martes, 31 de diciembre de 2013

No habrá nadie que haga daño…


 Si de un tronco viejo sale un retoño, también de la familia de David saldrá un nuevo rey. El espíritu de Dios estará sobre él y le dará sabiduría, inteligencia y prudencia. Será un rey poderoso, y conocerá y obedecerá a Dios. No juzgará por las apariencias, ni se guiará por los rumores, pues su alegría será obedecer a Dios. Defenderá a los pobres y hará justicia a los indefensos. Castigará a los violentos, y hará morir a los malvados. Su palabra se convertirá en ley. Siempre hará triunfar la justicia y la verdad.

Cuando llegue ese día, el lobo y el cordero se llevarán bien, el tigre y el cabrito descansarán juntos, el ternero y el león crecerán uno junto al otro y se dejarán guiar por un niño pequeño. La vaca y la osa serán amigas, sus crías descansarán juntas, y el león y el buey comerán pasto juntos. El niño jugará con la serpiente y meterá la mano en su nido. En la Jerusalén de aquel día no habrá nadie que haga daño, porque todos conocerán a Dios, y ese conocimiento llenará todo el país, así como el agua llena el mar.

Cuando llegue ese día, subirá al trono un descendiente de David, y juntará a todas las naciones. Su país alcanzará la fama y el poder. Entonces, Dios hará que vuelva todo su pueblo dispersado en los países de: Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar, Hamat, y las islas del mar. Reunirá a las naciones y a los refugiados de Israel y de Judá, que fueron esparcidos por todo el mundo. Ya no habrá celos entre Israel y Judá, ni tampoco serán enemigos. Juntos atacarán a los filisteos que viven en la costa del Mediterráneo. Juntos atacarán a los edomitas, moabitas y amonitas, que viven al otro lado del río Jordán.

Dios secará el Mar de los Juncos. Enviará un viento caluroso sobre el río Eufrates, y lo dividirá en siete arroyos para lo puedan cruzar a pie. Así como hubo un camino para Israel cuando salió de Egipto, habrá un camino de regreso para los que hayan quedado en Asiria.

Sabes el hombre que teme a Dios habrá hallado la sabiduría y por ende el ser humano actuará con justicia y amor en la tierra pues se llenará del conocimiento de Dios y entonces el hombre menguará la envidia ya que reflexionará sobre sus deseos más profundos, lo más obscuro de sus sentimientos, pero aquel hombre que obedezca a Dios será parte del remanente fiel que encontrará el camino pues ha buscado a Dios. 



Con Alta Estima

lunes, 30 de diciembre de 2013

¿A quién le pedirán ayuda?...


¡Qué mal les va a ir a ustedes los que inventan leyes insoportables e injustas! ¡Ustedes no protegen a los débiles ni respetan los derechos de los pobres; maltratan a las viudas y les roban a los huérfanos! ¿Qué harán cuando Dios les pida cuenta de lo que hacen? ¡Qué harán cuando Dios  les mande el castigo que merecen? ¿A quién le pedirán ayuda? ¿Dónde esconderán sus riquezas? Porque ustedes serán humillados, llevados presos y asesinados. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se calmará; nos seguirá amenazando todavía.

Dios dice: Estoy muy enojado; por eso usaré al rey de Asiria para castigar a los que me ofenden. Le ordenaré que ataque a este pueblo malvado; que le quite sus riquezas y lo pisotee como al barro de las calles. Pero el rey de Asiria cree que no está bajo mis órdenes; más bien dice que todos los reyes siguen sus instrucciones. El no piensa más que en destruir y en arrasar a muchas naciones. A este rey no le importó si se trataba de Carquemis o de Cainó, de Hamat o de Arpad, de Samaria de Damasco; a todas estas ciudades las destruyó. Por eso dice: He vencido a muchas naciones con más dioses que Jerusalén y Samaria. Por eso destruiré a Jerusalén así como destruí a Samaria.

Dios hará lo que ha planeado hacer contra el monte Sión y Jerusalén. Y una vez que lo haya cumplido, castigará al rey de Asiria por su orgullo y su arrogancia. El rey de Asiria ha dicho: Yo soy muy inteligente. Todo lo hago con sabiduría y con mis propias fuerzas. Como un valiente, he vencido a muchos reyes. Me he adueñado de sus países y les he robado sus riquezas. He arrasado con toda la tierra. He dejado sin nada a los pueblos, como quien roba huevos de un nido; ¡nadie movió un dedo, nadie protestó!

Pero Dios dice: El rey de Asiria está equivocado, porque ni el hacha ni la sierra son más importantes que el hombre que las maneja. ¡Donde se ha visto que el bastón controle al que lo usa! Por eso el Dios todopoderoso mandará una enfermedad; una alta fiebre dejará sin fuerzas a ese rey y a todo su ejército. El Dios único y perfecto es nuestra luz, y se convertirá en una llama de fuego; en un solo día quemará al ejército de Asiria, como si fueran espinos y matorrales. Dios destruirá por completo la belleza de sus bosques y sus huertos. Quedarán tan pocos árboles, que hasta un niño los podrá contar.

Cuando llegue ese día, los pocos israelitas que se hayan salvado dejarán de confiar en  Asiria; volverán a confiar en Dios, el Dios santo de Israel. Sólo unos cuantos israelitas se volverán hacia el Dios de poder. Aunque ustedes, israelitas, sean tan numerosos como la arena del mar, Dios hará justicia, pues la destrucción ya está decidida; sólo unos cuantos se salvarán. Así lo ha resuelto el Dios todopoderoso; su decisión se cumplirá en el país.

Por eso, el Dios todopoderoso dice: Pueblo mío, que vives en el monte Sión, no les tengas miedo a los asirios. Ellos te golpean y maltratan como antes los hicieron los egipcios. Pero dentro de poco tiempo dejaré de estar enojado contigo. Mi enojo será contra los asirios a quienes destruiré por completo. Yo, el Dios todopoderoso, los voy a castigar; mostraré mi poder contra Asiria, como lo mostré contra Egipto; los destruiré como lo hice con Madián donde está la roca de Oreb. Entonces, yo, el Dios de Israel, los libraré de los asirios y de su terrible dominio.

El ejército asirio avanza por el lado de Rimón; llega hasta Alta, pasa por Migrón, y deja su equipaje en Micmás. Las tropas cruzan el desfiladero, y pasan la noche en Gueba. Tiembla de miedo la gente de Ramá, y se escapa la gente de Guibeá de Saúl. Se escuchan gritos de Bat Galim, de Laisa, y de Anatot. Se desbanda Madmená, se esconden los habitantes de Guebim. Hoy mismo los invasores asirios se detienen en Nob; dan la señal de atacar el monte Sión, la ciudad de Jerusalén.
¡Miren a los asirios! ¡Son como árboles en un bosque! El Dios todopoderoso los derriba con una fuerza terrible; a los más altos los corta, y los tira al suelo. ¡Dios derriba de un solo golpe los árboles más bellos del Líbano!


Sabes, es prioritario que el ser humano reconozca a Dios como el único Dios viviente y verdadero pero es necesario deje a un lado tanta arrogancia y apariencia que olvide a Dios y por el contrario es urgente que obedezca a sus mandatos, a vivir bajo su ley apegado a sus enseñanzas, actuando con justicia en todo momento.   


Con Alta Estima

sábado, 28 de diciembre de 2013

Su reino será invencible...


La tierra de Zabulón y Neftalí es una región de Galilea, cerca de donde habitan pueblos que no adoran a nuestro Dios. Esa región se extiende desde el otro lado del río Jordán hasta la orilla del mar. Hace mucho tiempo, Dios humilló a esa región de Galilea, pero después le concedió un gran honor, el cual Isaías anunció así:

Aunque tu gente viva en la oscuridad, verá una gran luz. Una luz alumbrará a los que vivan en las tinieblas. ¡Dios nuestro, tú nos has llenado de alegría! Todos nos alegramos en tu presencia, como cuando llega la cosecha, como cuando la gente se reparte muchas riquezas. Tú nos has liberado  de los que nos esclavizaron. Tu victoria sobre ellos fue tan grande como tu victoria sobre el pueblo de Madián. Tú echarás al fuego las botas de los soldados y sus ropas manchadas de sangre.

Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo: a ese niño se le ha dado el poder de gobernar; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de Paz. El se sentará en el trono de David, y reinará sobre todo el mundo y por siempre habrá paz. Su reino será invencible, y para siempre reinarán la justicia y el derecho. Esto lo hará el Dios todopoderoso por el gran amor que nos tiene.

Isaías le dijo al pueblo de Israel: Dios le ha advertido a Israel que lo va a castigar. Y todo el pueblo, incluyendo a los habitantes de Samaria, ha recibido esta advertencia. Pero todos dicen con mucho orgullo: No importa que hayan tirado los edificios de ladrillo; nosotros construiremos otros, y los haremos de piedra. Han derribado los árboles de sicómoro, pero nosotros plantaremos cedros. Dios ordenó que los atacaran unos enemigos terribles. Por el este, los atacaron los sirios; por el oeste, los filisteos. De un solo bocado se tragaron a Israel. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía.

El Dios todopoderoso castigó a su pueblo, pero este no se arrepintió, ni buscó su ayuda. Entonces Dios, en un solo día, eliminó a los líderes y jefes de Israel, y a sus profetas mentirosos. Los jefes engañaron a este pueblo, y confundieron a toda su gente. Por eso Dios perdonó a sus jóvenes, ni se compadeció de sus huérfanos ni de sus viudas. Porque todo el pueblo fue muy malo y sólo decía tonterías. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía. La maldad es como el fuego, que todo lo devora; no deja espinos ni matorrales, ni árboles en el bosque y el humo sube en grandes columnas.

Dios es el rey del Universo, y cuando se enoja todo el país queda destruido. Nadie se compadece de su hermano; se destruyen unos a otros, y aun así no quedan satisfechos. Las tribuis de Efraín y Manasés se pelean entre ellos, y luego los dos juntos atacan a Judá. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía.

Como puedes darte cuenta es urgente que el ser humano crea en Dios y lo acepte en su vida de manera que al estar en comunión con El le dará sabiduría y discernimiento para hacer lo correcto, que evite hablar tonterías pues esto provoca la ira del Dios todopoderoso. Por eso es importante que el ser humano busque la presencia de Dios en su vida para que sea llena de alegría y  de gozo, pues sólo Dios puede liberar al hombre de la esclavitud del pecado, El da la victoria por su gran amor a la humanidad.


