. ¡Dios los obligará a devolver todas las
riquezas que se robaron! Su maldad es como venenos de víboras, que acabará por
matarlos. Se adueñan de casas que nunca construyeron, y dejan sin nada a los
pobres. Pero no llegarán a disfrutar de tanta riqueza y prosperidad, ni podrán
saborear plenamente lo que sus negocios produzcan.Fueron tan ambiciosos que
nunca estuvieron contentos; a pesar de tener tanto siempre quisieron tener más;
por eso su bienestar no durará mucho tiempo. Aunque tengan abundancia, siempre
vivirán angustiados; ¡sobre ellos caerá todo el peso de la desgracia!...
Job le respondió a Zofar: Para mí sería un gran consuelo que
me prestaran atención. Tengan paciencia mientras hablo, y una vez que haya
terminado, podrán reírse si quieren. Si he perdido la paciencia es porque mi
reclamo es contra Dios. Pónganme atención, y quedarán asombrados. ¡No entiendo
por qué los malvados viven tanto y ganan tanto dinero! Mientras más pienso en
eso, más me asusto y me da escalofríos. Como Dios nunca los castiga, no tienen
miedo de nada; viven tranquilos en sus casas, viendo progresar a sus hijos y
crecer a sus nietos… Durante toda su vida, los malvados gozan de gran
bienestar, y al final tienen una muerte tranquila, se mantienen alejados de
Dios, porque no quieren obedecerlo. No creen estar obligados a respetar al Dios
todopoderoso ni a dirigirle sus oraciones. Se creen dueños de su felicidad,
pero yo no pienso como ellos…
A Dios nadie le enseña nada; él es el juez de todos, ¡aun de
la gente más importante! Algunos mueren en plena juventud, gordos y llenos de
vida. Otros mueren amargados y sin haber disfrutado de nada, ¡pero unos y otros
mueren, y en la tumba se llenan de gusanos! Me imagino lo que piensan: ustedes
quieren hacerme daño. De seguro se preguntan: ¿dónde quedaron los palacios que
tenía ese rico malvado? ¡Pregunten a los viajeros! ¡Presten atención a sus
relatos! Los malvados siempre se libran del castigo de Dios. Nunca nadie los
reprende, nunca nadie les da su merecido; y cuando se mueren, mucha gente va al
entierro. Luego hacen guardia en su tumba, ¡y la tierra los recibe con cariño!
¿Y todavía esperan consolarme con sus palabras sin sentido? ¡Es falso todo lo
que han dicho!
Sabes, es necesario que cada persona desarrolle algunas
cualidades a lo largo de su camino, la sencillez es primordial en su
comportamiento en contraste con sus rectas intenciones, firmeza en sus
convicciones ya que manifiesta valores como ser humano, nobleza, humildad,
sinceridad, lealtad consigo mismo y sobre todo prudencia, por lo que es urgente
hacer cambios y sólo con Dios en tu vida puede iniciarse esa transformación para lograr ser una persona
de gran corazón, pues el carácter del hombre tiene su exacta medida en la forma
como se comporta con su prójimo.
Con Alta Estima,