sábado, 24 de agosto de 2013

La decisión...

Sabes, el término “decisión” significa resolución o determinación acerca de algo dudoso. Firmeza de carácter. A veces, el ser humano no entiende el propósito de Dios, pero lo esencial es confiar y obedecer para agradar a Dios y poder servirle y, lo puedes ver en el caso de Ester, Dios la puso en la Corte de un rey que era pagano, para que ella llegara a ser el instrumento para salvar a los judíos.

Así pues, un día, mientras las jóvenes se reunían en la otra sección de la casa de las mujeres, Mardoqueo se sentó a la entrada del palacio real y escuchó hablar a dos oficiales del rey que vigilaban la entrada del palacio, eran Bigtán y Teres, que estaban muy enojados con el rey y hacían planes para matarlo. Al oir esto, Mardoqueo fue a decírselo a la reina Ester, y ella se lo dijo al rey. El rey mandó investigar el asunto, y cuando se comprobó que era cierto, ordenó que esos dos hombres fueran ahorcados.

Tiempo después, el rey Asuero nombró jefe de gobierno a Amán hijo de Hamedata, que era descendiente de Agag; además, el rey ordenó que dos sus sirvientes se arrodillaran e inclinarán su cabeza ante Amán, en señal de respeto, pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni inclinaba su cabeza, así que los sirvientes del palacio le preguntaron por qué no obedecía la orden del rey, varias veces le hicieron la misma pregunta, pero él no les hacía caso.

Después de unos días, los sirvientes se lo contaron a Amán, querían ver si Mardoqueo se atrevería a decirle lo que ya les había dicho a ellos, es decir, que no obedecía esa orden porque era judío. Cuando Amán se enteró de que Mardoqueo no se arrodillaba ni inclinaba su cabeza ante él, se enfureció. Y al saber que Mardoqueo era judío, decidió castigarlo a él y destruir a todos los judíos que vivían en el reino de Asuero.

Asuero ya tenía doce años de reinar. En el mes de Abib de ese año, Amán echó suertes para saber en qué fecha debía llevar a cabo su plan, y le salió el mes de Adar, entonces Amán le dijo al rey Asuero; Majestad, en su reino vive gente de otra raza, se le encuentra uno por todos lados, tienen leyes diferentes y no obedecen las órdenes de Su Majestad, no es conveniente dejarlos vivir en el reino. Si a su Majestad le parece bien, y ordena que sean destruidos, yo daré trescientos treinta mil kilos de plata a los administradores del tesoro del reino.

El rey se quitó de su mano el anillo con el sello real, se lo dio a Amán, el enemigo de los judíos, y le dijo: puedes quedarte con tu dinero, haz con esa gente lo que te parezca. El día trece del mes de Abib el rey llamó a sus secretarios para que escribieran las órdenes de Amán y las enviaran a sus asistentes, a los gobernadores de todas las provincias, y a todos los jefes del país. Estos documentos fueron enviados a cada provincia y pueblo del reino en el idioma que entendían, y debidamente firmados y sellados por el rey Asuero, en ellos se ordenaba que el día trece del mes de Adar se destruyera por completo al pueblo judío. En cada provincia se publicó una copia del documento para que toda la gente se pudiera preparar para ese día. Ese documento también fue publicado en Susa. Los mensajeros salieron rápidamente con el documento, y la noticia dejó confundidos a todos en la ciudad.

Cuando Mardoqueo se enteró de lo que había pasado, rompió su ropa en señal de tristeza, y se puso ropa áspera y anduvo por la ciudad llorando amargamente y en voz alta. Llegó hasta la entrada del palacio del rey, pero no entró porque estaba prohibido entrar en el palacio vestido de esa manera. Cuando se conocieron las órdenes del rey en las distintas provincias, los judíos se pusieron muy tristes. Cuando las sirvientas y los guardias personales de la reina Ester le contaron lo que pasaba, también ella se puso triste y le envió ropa a Mardoqueo para que se quitara la ropa áspera pero él no quiso.

Luego Ester llamó a Hatac, uno de los guardias que el rey había puesto a su servicio, y le ordenó que fuera a preguntarle a Mardoqueo que le pasaba y Hatac fue hasta la plaza de la ciudad, que estaba frente a la entrada del palacio y allí le preguntó a Mardoqueo que le pasaba, y Mardoqueo le dijo que Amán había prometido entregar mucho dinero a la tesorería del rey, a cambio de la destrucción de los judíos, le dio una copia del documento publicado en Susa y le pidió que le dijer a Ester que fuera a ver al rey y le suplicara no destruir a su pueblo y ella a su vez le dio este mensaje para Mardoqueo, hace ya treinta días que el rey no me llama, todos los sirvientes del rey y los habitantes de este país saben que nadie puede presentarse ante el rey sin ser llamado, pues eso se castiga con la muerte y esa persona es perdonada sólo si el rey le señala con su cetro de oro. Cuando Mardoqueo recibió el mensaje de Ester, le mandó esta respuesta, no te vas a salvar sólo porque estás en el palacio, si no te atreves a hablar en momentos como éste, la liberación de los judíos vendrá de otra parte, pero tú y toda tu  familia morirán. Yo creo que has llegado a ser reina para ayudar a tu pueblo en este momento.

Entonces Ester le mandó esta respuesta a Mardoqueo, reúne a todos los judíos que se encuentren en Susa, y ayunen por mí, no coman ni beban durante tres díaj, también mis sirvientas y yo ayunaremos. Después de eso, me presentaré ante el rey, aunque la ley no lo permita, y si tengo que morir, moriré.

De esto puedes darte cuenta que es necesario estar apegado a las enseñanzas de Dios para que tu lucha diaria personal te conduzca a un crecimiento espiritual, a desarrollar una carácter firme y así tomar las decisiones correctas que edifiquen tu vida y de los que están a tu alrededor.


Con Alta Estima,

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