Con Alta Estima,

viernes, 27 de diciembre de 2013

Confío en su bondad…


Dios me dijo: Isaías, quiero que llames al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías, para que sean testigos de lo que vas a hacer. Delante de ellos tomarás una tabla de arcilla grande y escribirás, con letras grandes y claras, el nombre Maher-salal-hasbaz, que significa “Ya viene la destrucción, ya están aquí los ladrones”. Tiempo después mi esposa y yo tuvimos un hijo. Entonces Dios me dijo: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz. Porque antes que el niño aprenda a decir “mamá” y “papá”, el rey de Asiria destruirá las ciudades de Damasco y Samaria, y se quedará con todas sus riquezas.

Luego Dios me volvió a decir: Yo soy tranquilo, como las aguas del estanque de Siloé. Pero esta gente de Judá me ha despreciado, pues tiene miedo de Resín y de Pécah, los reyes de Siria y de Israel. Por eso enviaré contra Judá al ejército de Asiria. Los asirios la atacarán y la destruirán, como cuando se inunda el río Eufrates, y el agua se desborda por todos sus canales cubriendo todo lo que se pone en su camino. Los enemigos asirios llegarán hasta Judá como cuando llega una gran inundación. Atacarán como un águila, que con sus alas extendidas, se lanza sobre toda la tierra. ¡Pero Dios está con nosotros!

¡Escuchen esto, naciones lejanas, de nada sirve que se preparen para la guerra! Aunque se armen hasta los dientes, quedarán aterrorizados y destruidos. De nada servirán sus planes, pues Dios los hará fracasar. Aunque llamen a la batalla, nadie les hará caso, pues Dios está con nosotros.

Dios me tomó fuertemente con su mano y me adivinó que no me comportara como los de Judá. También me dio este mensaje para ellos: No llamen “conspiración” a todo lo que la gente llama “conspiración”. A la gente le da miedo cuando los reyes se juntan para hacer planes de guerra. Pero ustedes no deben asustarse ni tener miedo. Yo soy el Dios todopoderoso y es a mí a quien deben adorar y temer. De lo contrario, será para ustedes como una trampa, en la que caerán todos los habitantes de Jerusalén. Seré como una piedra con la que tropezarán los dos reinos de Israel. Muchos tropezarán, caerán y morirán; muchos caerán en la trampa y quedarán atrapados.

Entonces Isaías les dijo a sus discípulos: Mantengan en secreto mis mensajes y las enseñanzas que les he dado. Dios está enojado con su pueblo, pero yo confío en su bondad, y en él he puesto mi esperanza. Dios vive en el monte Sión, y él me ha dado hijos para que juntos sirvamos de advertencia a su pueblo.

Seguramente la gente les dirá: Todos los pueblos consultan a sus dioses y les piden instrucciones o mensajes. Vayan ustedes y consulten a los brujos y adivinos, para que les digan qué va a suceder. ¡Pero no hagan caso, son puras tonterías! La gente irá de un lado para el otro, hambrienta y maltratada; el hambre los pondrá furiosos y maldecirán a su rey y a sus dioses. Mirarán por todas partes y sólo verán miseria y angustia. ¡Vivirán en la más terrible oscuridad! Sin embargo, no durarán para siempre su angustia y su dolor.

Así pues es esencial que el ser humano confíe y consulte a Dios en toda circunstancia y que camine por el sendero que El ha enseñado a través de sus mandamientos y, sabes es prioritario que el hombre despierte, que aprenda a vivir de acuerdo a su Palabra  para que la presencia de Dios reine en su vida.


Con Alta Estima,

jueves, 26 de diciembre de 2013

Cuando llegue ese día…


Resín, rey de Siria y Pécah, rey de Israel, se unieron para atacar a Ahaz, rey de Judá, que se encontraba en la ciudad de Jerusalén. Trataron de conquistar la ciudad, pero no lo consiguieron. En esta ocasión, el rey Ahaz y su familia se enteraron de que los sirios se habían aliado con los israelitas del norte. Al oír esto, el rey y el pueblo se pusieron a temblar de miedo, como tiemblan las hojas de los árboles cuando sopla el viento.

Entonces Dios le dijo a Isaías: Toma a tu hijo Sear-iasub y preséntate ante el rey Ahaz. Lo encontrarás cerca del canal que trae el agua del estanque superior. Ese canal está en el camino que va al Campo del Tintorero. Allí le dirás al rey lo siguiente: Ten cuidado, pero no te asustes, el rey Resín y el rey Pécah están furiosos, pero no les tengas miedo, pues no son más que un fuego que sólo echa humo y pronto se apaga. Ellos piensan hacerte daño; quieren invadir el territorio de Judá, conquistarlo y llenar de miedo a su gente.

Piensan poner como rey al hijo de Tabeel. Pero Dios ha dicho: ¡Eso no sucederá jamás! Damasco es tan sólo la capital de Siria y Resín no es más que su rey; Samaria es tan sólo la capital de Israel y Pécah no es más que su rey; Samaria es tan sólo la capital de Israel y Pécah no es más que su rey. Dentro de sesenta y cinco años Israel dejará de ser una nación. Pero si tú y tus oficiales no confían en mí, que soy el Dios de Israel, serán derrotados por completo.

Dios también dijo a Ahaz: Pídeme que haga un milagro que te sirva de señal. Puede ser algo que suceda en lo más profundo de la tierra, o en lo más alto de los cielos. Pero Ahaz le respondió: No pretendo poner a prueba a Dios pidiéndole una señal. Entonces Isaías dijo: Escuchen ustedes, los de la familia del rey de Judá: ¿No les basta con fastidiar a los hombres que también quieren molestar a Dios? Dios mismo les va a dar una señal: La joven está embarazada y pronto tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emanuel, es decir, Dios con nosotros. En sus primeros años de vida, el niño sólo comerá yogur y miel. Pero antes de que el niño sepa distinguir entre lo bueno y lo malo, serán destruidos los países de Resín y Pécah, a los que tú, Ahaz, tanto miedo les tienes.

Isaías continuó diciendo: Dios mandará contra Judá al rey de Asiria. El atacará a la familia del rey y a todo su pueblo. Sucederán cosas muy terribles, cosas que no se habían visto desde que el reino de Israel se separó del reino de Judá. Cuando llegue ese día, Dios llamara a los ejércitos egipcios, quienes vendrán como moscas; y a los ejércitos asirios, quienes vendrán como ovejas. Todos ellos vendrán a ocupar las cuevas y los valles, los matorrales llenos de espinas y los sitios donde toma agua el ganado. Cuando llegue ese día, el rey de Asiria castigará a Judá y la humillará por completo.

Cuando llegue ese día, quedarán con vida sólo unos pocos. Una vaca y dos ovejas bastarán para alimentarlos. Tendrán suficiente yogur y miel. Los viñedos que antes tenían mil plantas y valían mil monedas de plata se convertirán en matorrales llenos de espinos. Sólo se podrá entrar allí con arcos y flechas para cazar. Antes, se cultivaba el suelo de las colinas con un azadón. Pero cuando llegue ese día, habrá tantos matorrales y espinos que les dará miedo meterse en ellos. Sólo servirán para que pasten allí los bueyes y las ovejas.

Sabes, es necesario que el ser humano confíe en Dios en toda circunstancia, que esté apegado a la Palabra de Dios y obedezca sus mandamientos, de manera que el hombre le demuestre su amor con su obediencia y creyendo en sus promesas pues sólo El da seguridad.
No obstante, una señal que da Dios es el nacimiento del futuro rey, a quien llamará “Emanuel” que significa Dios con nosotros. Como puedes darte cuenta, es prioritario que el hombre deje a un lado su incredulidad y que su fe crezca ya que sólo Dios asegura  un futuro de paz y justicia.

Con Alta Estima,


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Toda la tierra está llena de su poder…


Yo, Isaías, vi a Dios sentado en un trono muy alto, y el templo quedó cubierto bajo su capa. Esto me sucedió en el año en que murió el rey Ozías. Vi además a unos serafines que volaban por encima de Dios. Cada uno tenía seis alas; con dos alas volaban, con otras dos se cubrían la cara, y con las otras dos se cubrían a la cintura para abajo. Con fuerte voz se decían el uno al otro: Santo, santo, santo es el Dios único de Israel, el Dios del universo; ¡toda la tierra está llena de su poder! Mientras ellos alababan a Dios, temblaban las puertas del templo, y este se llenó de humo.

Entonces exclamé: ¡Ahora sí voy a morir! Porque yo, que soy un hombre pecador y vivo en medio de un pueblo pecador, he visto al rey del universo, al Dios todopoderoso. En ese momento, uno de los serafines voló hacía mí. Traía en su mano unas tenazas, y en ellas llevaba una brasa que había tomado del fuego del altar. Con esa brasa me tocó los labios, y me dijo: Esta brasa ha tocado tus labios. Con ella, Dios ha quitado tu maldad y ha perdonado tus pecados. Enseguida oí la voz de Dios que decía: ¿A quién voy a enviar? ¿Quién será mi mensajero? Yo respondí: Envíame a mí, yo seré tu mensajero. Entonces Dios me dijo: Ve y dile a este pueblo: Por más que oigan, no van a entender; por más que miren, no van a comprender”.

Confunde la mente de este pueblo; que no pueda ver ni oír ni tampoco entender. Así no podrá arrepentirse, y yo no lo perdonaré. Entonces le pregunté: Dios mío, ¿por cuánto tiempo tendré que predicar? Dios me respondió: Hasta que todas las ciudades sean destruidas y se queden sin habitantes; hasta que en las casas no haya más gente y los campo queden desiertos; hasta que yo mande al pueblo fuera de su tierra, y el país quede abandonado.

Y si de cien personas quedan sólo diez, hasta esas diez serán destruidas. Quedarán como el tronco de un árbol, que recién ha sido cortado. Pero unos pocos israelitas quedarán con vida, y de ellos saldrá un pueblo obediente y fiel.

Sabes, el ser humano celebra a Dios Salvador pues El redimió a la humanidad al enviar a su único hijo Jesús y dar su vida para salvar a su pueblo, por lo que el hombre debe proclamar a otros lo que Dios hizo , la grandeza de su poder, y, lo más importante el hombre debe dar testimonio de su fe en todo lo que haga, siendo esencial  que el hombre busque la paz y libertad que sólo  da Dios.


Con Alta Estima,

martes, 24 de diciembre de 2013

Esperaba que hicieran lo bueno...



Dios dijo: Esta canción habla de una viña, y quiero dedicársela a mi pueblo. Mi amigo plantó una viña en un terreno muy fértil. Removió la tierra, le quitó las piedras y plantó semillas de la mejor calidad. Puso una torre en medio del terreno y construyó un lugar para hacer el vino. Mi amigo esperaba uvas dulces, pero sólo cosechó uvas agrias. Ahora, díganme ustedes, habitantes de Jerusalén y de Judá, digan quién tiene la culpa, si ustedes o yo. ¿Qué no hice por ustedes? Lo que tenía que hacer, lo hice. Yo esperaba que hicieran lo bueno, pero sólo hicieron lo malo.

