Sabes, el término sacerdote
significa aquel que es santo o apartado de Dios. Jesús es el más grande
que cualquier otro sacerdote. Así también, Jesús es llamado Sumo Sacerdote, El
se hizo hombre a fin de sufrir la muerte, ofreció un sacrificio, se ofrece a sí
mismo por nuestros pecados y así cumplir en obediencia a su Padre y a la ley de
Dios, y servir como nuestro Sumo Sacerdote y eso te da la confianza para
acercarte y puedas entender un poco mejor el corazón de Dios y entender que el propósito de Dios era que cada
persona tenga una relación íntima con él y el sacerdocio respondía a esa
necesidad interna del ser humano.
Tiempo después, durante el reinado de Artajerjes, llegó a Jerusalén un
hombre llamado Esdras, que era descendiente de Aaron, el primer sacerdote de
Israel. Sus antepasados fueron, Seraías, Azarías, Hilquías, Salum, Sadoc,
Ahitub, Amarías, Azarías, Meralot, Zeraías, Uzí, Buquí, Abisúa, Finees,
Eleazar. Esdras era un sacerdote y un maestro que conocía muy bien la ley que Dios
había dado por medio de Moisés, la estudiaba constantemente, la obedecía y la
enseñaba a los judíos. Dios había hecho que el rey Artajerjes le diera a Esdras
todo lo que él pidiera, así Esdras logró salir de Babilonia , llegó a Jerusalén
el día primero del mes de Ab del séptimo año del reinado Artajerjes. Lo
acompañaba un grupo de judíos, entre los que había sacerdotes, sus ayudantes,
cantores, guardianes y servidores del templo de Dios.
Esdras llevaba una carta del rey Artajerjes que decía así, El gran rey Artajerjes, saluda al sacerdote
Esdras, maestro de la ley del Dios Todopoderoso, cualquier judío que esté en mi
país y quiera acompañarte a Jerusalén, puede hacerlo, incluyendo a los
sacerdotes y sus ayudantes. Yo junto con mis siete consejeros, te envío a
Jerusalén para averiguar si se está obedeciendo la ley de Dios que tú conoces,
lleva también todo el oro y la plata que puedas conseguir en toda la provincia
de Babilonia, más las ofrendas que la gente y los sacerdotes den
voluntariamente para el templo.
Esdras, tu Dios te ha dado muchos conocimientos, úsalos para nombrar
gobernantes y jueces que conozcan la ley de tu Dios y gobiernen con justicia a los habitantes de la provincia
al oeste del río Eufrates, el castigo inmediato para cualquiera que no obedezca
la ley de tu Dios y las órdenes del rey podrá ser una multa, la cárcel, la
expulsión de su país e incluso la muerte.
Al leer la carta, Esdras dijo, doy gracias a Dios de nuestros
antepasados, que puso en el rey el deseo de devolverle al templo de Dios su
belleza, Dios hizo que el rey y sus consejeros me trataran bien, y me dio ánimo
para convencer a muchos jefes judíos de que regresaran conmigo a Jerusalén, al
pasar lista encontré que no había entre ellos ningún ayudante de la tribu de
Leví, les ordené que fueran a ver a Idó, jefe del lugar llamado Casifiá, y les
pidieran a él y a sus compañeros que nos enviaran servidores para el templo de
nuestro Dios, ya que ellos tenían experiencia en ese trabajo. Gracias a Dios,
nos mandaron a Sebebías, y a sus hijos y hermanos, en total nos mandaron a
dieciocho personas. Sebebías era un hombre muy capaz, un hombre de la tribu de
Leví, también nos enviaron a Isaías y a Hasabías , y a sus hijos y hermanos,
que descendían de Merarí.
Despuésde esto nos reunimos junto al río de Ahavá, y allí mismo ordené
que hiciéramos un ayuno para humillarnos ante nuestro Dios, y así pedirle que
protegiera a nuestras familias y pertenencias durante el regreso a Jerusalén.
Me daba vergüenza pedirle al rey que mandara soldados de caballería para
protegernos contra el enemigo en el camino, pues le habíamos dicho al rey que
Dios cuida a todos los que le adoran, pero los que se apartan de él tendrían
que soportar todo su enojo. Así que ayunamos y oramos a Dios pidiéndole que nos
cuidara y él nos escuchó. Nuestro Dios nos cuidó en el camino, pues nos libró
de enemigos y de bandidos. Al cuarto día fuimos al templo de nuestro Dios,
pesamos la plata, el oro y los utensilios, y entregamos todo al sacerdote
Meremot hijo de Urías, luego entregaron la orden del rey a los gobernadores y
asistentes de la provincia al oeste del río Eufrates, quienes entonces apoyaron
al pueblo y al templo de Dios.
Sería importante que en cada familia, el padre realice el sacerdocio y responsable
espiritual de los suyos, que los proteja y sepa marca límites que eviten
sufrimientos innecesarios en el futuro, solo el hombre no lo puede hacer, debe
estar apegado a la Palabra y en obediencia a las enseñanzas de Jesucristo y
depender de El para que cada integrante esté bajo la cobertura de Dios.
Con Alta Estima,
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