jueves, 12 de diciembre de 2013

Buscando el amor de mi vida…


La novia
En la oscuridad de la noche busco al amor de mi vida. En la soledad de mi cuarto lo busco y no lo encuentro. Me levanto, recorro la ciudad, voy por calles y mercados, buscando al amor de mi vida. Lo busco y no lo encuentro. Me topo con los guardias, con los que vigilan la ciudad, y les pregunto si han visto al amor de mi vida. Apenas los dejo, encuentro al amor de mi vida. Lo abrazo, no lo suelto, lo llevo a mi casa, ¡lo hago entrar en la habitación donde nací!

El novio
Mujeres de Jerusalén, quiero que me prometan, por las gacelas y venaditas que corren por el bosque, que no molestarán a mi amada ni la despertarán de su sueño de amor hasta que ella sola se despierte.

Los amigos
¡Algo viene por el desierto! ¿Qué podrá ser? Parece una columna de humo que avanza entre aromas de flores, incienso y perfumes. ¡Pero si es Salomón, y viene en su carruaje real! Lo escoltan sesenta valientes, ¡los mejores soldados de Israel! Armados con espadas, son maestros en el combate; todos llevan la espada lista por causa de los peligros que presenta la noche. Este carruaje fue hecho con finas maderas del Líbano. Salomón mismo lo mandó hacer. Ordenó que le pusieran columnas de plata, soportes de oro, y un asiento de tela púrpura. Las mujeres de Jerusalén decoraron su interior con gran delicadeza. ¡Salgan, mujeres de Jerusalén! ¡Vengan a ver al rey Salomón! Lleva puesta la corona que su propia madre le hizo para el día de su boda, ¡para el día más feliz de su vida!

Aquí te puedes dar cuenta que es importante que el ser humano busque y acepte a Jesucristo en su vida, que tenga una comunión con El pues sólo al tener comunión con él puede ayudar a otros a que lo conozcan y tengan una relación personal con Jesús pero es importante que el hombre se apegue a la Palabra de Dios, en la que hallará la sabiduría que el hombre necesita para vivir en paz.   


Con Alta Estima,

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