Pues bien, ustedes son mi viña y ahora les diré lo que pienso hacer: dejaré de protegerlos para que los destruyan, derribaré sus muros para que los pisoteen. Los dejaré abandonados, y pasarán hambre y sed, y no los bendeciré. Mi viña, mi plantación más querida, son ustedes, pueblo de Israel; son ustedes, pueblo de Judá. Yo, El Dios todopoderoso, esperaba de ustedes obediencia, pero sólo encuentre desobediencia; esperaba justicia, pero sólo encuentro injusticia.

El profeta Isaías anunció seis amenazas contra Judá: ¡Qué mal les va a ir a ustedes! Compran casas y más casas, campos y más campos y no dejan lugar para nadie más. Se creen los únicos dueños del país. El Dios todopoderoso me ha prometido: Todas esas casas grandes y hermosas, serán destruidas y nadie podrá habitarlas. Tres hectáreas plantadas de uvas no darán más que un barril de vino; diez bolsas de semilla sólo producirán una bolsa de trigo.

¡Qué mal les va a ir a ustedes! Muy temprano empiezan a emborracharse, y todavía de noche siguen tomando. En sus fiestas se oye música de arpas, tambores y flautas, y abunda el vino. Ustedes nunca se fijan ni toman en cuenta todo lo que Dios ha hecho. Por eso, el pueblo y sus jefes serán llevados a un país extraño, y allí morirán de hambre y de sed. Les aseguro que las tumbas se abrirán para tragarse al pueblo y a sus jefes, porque se divierten haciendo el mal. El pueblo quedará humillado, y sus jefes agacharán la cabeza. Las ciudades serán destruidas, y ovejas y cabras comerán pasto entre sus ruinas. Así el Dios todopoderoso mostrará su grandeza y santidad cuando haga justicia.

¡Qué mal les va a ir a ustedes¡ El pecado los tiene atrapados! Para colmo, ustedes se animan a decir: Que Dios nos demuestre que cumplirá todo lo que ha prometido; que el Dios único y todopoderoso se apresure a cumplir su planes, para que podamos conocerlos.

¡Qué mal les va a ir a ustedes! Dicen que lo malo es bueno, y que las tinieblas son luz. También dicen que lo amargo es dulce.
¡Qué mal les va a ir a ustedes! ¡Se creen muy sabios y muy inteligentes!
¡Qué mal les va a ir a ustedes! ¡Para beber vino y mezclar licores son unos campeones! ¡Pero en realidad, son todos unos corruptos! Por dinero dejan en libertad al culpable, y no respetan los derechos del inocente. Rechazan la enseñanza del Dios santo de Israel; desprecian los mandamientos del Dios único y perfecto.
Por eso, así como el fuego quema la paja así también desparecerán ustedes: serán como plantas que se pudren de raíz y sus flores se convierten en polvo.

Por eso Dios se enojó con ustedes, que son su pueblo, y levantó su mano poderosa para castigarlos. Temblaron las montañas, y los cadáveres quedaron tirados como basura en las calles. Pero Dios sigue muy enojado, su mano está lista para seguir con el castigo.

Dios llama a una nación lejana para atacar a su pueblo. Los soldados de esa nación atienden pronto a su llamado. Son fuertes y no se cansan; están siempre alertas y listos para la guerra. Ya han preparado sus arcos, y han afilado sus flechas. Los cascos de sus caballos son duros como las piedras; las ruedas de sus carros avanzan con rapidez. Los soldados lanzan gritos de guerra; parecen leones feroces que arrastran la presa y se la llevan; ¡nadie se las puede quitar! En el momento indicado, esa nación atacará a Israel con la fuerza de un mar tormentoso. Entonces la tierra quedará envuelta en tinieblas, y la luz del día se perderá entre oscuros nubarrones. ¡Israel quedará muy angustiada!

Sabes, Dios espera que el hombre sea obediente, que de testimonio de su fe, que sea edificado a través de su Palabra  y muestre en todo momento una actitud de amor y justicia ante los demás, pues es lo  menos que el ser humano puede ofrecer a Dios en agradecimiento de sus bendiciones.


Con Alta Estima 

Protegeré a mi pueblo...



En aquel día quedarán tan pocos hombres, que siete mujeres se pelearán por uno de ellos. Las mujeres les dirán a los hombres: Si te casas conmigo yo me compraré mi propio pan y también mi propia ropa; por favor, cásate conmigo para que no muera de vergüenza.

Dios también dijo: No castigaré a todos. A los que deje con vida, les permitiré vivir en Jerusalén y serán llamados: pueblo elegido de Dios. ¡Cuando llegue ese día, haré que prosperen y vivan bien. Mi pueblo se pondrá orgulloso de los frutos que su tierra le dará. Cuando yo dicte sentencia y castigue a mi pueblo, perdonaré a los habitantes de Jerusalén de los crímenes que han cometido. Entonces protegeré a mi pueblo con una nube durante el día y una llama de fuego durante la noche. Así durante el día, los protegeré del calor, de la lluvia y de la tempestad.


Sabes, es necesario que el ser humano obedezca a Dios, y que la sociedad actual  viva apegada a los principios establecidos por El pues es urgente un cambio, un nuevo estilo de vida que evite los afanes del mundo, ese tremendo materialismo en que se vive hoy, el orgullo y tanta maldad que da como resultado un hombres alejado de Dios, en pocas palabras poco espiritual, que se deja llevar por los atractivos banales y por ende va directo a la aniquilación de la vida misma ya que el hombre no camina en rectitud. Y, por eso es prioritario que el hombre reflexiones y transforme su mente y su corazón,  pues Dios quitará su protección. ¡Urgente! Es prepararse y  guardar sus mandamientos para que el ser humano sea fortalecido por su Palabra y no padezca hambre, sino al contrario al buscar a Dios hallará la sabiduría,  evitará la violencia entre unos y otros, la falta de ética en todo lo que hace y así construirá una sociedad sana, bajo el sustento de Dios.



Con Alta Esitma,

domingo, 22 de diciembre de 2013

La vida se volverá tan difícil…


 Isaías advierte a los habitantes de Judá y Jerusalén: ¡Fíjense bien! El Dios todopoderoso dejará sin pan ni agua a Jerusalén y al reino de Judá. Dios hará que desaparezcan el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el capitán y el anciano, el rico y el consejero, el adivino y el artesano. Dios pondrá a niños y muchachos como jefes y gobernantes. La vida se volverá tan difícil que hasta entre amigos se atacarán. Los jóvenes insultarán a los viejos y los pobres a los ricos. Uno le dirá a su hermano: Sólo tú puedes gobernar sobre este montón de ruinas porque en casa de nuestro padre al menos tienes ropa que ponerte. Pero el otro le responderá: En mi casa no tengo comida ni ropa que ponerme. Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo; ¡yo no puedo arreglar este desastre!

Jerusalén se derrumba, el reino de Judá está en ruinas, porque allí todos ofenden a Dios. Todos ellos son culpables; ¡en la cara se les ve! Nadie esconde sus pecados; ni siquiera los disimulan. Se están portando igual que los habitantes de Sodoma. Nada bueno les espera; se están ganando su propio castigo. ¡Qué mal le irá al malvado! ¡Dios lo castigará por todo lo que ha hecho! En cambio, Dios bendecirá al obediente, y lo recompensará por su buena conducta.

Los gobernantes engañan a mi pueblo, y lo llevan por mal camino;  hasta las mujeres y los niños gobiernan y abusan de la gente. Dios está por juzgar a su pueblo. Lo llamará a juicio  y les dirá a sus líderes y jefes: Ustedes han destruido a mi pueblo querido. Han robado a los pobres y han guardado en sus casas todo lo que se robaron. ¡Con qué derecho abusan de mi pueblo y maltratan a los pobres? Yo, el Dios todopoderoso, les juro que así es.

Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén: Mujeres de Jerusalén, ustedes son tan orgullosas que andan con la cabeza levantada, miran a todos con desprecio, se menean al caminar y llaman la atención haciendo sonar los adornos que llevan en los tobillos. Pero yo las dejaré desnudas, con las cabezas peladas y llenas de llagas.

Mujeres de Jerusalén, llegará el día en que haré desaparecer todos los adornos que ustedes usan en las manos y en los pies, en la cara y en el cuello, en el pelo y en las orejas, en los dedos y en la cintura. También les quitaré sus perfumes y sus espejos, sus manos y sus bolsos son sandalias y sus finos vestidos.

Mujeres de Jerusalén, hoy andan perfumadas, mañana olerán mal: hoy usan cinturón, mañana usarán una soga; hoy se visten con ropa fina, mañana vestirán trapos viejos, hoy se ven muy hermosa, mañana estarán llenas de cicatrices; hoy se peinan con elegancia, mañana no tendrán nada que peinarse.

Dios también dijo: Los guerreros de Jerusalén morirán en el campo de batalla. La gente llorará y se pondrá de luto, y la ciudad quedará abandonada.

Sabes, es urgente e importante que el ser humano obedezca los mandamientos y se apegue a la Palabra de Dios y así evite ofenderlo con sus malas actitudes, que siga el camino correcto para que siempre le vaya bien pues Dios bendice al que le obedece y lo hará prosperar por su buena conducta. Y, es esencial que el hombre recuerde, ser humilde, no orgulloso ni vanidoso y mucho menos  despreciativo ante los demás pues no conoce que pasará en el futuro.


Con Alta Estima,  

viernes, 20 de diciembre de 2013

Dejen de confiar en su propio poder…


Este es el mensaje que Dios le dio a Isaías hijo de Amós, para el reino de Judá y la ciudad de Jerusalén.

En el futuro, el monte donde se encuentra el templo de nuestro Dios será el monte más importante. Allí vendrán muchos pueblos y gente de muchas naciones, y unos a otros se dirán: Subamos al monte de Sión, al templo del Dios de Israel, para que él mismo nos enseñe y obedezcamos sus mandamientos. Dios mismo será nuestro maestro desde el monte de Sión ¡desde la ciudad de Jerusalén! Dios mismo dictará sentencia contra naciones y pueblos lejanos, y ellos convertirán sus espadas en herramientas de trabajo. Nunca más nación alguna volverá a pelear contra otra, ni se entrenará para la guerra.

¡Vamos, pueblo de Israel, deja que Dios sea tu guía!

Isaías dijo: ¡Dios mío tú has abandonado a tu pueblo Israel! El país está lleno de adivinos, que ha venido de Asiria y de Babilonia.
Israel practica la brujería, igual que sus vecinos, los filisteos.  Israel hace negocios sucios con gente extranjera. Por eso se ha llenado de oro y plata, son muchos sus tesoros.
Israel se ha convertido en gran potencia militar, pues tiene muchos caballos y numerosos carros de guerra.
¡Israel está lleno de ídolos!
Todos adoran a dioses fabricados con sus propias manos. Esto es una vergüenza y una terrible desgracia; ¡no los perdones, Dios mío!

Israelitas, escóndanse entre las rocas, escóndanse en las cuevas, para que puedan escapar del poderoso y temible Dios. Los orgullosos bajarán la vista y agacharán la cabeza. Sólo el Dios todopoderoso será adorado, pues ya está cerca el día en que humillará a esos orgullosos. Cuando llegue ese día, Dios actuará contra aquellos que se creen muy importantes; se creen más grandes y altos que los cedros del monte Líbano y que los robles del valle de Basán. Dios actuará contra aquellos que se creen muy importantes; se creen más grandes y altos que las montañas y los cerros, más altos que las torres y más fuertes que las murallas. Se creen más ricos que un barco cargado de muchos tesoros.

Cuando llegue ese día serán humillados por completo los creídos y orgullosos. Cuando llegue ese día, Dios acabará con todos los ídolos, y solamente él será adorado. Cuando Dios decida castigarlos escóndanse entre las rocas, escóndanse en las cuevas, para que puedan escapar de Dios y de su terrible poder. Cuando llegue ese día, la gente tomará sus falsos dioses, esos ídolos de oro y plata que fabricaron con sus propias manos, y los arrrojarán a las ratas y a los murciélagos. Por eso, ¡dejen de confiar en su propio poder, porque tarde o temprano todos van a morir!

Sabes, el ser humano debe de aprender  los caminos del Señor, confiando en El pues es el único Dios verdadero,  y  así el hombre mostrará una actitud humilde y un corazón agradecido.  


Con Alta Estima,

jueves, 19 de diciembre de 2013

Se alejaron de mí…


Dios le habló al profeta Isaías hijo de Amós, y le dio varios mensajes para todos los israelitas que vivían en el reino de Judá. Esto sucedió durante los reinados de Ozías, Jotam, Ahaz y Ezequías.
Dios le dijo a Isaías: Tengo un pleito contra los israelitas, y el cielo y la tierra son mis testigos. El buey y el burro conocen a su dueño y saben quién les da de comer; pero a Israel, el pueblo que formé, le falta inteligencia, ¡se ha rebelado contra mí! ¡Todos ellos son pecadores y están llenos de maldad. Se alejaron de mí, que soy el Dios de Israel; ¡me abandonaron por completo! Han sido tan rebeldes, y los he castigado tanto, que ya no les queda un lugar sano. De pies a cabeza están cubiertos de heridas. Nadie se las ha curado ni vendado, ni les ha calmado los dolores con aceite. ¡Se han quedado sin fuerzas!

Israel está destruido, sus ciudades arden en llamas; ante la mirada de sus habitantes el enemigo se come sus cosechas. El país ha quedado desierto, pues un ejército enemigo lo atacó hasta destruirlo. Jerusalén se salvó de la destrucción, pero se ha quedado abandonada, tan sola como un guarda en un campo de melones; tan sola como una ciudad rodeada por enemigo. Si yo, el Dios todopoderoso, no hubiera salvado a unos pocos, Jerusalén se habría quedado en ruinas, como sucedió con Sodoma y Gomorra.

El profeta Isaías les dijo a los jefes de Israel: Ustedes, que son tan malos como fueron los jefes de Sodoma y los habitantes de Gomorra, ¡escúchenme bien! ¡Atienda a lo que Dios les dice!

Dios les advierte: ¿Por qué me traen tantos animales para presentarlos en mi altar?¡Ya estoy harto de esas ofrendas; me da asco ver tanta sangre de toros, carneros y cabritos! Yo nunca les he pedido que me traigan esos animales cuando vienen a adorarme; sólo vienen para ensuciar mi templo y burlarse de mí. ¡Váyanse de mi templo! ¡Para mí, esas ofrendas no tienen ningún valor! ¡Ya no quiero que las traigan! Y no me ofrezcan incienso porque ya no lo soporto. Tampoco soporto sus fiestas de sábado y luna nueva, ni reuniones de gente malvada. Me resultan tan molestas que ya no las aguanto.

Ustedes oran mucho, y al orar levantan las manos, pero yo no los veo ni los escucho. ¡Han matado a tanta gente que las manos que levantan están manchadas de sangre! ¡Dejen ya de pecar! ¡No quiero ver su maldad! ¡Dejen ya de hacer lo malo y aprendan a hacer lo bueno! Ayuden al maltratado, traten con justicia al huérfano y defiendan a la viuda. Vengan ya, vamos a discutir en serio, a ver si nos ponemos de acuerdo. Si ustedes me obedecen, yo los perdonaré. Sus pecados los han manchado como con tinta roja; pero yo los limpiaré: ¡Los dejaré blancos como la nieve! Entonces comerán de lo mejor de la tierra, pero si siguen siendo rebeldes, morirán en el campo de batalla. Les juro que así será.

Isaías dijo: Los habitantes de Jerusalén eran fieles, honestos y justos, pero ahora son unos asesinos. Eran como la plata, pero se han vuelto basura; eran como el buen vino, pero se han vuelto vinagre. Los gobernantes son rebeldes y amigos de bandidos. A cambio de dinero y de regalos declaran culpable al inocente. Maltratan al huérfano y niegan ayuda a las viudas.

Por eso, el Dios todopoderoso dice: ¡Basta ya! Ustedes son mis enemigos, y voy a castigarlos. Borraré todos sus pecados como quien quema basura, como quien quita una mancha. Haré que los jueces y consejeros vuelvan a ser honrados y sinceros. Se volverá a decir que en Jerusalén se practica la justicia y que su gente me es fiel. A los habitantes de Jerusalén que vuelvan a obedecerme los libraré con mi gran poder de ese terrible castigo. Pero haré pedazos a los rebeldes y a los que me abandonen.

Ustedes van a sentir vergüenza de esos árboles y jardines, de los que se sienten orgullosos. A ustedes los dejaré arruinados, y serán como árboles sin hojas, como jardines completamente secos. El más fuerte de ustedes arderá en llamas como la paja; ¡y de él no quedará ni el recuerdo de sus obras!

Sabes, es importante que la Palabra de Dios edifique la vida del ser humano y sea la guía para que el hombre camine en esta tierra, pues como Dios todopoderoso, salvó a la humanidad, le dio fuerza para vencer lo malo, por eso si el hombre obedece,  lo perdonará y  borrará todos sus pecados… pero es necesario que haga lo bueno para que Dios  limpie y sane sus heridas …y los dejará blancos como la nieve.


Con Alta Estima,

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Graba mi nombre en tu corazón...


¡Cómo quisiera que fueras mi hermano!
¡Cómo quisiera que mi madre te hubiera alimentado!
Podría darte un beso al encontrarte en la calle, y nadie lo notaría. Podría tomarte de la mano y llevarte a la casa de mi madre, para que allí me enseñaras el arte del amor. Yo misma te daría a beber un vino con especias y el jugo de mis manzanas.
¡Pon tu brazo izquierdo bajo mi cabeza! ¡Con tu brazo derecho aprieta tu cuerpo contra el mío!

El novio
Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan que no molestarán a mi amada ni la despertarán de su sueño de amor, hasta que ella sola se despierte.

Las mujeres de Jerusalén
¡Alguien viene por el desierto! Avanza recostada sobre el hombro de su amado. ¿Quién podrá ser?

La novia
Bajo un manzano te concibió tu madre, y allí mismo te dio a luz. ¡Bajo ese mismo manzano te desperté al amor! ¡Graba mi nombre en tu corazón! ¡Graba mi imagen en tu brazo! ¡Tan fuerte es el amor como la muerte! ¡Tan cierta es la pasión como la tumba! ¡El fuego del amor es una llama que Dios mismo ha encendido! ¡No hay mares que puedan apagarlo, ni ríos que puedan extinguirlo! Si alguien se atreviera a ofrecer todas sus riquezas a cambio del amor, no recibiría más que desprecio.

Las mujeres de Jerusalén
Nuestra hermana es muy pequeña; todavía no tiene pechos. ¿Qué podemos hacer por ella si la vienen a pedir? ¡Ojalá fuera una muralla, para levantar sobre ella defensas de plata! ¡Ojalá fuera una puerta, para recubrirla toda con hojas de madera de cedro!

La novia
¡Yo soy una muralla y mis pechos son dos torres! ¡A los ojos de mi amado no podría ser más bella! Salomón tenía una vida, pues era un rey muy rico. Puso gente a su cuidado y al final de la cosecha cada uno le entregaba mil monedas de plata. Tú, Salomón, puedes quedarte con mil monedas; y que tu gente se quede sólo con doscientas. ¡Yo me quedo con mi viña, pues sólo a mí me pertenece!

El novio
Mi reina de los jardines, nuestros amigos están atentos para escuchar tu voz; ¡déjame escucharla!

La novia
¡Date prisa, amado mío! ¡Corre como venado! ¡Corre como un cervatillo! Ya están cubiertas las colinas con hierbas aromáticas.

Sabes, el ser humano debe confiar en Dios y amarle,  ya que lo verdadero es tener comunión con El y esto es una decisión voluntaria  y el hombre debe grabar en su mente y en su corazón  la enseñanza de Jesucristo, el primer mandamiento y el más grande, Amar a Dios, como tu único Dios.


 Con Alta Estima,

martes, 17 de diciembre de 2013

Su pasión lo obliga a buscarme…


 El novio
Princesa mía, lucen bellos tus pies en las sandalias.
Las curvas de tus caderas son la obra maestra de un experto joyero.
Tu ombligo es una copa llena del mejor vino. Tu vientre, un montón de trigo rodeado de rosas.
Tus pechos son dos gacelas, tu cuello me recuerda a una torre de marfil.
Tienen tus ojos el brillo de los manantiales de Hesbón. 
Afilada es tu nariz, como la torre del Líbano orientada hacia Damasco.
Tu cabeza sobresale como la cumbre del monte Carmelo; hilos de púrpura parecen tus cabellos; ¡cautivo de tus rizos ha quedado el rey!

¡Eres muy bella, amada mía! ¡
Eres una mujer encantadora!
Eres alta como la palmera, y tus pechos son dos racimos. He pensado en treparme y hacer míos esos racimos. Tus pechos se volverán dos racimos de uvas, y tu aliento tendrá fragancia de manzanas. Habrá en tus labios el gusto del buen vino que al correr moja y acaricia los labios y los dientes.

La novia
Yo soy de mi amado, y su pasión lo obliga a buscarme.
Ven conmigo, amado mío, acompáñame a los campos.
Pasaremos la noche entre flores de azahar.
Cuando amanezca, iremos a los viñedos y veremos sus retoños, los capullos abiertos, y los granados en flor.
¡Allí te entregaré mi amor!

Ya esparcen las mandrágoras la fragancia de sus frutos; hay a nuestra puerta fruta fresca y fruta seca.

Amado mío, ¡los frutos más variados los he guardado para ti!

Así pues, es conveniente que  en este mundo tan complejo y con tantos atractivos el ser humano esté apegado a la Palabra para obtener conocimiento   y pueda discernir  el bien en cualquier circunstancia ambigua en que se encuentre,  lo esencial es que el creyente sea sanado, crezca y madure espiritualmente para que el hombre renovado refleje ante los demás su belleza interior, esa esencia que sólo con la relación personal con Dios puede experimentar cambios en su vida.


Con Alta Estima

lunes, 16 de diciembre de 2013

Soy de mi amado…


Las mujeres de Jerusalén
Dinos entonces, mujer bella entre las bellas, ¿a dónde se ha ido tu amado? ¿Qué rumbo tomó? ¡Vamos juntos a buscarlo!

La novia
Mi amado ha venido a su jardín, al huerto de hierbas aromáticas, para juguetear entre las flores y para cortar rosas. Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; mi amado cuida de su rebaño entre las rosas.

Cántico del novio
Eres bella, amada mía; bella como la ciudad de Tirsá, hermosa como Jerusalén, majestuosa como las estrellas. ¡Por favor, ya no me mires, que tus ojos me conquistaron! Son tus negros cabellos cabritos que juguetean en los montes de Galaad. Son tus blancos dientes cabritas recién bañadas. Son perfectos, no te falta ninguno. Tus mejillas, tras el velo, son rojas como manzanas. Puiede haber sesenta reinas, y más de ochenta mujeres; pero mi palomita amada es una mujer singular; es una mujer perfecta! Es la hija preferida de su madre. Hasta las mujeres mismas la ven y la felicitan; reinas y princesas no se cansan de alabarla.

Los amigos
Bajé al jardín de los nogales para ver las nuevas flores del valle, los retoños de las vides y los manzanos en flor. Pero, antes de darme cuenta, ¡mi pasión me condujo hasta el carro de mi príncipe!

Los amigos
Danza, Sulamita; danza para nosotros: ¡queremos verte danzar!

La novia
¿Por qué quieren que baile en público?

Así pues, es necesario que el ser humano busque a Dios pues es el Salvador de la humanidad, quien demostró con su sacrificio que su amor es infinito, de manera que si el hombre pone su vida en sus manos hallará la sabiduría para llevar una vida próspera, pero es importante que cada persona disponga su mente y su corazón para recibirlo y le pida entendimiento para que pueda conocer todo lo que El es y todo lo que ha hecho y lo acepte como su Dios personal.

Y sabes,  sobretodo el hombre debe estar preparado y alerta de no inmiscuirse tanto en los afanes del mundo, no aferrarse a estos para no apartarse del camino correcto y evitar que como creyente se aleje y pierda la capacidad de comunicarse con Dios.


Con Alta Estima,

sábado, 14 de diciembre de 2013

Mi corazón despertó…



El novio
Ya estoy dentro de mi jardín, amada mía; y encuentro en él bálsamo y mirra. Allí pruebo la miel de mi panal, y bebo vino y leche.

Los pastores
¡Vamos, amigos, coman y beban! ¡Queden saciados de amor!

La novia
En medio de mis sueños mi corazón despertó y alcancé a oír una voz. Era la voz de mi amado, que estaba a la puerta:

El novio
Amada mía; mi preciosa palomita, ¡déjame pasar! Tengo la cabeza bañada en rocío; ¡me corre por el cabello la lluvia de la noche!

La novia
Pero ya me quité la ropa, ¡tendría que volver a vestirme! Ya me lavé los pies; ¡me los ensuciaría de nuevo!
Mi amado metió la mano por un hoyo de la puerta; ¡todo mi ser se estremeció! Salté de la cama para abrirle a mi amado; ¡por las manos y los dedos me corrían gotas de perfume, y caían sobre la aldaba!
Al oír la voz de mi amado, sentí que me moría. Le abrí la puerta, pero él se había marchado; ¡ya no estaba allí! Me dispuse a seguirlo: lo busqué y no lo encontré; lo llamé y no me respondió. Me topé con los guardias, con los que vigilan la ciudad; y ellos me hirieron, me golpearon, ¡y me dejaron desnuda!

Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan que, si encuentran a mi amado, le digan que… ¡Que me estoy muriendo de amor!

Las mujeres de Jerusalén
¿Qué tiene de especial tu amado, mujer bella entre las bellas? ¿En qué es diferente tu amado del resto de los hombres, que nos pides tales promesas?

La novia
Tan elegante es mi amado, y tan rosada es su piel, que entre diez mil hombres es fácil reconocerlo. Su cabeza es oro puro; sus cabellos son rizados y negros como un cuervo. Sus ojos son dos palomas bañadas en leche y sentadas junto a los arroyos. Sus mejillas son un huerto de hierbas aromáticas. Sus labios parecen rosas, y por ellos corre miel. Por brazos tiene un par de barras de oro adornadas con topacios.
Su cuerpo es tan terso como el pulido marfil, y lo adorna un cielo de zafiros. Son sus poderosas piernas, dos pilares de mármol apoyados sobre bases de oro puro. Su presencia es majestuosa como los cedros del Líbano. Haz dulzura en sus labios; ¡es un hombre encantador!

¡Así es mi amado, mujeres de Jerusalén!
¡Así es mi amado!

Por lo tanto, Dios bendice la unión de las parejas, pero es importante que el ser humano desarrolle una buena conciencia para que su ser interior sea renovado y refleje integridad y por ende muestre un crecimiento espiritual que a Dios le agrade. Asimismo, el hombre con una actitud de humildad y disponibilidad hacia Dios permitirá que su corazón despierte a su llamado, aprenderá a  conocerlo a través de su Palabra, a agradecer por su sacrificio, por su cuerpo lacerado, que dio su vida por salvar a la humanidad, y, sabes,  el hombre le muestra su amor al buscarlo y  se rinde ante su majestuosa presencia.

Con Alta Estima,


viernes, 13 de diciembre de 2013

Mi corazón te pertenece…


El novio
¡Eres bella, amada mía! ¡Eres sumamente bella! Son tus ojos dos palomas que se asoman tras el velo. Son tus negros cabellos cabritos que juguetean en los montes de Galaad.
Son blancos tus dientes, como ovejas recién bañadas listas para la trasquila.
Son rojos tus labios cual cinta escarlata, y melodiosas tus palabras. Tus mejillas, tras el velo, son rojas como manzanas.
Tu cuello me recuerda a la torre de David, hecha de piedras labradas y adornada con mil escudos de valientes guerreros.
Tus pechos son dos gacelas, ¡son dos gacelas que pastan entre las rosas!
Mientras sopla todavía la brisa de la tarde, y las sombras van cayendo, subiré a la colina de las suaves fragancias.
¡Qué bella eres, amada mía! ¡Todo en ti es perfecto! ¡Vamos, novia mía, baja del Líbano conmigo! Baja de las cumbres de los montes, baja de las cuevas de los leones, de los montes de los leopardos.

Amada mía, desde que me miraste mi corazón te pertenece. Es tuyo desde que lo envolviste entre los hilos de tu collar.
¡Qué dulces son tus caricias, amada mía! ¡Son más dulces que el vino! ¡Más fragantes tus perfumes que todas las especias!
Son tus labios un panal, amada mía; de tu lengua brotan leche y miel. Hay en tus vestidos la dulce fragancia de los bosques del Líbano.

Tú eres un jardín cerrado, amada mía; eres un jardín cerrado, ¡eres sellado manantial!
El paraíso de tus pechos es un huerto de manzanos. Hay en él nardos y azahares, los más variados aromas, y las más finas especias.
Eres la fuente de los jardines, ¡el manantial de agua viva que baja del monte Líbano!

La novia
¡Despierta, viento del norte! ¡Ven acá, viento del sur! ¡Soplen sobre mi jardín, y esparzan su fragancia! ¡Ven a tu jardín, amado mío, y prueba sus deliciosos frutos!

Aquí puedes darte cuenta que es necesario que el ser humano se ponga en las manos de Dios, renueve su mente y sus pensamientos para que tenga un corazón limpio y aprenda a guardar lo que es sagrado a Dios. Y, sabes, el hombre debe pedir a Dios sabiduría para entender su Palabra que es inspirada por El y, así cuando el ser humano busca a Dios lo haga con un corazón humilde.


Con Alta Estima,

jueves, 12 de diciembre de 2013

Buscando el amor de mi vida…


La novia
En la oscuridad de la noche busco al amor de mi vida. En la soledad de mi cuarto lo busco y no lo encuentro. Me levanto, recorro la ciudad, voy por calles y mercados, buscando al amor de mi vida. Lo busco y no lo encuentro. Me topo con los guardias, con los que vigilan la ciudad, y les pregunto si han visto al amor de mi vida. Apenas los dejo, encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo, no lo suelto, lo llevo a mi casa, ¡lo hago entrar en la habitación donde nací!

El novio
Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan, por las gacelas y venaditas que corren por el bosque, que no molestarán a mi amada ni la despertarán de su sueño de amor hasta que ella sola se despierte.

Los amigos
¡Algo viene por el desierto! ¿Qué podrá ser? Parece una columna de humo que avanza entre aromas de flores, incienso y perfumes. ¡Pero si es Salomón, y viene en su carruaje real! Lo escoltan sesenta valientes, ¡los mejores soldados de Israel! Armados con espadas, son maestros en el combate; todos llevan la espada lista por causa de los peligros que presenta la noche. Este carruaje fue hecho con finas maderas del Líbano. Salomón mismo lo mandó hacer. Ordenó que le pusieran columnas de plata, soportes de oro, y un asiento de tela púrpura. Las mujeres de Jerusalén decoraron su interior con gran delicadeza. ¡Salgan, mujeres de Jerusalén! ¡Vengan a ver al rey Salomón! Lleva puesta la corona que su propia madre le hizo para el día de su boda, ¡para el día más feliz de su vida!

Aquí te puedes dar cuenta que es importante que el ser humano busque y acepte a Jesucristo en su vida, que tenga una comunión con El pues sólo al tener comunión con él puede ayudar a otros a que lo conozcan y tengan una relación personal con Jesús pero es importante que el hombre se apegue a la Palabra de Dios, en la que hallará la sabiduría que el hombre necesita para vivir en paz.   


Con Alta Estima,

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Tu voz es dulce…


La novia
Yo soy una flor de los llanos de Sarón; soy una rosa de los valles.

El novio
Mi amada es una rosa entre las espinas.

La novia
Mi amado es un manzano entre árboles silvestres. ¡Me muero por sentarme a su sombra y saborear sus deliciosos frutos! Mi amado me llevó a la sala de banquetes, y allí me cubrió de besos. ¡Denme a comer uvas! ¡Denme a comer manzanas! ¡Ayúdenme a recobrar las fuerzas, que me estoy muriendo de amor! ¡Que ponga él su brazo izquierdo debajo de mi cabeza! ¡Que me apriete contra su cuerpo con el brazo derecho!

El novio
Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan, por las gacelas y venaditas que corren por los bosques, que no molestarán a mi amada ni la despertarán de su sueño de amor hasta que ella sola se despierte.

La novia
¡Oigo la voz de mi amado! ¡Ya lo veo venir! Viene saltando por las colinas, viene brincando por las montañas. Mi amado es como un cabrito. ¡Allí está, tras el muro! ¡Se asoma por las ventanas, me espía por las rejas! Mi amado me dijo: Acompáñame, amada mía; ¡ven conmigo, bella mujer! El invierno ya se ha ido; las lluvias han terminado. Ya hay flores en los campos; ha llegado el tiempo de cantar. ¡El arrullo de las tórtolas se escucha en nuestra tierra! En las higueras hay higos, y las flores de las viñas esparcen suave aroma. Acompáñame, amada mía; ¡ven conmigo, bella mujer!

El novio
Palomita amada, no te escondas en las rocas. Muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz. ¡Tu voz es dulce! ¡Tu rostro es bello!

Los novios
Las zorras pequeñas causan daño a nuestras viñas. ¡Ayúdennos a atraparlas, pues nuestras viñas están en flor!

La novia
Mi amado es mío, y yo soy suya; mi amado cuida de su rebaño entre las rosas. Regresa a mí, amado mío, mientras sopla todavía la brisa de la tarde, y las sombras van cayendo. ¡Corre como un venado! ¡Corre como cabrito por las colinas que nos separan!

Así pues,  el hombre que cree en Jesucristo y confía en El, Dios lo protegerá, pero sabes, esta decisión es voluntaria, el Señor Jesús te invita a que te vuelvas a El y hagas lo que es bueno, …El toca a tu puerta y llama…

Por lo tanto, es importante, que el hombre edifique su vida, se esfuerce por mantener una comunión con Dios, leyendo la Palabra, asistiendo a la iglesia para que crezca en valores espirituales y le ayuden a ser firme en tus decisiones.


Con Alta Estima,

martes, 10 de diciembre de 2013

Disfrutar del aroma de tus perfumes…


Aquí te puedes dar cuenta de lo que es el amor divino, el amor de Dios, por lo que el ser humano debe ser fiel pues él dio la vida por la humanidad, siendo importante que el hombre no viva de apariencias sino más bien desarrolle su ser interior pues es la esencia de la persona, lo que realmente vale para Dios.

Este es el poema más hermoso de Salomón.

La novia
¡Ay, amado mío, como deseo que me beses! Prefiero tus caricias, más que el vino; prefiero disfrutar del aroma de tus perfumes. Y eso eres tú ¡perfume agradable! ¡Ahora me doy cuenta por qué te aman las mujeres! ¡Vamos date prisa y llévame contigo! ¡Llévame ya a tus habitaciones, rey de mi vida! Por ti haremos fiesta, por ti estaremos alegres; nos olvidaremos del vino y disfrutaré de tus caricias. ¡Ahora me doy cuenta por qué las mujeres te aman tanto! ¡Mujeres de Jerusalén! Yo soy morena, sí, como las tiendas de Quedar. Y soy también hermosa, como las cortinas de Salomón. No se fijen en mi piel morena, pues el sol la requemó. Mis hermanos se enojaron contra mí, y me obligaron a cuidar sus viñas, ¡y así mi propia viña descuidé!
Cuéntame, amor de mi vida, ¿a dónde llevas tus rebaños? A la hora de la siesta, ¿dónde los haces descansar? No tengo por qué andar como una vagabunda; ¡no tengo por qué buscarte entre los rebaños de tus amigos!

Los pastores
Si acaso no lo sabes, mujer bella entre las bellas, sigue las huellas del rebaño y lleva a pastar tus cabritos junto a las carpas de los pastores.

El novio
Amada mía, tu andar tiene la gracia del trote de las yeguas que tiran del carro del rey. ¡Preciosa se ven tus mejillas en medio de tus trenzas! ¡Bellísimo luce tu cuello entre tan bellos collares! ¡Voy a regalarte joyas de oro, incrustadas de plata!

La novia
Mientras el rey se recuesta, mi perfume esparce su fragancia. Mi amado es para mí como el saquito perfumado que llevo entre mis pechos. Mi amado es para mí como un ramito de flores de las viñas de En-gadi.

El novio
¡Tú eres bella, amada mía; eres muy bella! ¡Tus ojos son dos luceros!

La novia
¡Tú eres hermoso, amado mío! ¡Eres un hombre encantador!

Los novios
La verde hierba será nuestro lecho de bodas, y a la sombra de los cedros pondremos nuestro nido de amor.


Sabes, lo esencial es que el hombre tenga su mirada en Dios con una actitud humilde y sincera, pidiéndole que su vida sea iluminada por el Espíritu Santo que mora en su interior.

Con alta Estima,

lunes, 9 de diciembre de 2013

Acuérdate de tu Creador…


Así pues es necesario que el hombre esté preparado pues no sabe el mañana y algún día tendrá que dar cuentas a Dios, por lo que es conveniente que el hombre piense bien antes de hacer algo, que sea generoso dentro de sus posibilidades ayudando a otros y, claro está  el ser humano debe aprovechar toda oportunidad para hacer lo bueno, llevar una vida equilibrada a pesar de los vaivenes de la vida, pues a veces el ser humano no se valora a sí mismo, que con su esfuerzo en el trabajo llegue a ser útil, que con voluntad y paciencia puede comenzar de nuevo después de altibajos pero sin olvidar que vendrán años de vejez y posteriormente, la muerte y tendrá que rendir cuentas al Creador por todas sus acciones.

Dale de comer al hambriento, y un día serás recompensado. Comparte lo que tienes con siete y hasta ocho amigos, pues no sabes si mañana el país estará en problemas. Cuando las nubes se ponen negras, de seguro va a llover. Cuando el árbol cae, no importa de qué lado caiga; donde cae, allí se queda. Si quieres sembrar, no te quedes mirando al viento; si quieres cosechar, no te quedes mirando al cielo. Nadie sabe qué rumbo toma el viento, ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, ni cómo hizo Dios todas las cosas. Hay que sembrar en la mañana, y volver a sembrar en la tarde. Nunca se sabe cuál de las dos siembras será mejor, o si las dos serán abundantes.

¡Qué bueno es disfrutar de la luz del sol! Pero aunque vivamos muchos años, y todo este tiempo lo vivamos felices, no debemos olvidar que nos esperan muchos días de oscuridad, y que del mañana no esperamos nada. Alégrate ahora que eres joven. Déjate llevar por lo que tus ojos ven y por lo que tu corazón desea, pero no olvides que un día Dios te llamará a cuentas por todo lo que hagas. Deja de preocuparte, pero apártate de la maldad. Ten presente que ni los mejores días de tu juventud tienen sentido alguno.

Acuérdate de tu creador ahora que eres joven. Acuérdate de tu creador antes que vengan los días malos. Llegará el día en que digas: No da gusto vivir tantos años. Acuérdate de tu creador antes que dejen de brillar el sol, la luna y las estrellas. Acuérdate de tu creador ahora que después de la lluvia las nubes siguen cargadas. Llegará el día en que tiemblen los guardianes del palacio; llegará el día en que se doblen los héroes de mil batallas.

Cuando llegue ese día, habrá tan pocas molineras que dejarán de moler; las que espían por las ventanas dejarán de asomarse a la calle; las puertas de la casa se cerrarán por completo; el ruido del molino parecerá perder fuerza, y el canto de los pájaros dejará de escucharse. Cuando llegue ese día, te darán miedo las alturas y los peligros del camino. Tu almendro echará flores blancas, el saltamontes y la alcaparra te resultarán una carga, y no te servirán de nada. Cuando llegue ese día, irás camino al lugar de donde ya no volverás, y en la calle te rodearán los que lamenten tu muerte.

Acuérdate de tu creador antes que se hagan pedazos el cordón de plata y la vasija de oro; antes que el cántaro se estrelle contra la fuente y la polea del pozo se parta en mil pedazos. Cuando llegue ese día, volverás a ser polvo, porque polvo fuiste, y el espíritu volverá a Dios, pues él fue quien lo dio.
Yo, el predicador, declaro: ¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!.

Entre otras cosas, el Predicador se dedicó a enseñar a otros todo lo que sabía. Todo lo estudiaba con cuidado y lo investigaba a fondo. Además, hizo una gran colección de proverbios. Siempre procuró expresar sus ideas de la mejor manera posible, y escribirlas con palabras claras y verdaderas.

Cuando los sabios hablan, sus palabras son como la vara que guía al buey. Sus colecciones de proverbios vienen de Dios, y son como las estacas que sostienen la tienda de campaña. Pero yo les recomiendo a los jóvenes tener presente esto: ponerse a escribir muchos libros es cuento de nunca acabar, y ponerte a leerlos es un trabajo muy agotador. Puedo terminar este libro diciendo que ya todo está dicho. Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo. Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.

No obstante, lo esencial es que el ser humano sea temeroso de Dios, siendo necesario que el hombre cuando es joven conozca a Dios, que desarrolle una conciencia interior, que piense en Dios, que guarde su mente, seleccionando lo que lee para que su espíritu siempre esté fortalecido y su mente y su corazón sean guardados de tanta falacia.


Con Alta Estima,

domingo, 8 de diciembre de 2013

Saber qué hacer y hacerlo bien…


Así pues, es importante que el hombre considere varios aspectos en su vida para no desviarse del camino bueno, como  tener cuidado con lo que habla aunque piense que nadie le oye, tener paciencia, hacer las cosas bien pues no sabe qué puede pasar mañana, pues es algo incierto. Asimismo, que el ser humano esté preparado y se forme con una conciencia firme para vencer las adversidades, que los problemas  no le agobien pues el ser humano tiene la capacidad para buscar a Dios con humildad y un corazón dispuesto para enfrentar las eventualidades pero es esencial que escudriñe la Palabra de Dios, que sea su alimento en su diario vivir.

La mejor sopa se echa a perder si le cae una mosca. La menor tontería echa a perder tu fama de sabio. El sabio siempre piensa en hacer lo bueno; el tonto sólo piensa en hacer lo malo. Tiene el tonto tan poco cerebro que sin abrir la boca anuncia su tontería. Si el gobernante se enoja contigo, no renuncies a tu cargo. Para los grandes errores, un gran remedio: la paciencia. En esta vida he visto algo muy grave, parecido al error que cometen los gobernantes: que a la gente incapaz se le dan puestos de gran responsabilidad, mientras que a la gente capaz se le dan los puestos más bajos. ¡Y resulta que los esclavos andan a caballo, mientras que la gente que vale anda a pie!

Si haces hoyos, puedes caerte en ellos. Si parte en dos un muro, puede morderte una serpiente. Si partes piedras, puedes salir herido. Si partes leña, puedes salir lastimado. El hacha sin filo no corta. Si no se le saca filo, hay que golpear con más fuerza. Si quieres prosperar, tienes que saber qué hacer y hacerlo bien. ¿De qué te sirve tener un encantador de serpientes, si la serpiente te muerde antes de ser encantada? Cuando el sabio habla, a todos les cae bien; cuando el tonto abre la boca, provoca su propia ruina. Comienza diciendo tonterías, y acaba diciendo estupideces, ¡pero palabras no le faltan!

¿Qué va a pasar mañana? ¿Qué va a pasar después? ¡Nadie puede saberlo! No tiene ningún sentido que tanto trabaje el tonto, si no sabe ni en dónde está. ¡Qué lástima da el país que tiene un rey incapaz y malos gobernantes que siempre están de fiesta! ¡Pero qué dichoso es el país que tiene un rey bien preparado, con gobernantes que comen para vivir y no viven para comer! En la casa del perezoso pasan muchas desgracias: primero se cae el techo, y después toda la casa. Para estar feliz hace falta pan, para estar contento hace falta vino, y para gozar de todo hace falta dinero. Nunca hables mal del rey ni la gente poderosa, aunque creas que nadie te oye. Las palabras vuelan; son como los pájaros, y todo llega a saberse.

Y, sabes el hombre debe aprender a ser prudente y cauteloso al hablar, no hacer comentarios indebidos de otras personas para que no salga lastimado sino al contrario al ser correcto en su conducta  se gana el respeto  por su actitud sincera.


Con Alta Estima,

viernes, 6 de diciembre de 2013

Mientras haya vida hay esperanza…


Así pues los caminos del hombre ya están determinados por Dios pues él ya tiene un plan definido para cada persona y será para su bien. Asimismo, el ser humano no puede entender los designios de Dios, pero debe encontrar otras cosas importantes, como reconocer que el amor de Dios  es infinito y su inmensa bondad para la humanidad.

Por lo que el hombre debe cuidar todo lo que haga, aprovechar y disfrutar la vida sin excesos, no abusando de los placeres, estar preparado para cualquier adversidad, pues en su actuar  se verá la grandeza de su corazón, que es  lo que lo diferencia en este mundo de los demás.

Puse todo mi empeño en entender todo esto, y pude comprobar que todo está en las manos de Dios: en sus manos está lo que hacen los sabios y la gente honesta. Ninguno de nosotros sabe en realidad lo que son el amor y el odio. Lo mismo de ser justo que ser injusto, ser  bueno o malo, puro o impuro, ofrecerle sacrificios a Dios o no ofrecérselos, pecar o no pecar, hacerle a Dios promesas o no hacérselas, pues todos tenemos un mismo final. Y eso es lo malo de todo lo que se hace esta vida; que todos tengamos un mismo final. Además, siempre estamos pensando en la maldad; nos pasamos la vida pensando tonterías, ¡Y al fin de cuentas todos paramos en el cementerio!

No hay mucho de dónde elegir, aunque mientras haya vida hay esperanzas, por eso digo, más vales plebeyo vivo que rey muerto. Los que aún vivimos sabemos que un día habremos de morir, pero los muertos ya no saben nada ni esperan nada, y muy pronto son olvidados. Con la muerte se acaban sus amores, sus odios, sus pasiones y su participación en todo lo que se hace en esta vida. ¡Animo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! ¡Vistámonos bien y perfumémonos! Puesto que Dios nos ha dado una corta vida en este mundo, disfrutemos de cada momento con la mujer amada. ¡Disfrutemos cada día de esta vida sin sentido, pues sólo eso nos queda después de tanto trabajar! Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría. Vamos camino a la tumba, y allá no hay trabajo ni planes, ni conocimiento ni sabiduría.

Miré hacia otro lado y vi que en esta vida no son los más veloces los que ganan la carrera, ni tampoco son los más valientes los que ganan la batalla. No siempre los sabios tienen qué comer, ni los inteligentes tienen mucho dinero, ni todo el mundo quiere a la gente bien preparada. En realidad, todos dependemos de un momento de suerte, y nunca sabemos lo que nos espera. En cualquier momento podemos caer en la desgracia, y quedar atrapados como peces en la red o como pájaros en la trampa.

En este mundo vi algo de lo que también aprendí mucho: había una ciudad muy pequeña y con muy pocos habitantes, que fue atacada por un rey muy poderoso. Ese rey rodeó la ciudad con sus máquinas de guerra, y se preparó para conquistarla. En esa ciudad vivía un hombre muy sabio, que con su sabiduría pudo haber salvado a la ciudad, pero como era muy pobre, ¡nadie se acordó de él! Aunque la gente se fije más en la pobreza del sabio que en la sabiduría de sus palabras, yo sigo pensando que más vale maña que fuerza, pues se oyen mejor las suaves palabras de los sabios que los gritos del más grande de los tontos. En realidad, puede más la sabiduría que las armas de guerra, aunque un solo error puede causar mucho daño.

No obstante, lo esencial es que el ser humano tenga sabiduría para que haga lo recto y desarrolle una conciencia buena y por ende, crecer espiritualmente. 

Con Alta Estima,

jueves, 5 de diciembre de 2013

Tratar de entender lo que es la sabiduría…


Así pues ni el rey Salomón ni con sus observaciones e investigaciones pudo descubrir las respuestas de los designios de Dios pero él sugiere que el hombre sabio debe aplicar la intuición para resolver los problemas adversos y reflejar una actitud de paz interior que pueda transmitir tranquilidad  a los demás, pero es bien importante que el ser humano tema a Dios para que le vaya bien y aunque pase circunstancias difíciles Dios le protegerá.

No hay quien pueda compararse al sabio, ni quien sepa todas las respuestas. El que es sabio siempre se ve sonriente y amable. Yo creo que debemos obedecer al rey, si así lo hemos jurado ante Dios. La autoridad del rey no se discute. Nadie puede pedirle cuentas. El rey puede hacer lo que quiera. Por eso no hay que salir de su presencia sin su permiso, ni tampoco insistir en hacer lo malo. Quien obedece sus órdenes no sufre ningún daño, y quien es inteligente sabe cuándo y cómo debe obedecerlos. Lo cierto es que todo tiene su cómo y su cuando; nuestro gran problema es que no sabemos cuándo y cómo van a pasar las cosas, ni hay tampoco nadie que nos lo pueda decir. Nadie tiene tanto poder como para evitar la muerte y vivir para siempre. De la batalla entre la vida y la muerte nadie se libra, ni siquiera los malvados.

Me he dedicado a tratar de entender todo lo que se hace en esta vida, y he visto casos en que unos dominan a otros, pero que al final todos salen perjudicados. También he visto que sepultan con honores a gente malvada, y que a la gente buena ni en su propio pueblo la recuerdan. ¡Y eso tampoco tiene sentido! Cuando el malvado no es castigado de inmediato, la gente piensa que puede seguir haciendo lo malo. Tal vez haya gente malvada que peque y vuelva a pecar, y viva muchos años, pero yo sé que no les irá bien ni vivirán mucho tiempo. Pasarán por la vida, como una sombra, porque no respetan a Dios. En cambio, a quienes aman y obedecen a Dios les irá mejor.

En este mundo pasan cosas que no tienen sentido; a la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena. ¡Yo digo que esto no tiene sentido! Por eso digo: ¡A pasarla bien! En esta vida que Dios nos ha dado, lo mejor que podemos hacer es comer, bebe y divertirnos. Esto es lo único que nos queda después de mucho trabajar.

Tanto me dediqué a observar todo y que se hace en este mundo, y a tratar de entender lo que es la sabiduría, que ni de noche ni de día podía dormir. Fue así como vi todo lo que Dios ha hecho en este mundo, y que es algo que jamás podremos comprender. Aunque tratemos de hallarle algún sentido, no se lo encontraremos; y aunque haya algún sabio que crea entenderlo, en realidad no podrá comprender.

Por lo tanto, es conveniente que el ser humano sea bueno y camine en rectitud, que viva con un propósito, que viva de su trabajo y le saque provecho, y sabes, el ser humano así como el rey Salomón debe llegar a la conclusión de que los designios de Dios son difíciles de entender, pero  Dios es justo y no abandona al hombre, sólo lo pone a prueba.


Con Alta Estima,

miércoles, 4 de diciembre de 2013

No te vayas a los extremos…


Aquí puedes darte cuenta que a través de las experiencias el rey Salomón se da cuenta de la futilidad de la vida, habla de situaciones vividas que quizá no fueron sólo de diversión sino muestran la amargura que vivió en algunos momentos de su vida, así el hombre debe tener cuidado con sus palabras, no quejarse y ser firmes en las pruebas, pues son para fortaleza de su ser interior, vivir bien el presente, no afligirse por lo que no conoce todavía como es el futuro, pues ni el rey Salomón, hombre sabio pudo entender todas las incógnitas que hay en esta vida. Lo esencial es desarrollar una buena conciencia, para pasar las pruebas y aunque difíciles pero ayudan al ser humano a madurar.

Más vale ser respetado que andar bien perfumado. Más vale el día en que morimos que el día en que nacemos. Más vale ir a un entierro que a una fiesta, pues nos hace bien recordar que algún día moriremos. Más vale llorar que reír; el llanto nos hace madurar. En un funeral los sabios saben cómo portarse, pero los tontos sólo se ríen y hacen chistes. Más vale una reprensión de sabios que una alabanza de tontos. Qué hueca es la risa del tonto, pronto se apaga, como la paja en el fuego. El sabio actúa como un tonto cuando abusa de su poder y acepta dinero a cambio de favores. Más vale un buen final que un buen principio. El que tiene paciencia llega a la meta; el orgulloso habla mucho, pero no logra nada. Si ya enojarse es malo, guardar rencor es peor.

Hay quienes se quejan de que todo tiempo pasado fue mejor. Pero esas quejas no demuestran mucha sabiduría. En esta vida ser sabio es bueno, pero ser sabio y rico es mejor. La sabiduría protege, y el dinero también, pero la sabiduría nos permite llegar a viejos. Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido. Por eso, cuando vengan los buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando lleguen los tiempos malos ponte a pensar que todo viene de Dios, y que nunca sabemos lo que nos espera.
En esta vida sin sentido que me ha tocado vivir, he visto lo siguiente; hay gente buena, que por su bondad acaba en la ruina, y hay gente malvada, que a pesar de su maldad vive muchos años. Yo creo que no hay que exagerar. ¡Ni tan bueno ni tan sabio que acabes en la ruina. ¡Ni tan malo ni tan tonto que mueras antes de tiempo! No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien. Una ciudad está mejor protegida con la sabiduría de un hombre sabio que con la fuerza de diez gobernantes. Sin embargo, no hay en este mundo nadie tan bueno que siempre haga el bien y nunca peque. No hagas caso de los chismes, y así no sabrás cuando tu empleado hable mal de ti; aunque tu bien sabes que muchas veces también has hablado mal de otros.

Como yo quería ser sabio, traté de entender todo esto haciendo uso de mi inteligencia, pero era más de lo que yo podía entender. Todo lo que existe es muy difícil de comprender y entenderlo está fuera de mi alcance. En realidad, no hay nadie que pueda entenderlo. Entonces decidí investigar todo lo que pudiera acerca de la sabiduría y llegar a una conclusión. Así pude darme cuenta de que ser malo es una tontería, y que ser tonto es una locura. También pude darme cuenta de que una mala mujer causa más amargura que la muerte; cuando te abraza, lo que realmente quiere es atraparte. Si tú obedeces a Dios, te librarás de ella; pero si no lo obedeces, caerás en sus redes.

Después de estudiar con cuidado todas las cosas, yo, el Predicador, he llegado a esta conclusión: ¡todavía no he encontrado lo que busco! He encontrado un hombre bueno entre mil, pero no he encontrado una sola mujer buena. Lo que sí he llegado a entender es que Dios nos hizo perfectos, pero nosotros lo enredamos todo.

Por lo que es prioritario pedirle a Dios con humildad que le dé al hombre sabiduría y conocimiento para enfrentar a los peligros, pero bajo su protección no se apartará del camino recto.


Con Alta Estima,  

martes, 3 de diciembre de 2013

¿Qué es lo mejor para nosotros?...


Sabes, es importante que el hombre disfrute de lo que tiene, ya que a veces es insaciable y la vida es corta pero es esencial que aprenda a dar gracias a Dios por todo lo que él le ha dado ya que Dios con su infinito amor ya tiene un plan determinado,  seguir ese camino que Dios ha trazado  y que el hombre no puede cambiar sino más bien debe sujetarse al plan divino del Creador.

En esta vida he visto un mal que a todos nos afecta: a veces Dios nos da mucho dinero y honores, y cumple todo nuestros deseos, pero al fin de cuentas son otros los que acaban disfrutando de todo eso. ¡A mí me parece algo terrible y sin sentido! Podemos vivir cien años y llegar a tener cien hijos, pero si no disfrutamos de las cosas buenas de la vida, ni tampoco nos entierran como se debe, yo digo que un niño que nace muerto ha tenido mejor suerte que nosotros.  Porque ese niño nunca llegó a ver la luz ni supo nada; tampoco nadie supo nada de él, ni siquiera su nombre; sin embargo, tuvo más tranquilidad que quien pudiera vivir dos mil años y no disfrutar de la vida. Pero al fin de cuentas, ¡todos terminaremos en el mismo lugar!

Todo el tiempo trabajamos para calmar el hambre, pero nuestro estómago nunca queda satisfecho. Al fin de cuentas, el sabio no es mejor que el tonto. Lo que el pobre necesita es superar sus problemas. Por eso, vale más pájaro en mano que cien volando. Aunque tampoco esto tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento. Nosotros existimos porque Dios quiso que existiéramos, y hasta nos puso el nombre que tenemos; pero no podemos luchar contra él, porque es más fuerte que nosotros.

Pero nada ganamos con hablar. Mientras más hablamos, más tonterías decimos. En realidad, no sabemos qué es lo mejor para nosotros. No tiene ningún sentido vivir tan poco tiempo y desaparecer como las sombras. Además, nadie puede decirnos qué pasará en este mundo después de nuestra muerte.

Así pues, es necesario que el hombre esté bajo la autoridad de Dios pues El tiene un propósito para cada ser humano, por eso es esencial que el hombre se someta a Dios pues El determina con amor el destino del hombre. 

Con Alta Estima,

lunes, 2 de diciembre de 2013

Piensa bien lo que vas a hacer…


Cómo ves que a veces el ser humano actúa de manera insensata lo cual no agrada a Dios, pues el hombre se conduce intempestivamente sin pensar ni reflexionar en  lo que hace, y sabes por qué? Porque en ese momento carece de juicio y no reflexiona antes de tomar una decisión que desencadenará consecuencias graves. Por eso es necesario que el hombre esté apegado a la Palabra de Dios para que aprenda a tener dominio de sí mismo y tome las decisiones adecuadas. Asimismo, evite los afanes pues posteriormente traen preocupaciones, que interrumpen su sueño y pierde la tranquilidad. Por lo que esencial que el hombre tenga temor de Dios.

Si vas al templo, ten cuidados con lo que haces y presta atención a lo que allí se enseña. Es mejor obedecer a Dios que ofenderlo presentando ofrendas sin pensar en lo que se hace. Ante Dios, piensa bien lo que vas a decir, pues Dios es más poderoso que tú. Recuerda que el que mucho se preocupa tiene muchas pesadillas, y que el que mucho habla dice muchas tonterías. Si le haces una promesa a Dios, no te tardes en cumplirla, porque a Dios no le gusta la gente tonta que no cumple. Recuerda que vale más no prometer, que prometer y no cumplir.

No cometas el error de hablar sin pensar. Tampoco te disculpes luego con el sacerdote, y digas que lo hiciste sin querer. No hay necesidad de que Dios se enoje contigo y destruya lo que tanto trabajo te ha costado, ¡y todo por hablar sin pensar! Este es un mundo de sueños y palabras y cosas sin sentido, pero tú debes mostrar respeto por Dios.

Que no te extrañe ver países donde a los pobres se les maltrata y no se les hace justicia. Esto sucede cuando a un funcionario importante lo protege otro más importante, y cuando otro aún más importantes protegen a estos dos. Sin embargo, te dirán: Esto lo hacemos por el bien del país. Nosotros los gobernantes estamos para servir a los campesinos.

Hay gente que dice que el dinero no es importante, pero cuando ya lo tiene, todavía quiere más. Eso tampoco tiene sentido, porque quien se llena de dinero también se llena de gente que quiere gastarlo. Lo único que sacan los ricos es el gusto de ver tanto dinero, porque de tanto tener hasta el sueño se les quita. En cambio, la gente que trabaja puede comer mucho o comer poco, pero siempre duerme tranquila. En esta vida he visto que guardar mucho dinero no es nada bueno, pues acaba por perjudicar a quien lo tiene. Además, todo ese dinero puede perderse en un mal negocio; así, quien antes fue rico luego no tiene nada que dejarle a sus hijos; al fin de cuentas, acaba por irse de este mundo tan desnudo como cuando nació, ¡y sin llevarse nada de lo que tanto trabajo costó ganar! A mí me parece terrible que al morir nos vayamos tan desnudos como vinimos. ¿De qué nos sirve entonces tanto trabajar, y pasarnos la vida tristes, molestos, enfermos y enojados?

Desde mi punto de vista, es muy poco lo que vivimos. Así que comamos y bebamos, disfrutemos de lo que tanto trabajo nos ha costado ganar, pues así Dios lo ha querido. Si él nos da mucho, también nos permite disfrutar de lo que nos da; disfrutemos entonces de lo que tanto trabajo nos ha costado, porque es un regalo de Dios. Ya que Dios nos hace estar felices, dejemos de preocuparnos tanto por la vida.

Pues bien, la vida del ser humano es un regalo de Dios y debe disfrutarla por lo que el hombre no debe volverse ansioso por acumular riquezas sino más bien buscar el conocimiento de Dios para actuar con sabiduría, agradecer  a Dios cada día y darle honra y gloria a El.


Con Alta Estima,

sábado, 30 de noviembre de 2013

Si tengo que elegir…


En esto puedes darte cuenta  que el ser humano cuando tiene poder y riquezas maltrata a otros, en vez de sentir compasión y dar gracias a Dios por el trabajo que posee, por ganar lo suficiente  sin competir con otros de forma desleal sino más bien esforzándose para no caer en los extremos.

Miré hacia otro lado, y esto fue lo que vi en este mundo: hay mucha gente maltratada, y quienes la maltratan son los que tienen el poder. La gente llora, pero nadie la consuela. Entonces dije: ¡Qué felices son los que han muerto, y que lástima dan los que aún viven! Aunque, en realidad son más felices los que no han nacido, pues todavía no han visto la maldad que hay en este mundo. También vi que todos trabajan y buscan progresar sólo para tener más que los otros. Pero tampoco eso tiene sentido, porque es como querer atrapar el viento. Es verdad que, el tonto no quiere trabajar y por eso acaba muriéndose de hambre; pero más vale una hora de descanso que dos horas de trabajo, pues el mucho trabajo no sirve de nada.

Miré hacia otro lado, y vi que en esta vida hay algo más que no tiene sentido. Me refiero al hombre solitario, que no tiene hijos ni hermanos: todo el tiempo se lo pasa trabajando, y nunca está satisfecho; siempre quiere tener más. Ese hombre jamás se pone a pensar si vale la pena tanto trabajar y nunca gozar de la vida ¡No tiene sentido esforzarse tanto! La verdad, más valen dos que uno, porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse! Y también, si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío. Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse, y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas.

Si tengo que elegir, prefiero al joven pobre pero sabio, que al rey viejo pero tonto que no deja que nadie lo aconseje. Porque ese rey  viejo muere y viene otro más joven, y aunque el nuevo rey haya nacido en la pobreza, o haya estado en la cárcel, la gente lo apoya al principio. Sin embargo, con el tiempo habrá muchos que tampoco estarán contentos con él. Y esto no tiene sentido; ¡es como querer atrapar el viento! 

Y sabes, en esta vida todo es a base de decisiones que el hombre toma en cualquier circunstancia siendo necesario pida sabiduría a Dios para tener discernimiento del bien y lo encamine a ser diligente, con un corazón enseñable, una conciencia que lo ayude a ser obediente a los mandatos de Dios y que sea proactivo, aplicándolos a su vida.

Con Alta Estima,