domingo, 22 de diciembre de 2013

La vida se volverá tan difícil…


 Isaías advierte a los habitantes de Judá y Jerusalén: ¡Fíjense bien! El Dios todopoderoso dejará sin pan ni agua a Jerusalén y al reino de Judá. Dios hará que desaparezcan el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el capitán y el anciano, el rico y el consejero, el adivino y el artesano. Dios pondrá a niños y muchachos como jefes y gobernantes. La vida se volverá tan difícil que hasta entre amigos se atacarán. Los jóvenes insultarán a los viejos y los pobres a los ricos. Uno le dirá a su hermano: Sólo tú puedes gobernar sobre este montón de ruinas porque en casa de nuestro padre al menos tienes ropa que ponerte. Pero el otro le responderá: En mi casa no tengo comida ni ropa que ponerme. Ni se te ocurra hacerme jefe del pueblo; ¡yo no puedo arreglar este desastre!

Jerusalén se derrumba, el reino de Judá está en ruinas, porque allí todos ofenden a Dios. Todos ellos son culpables; ¡en la cara se les ve! Nadie esconde sus pecados; ni siquiera los disimulan. Se están portando igual que los habitantes de Sodoma. Nada bueno les espera; se están ganando su propio castigo. ¡Qué mal le irá al malvado! ¡Dios lo castigará por todo lo que ha hecho! En cambio, Dios bendecirá al obediente, y lo recompensará por su buena conducta.

Los gobernantes engañan a mi pueblo, y lo llevan por mal camino;  hasta las mujeres y los niños gobiernan y abusan de la gente. Dios está por juzgar a su pueblo. Lo llamará a juicio  y les dirá a sus líderes y jefes: Ustedes han destruido a mi pueblo querido. Han robado a los pobres y han guardado en sus casas todo lo que se robaron. ¡Con qué derecho abusan de mi pueblo y maltratan a los pobres? Yo, el Dios todopoderoso, les juro que así es.

Dios les dijo a las mujeres de Jerusalén: Mujeres de Jerusalén, ustedes son tan orgullosas que andan con la cabeza levantada, miran a todos con desprecio, se menean al caminar y llaman la atención haciendo sonar los adornos que llevan en los tobillos. Pero yo las dejaré desnudas, con las cabezas peladas y llenas de llagas.

Mujeres de Jerusalén, llegará el día en que haré desaparecer todos los adornos que ustedes usan en las manos y en los pies, en la cara y en el cuello, en el pelo y en las orejas, en los dedos y en la cintura. También les quitaré sus perfumes y sus espejos, sus manos y sus bolsos son sandalias y sus finos vestidos.

Mujeres de Jerusalén, hoy andan perfumadas, mañana olerán mal: hoy usan cinturón, mañana usarán una soga; hoy se visten con ropa fina, mañana vestirán trapos viejos, hoy se ven muy hermosa, mañana estarán llenas de cicatrices; hoy se peinan con elegancia, mañana no tendrán nada que peinarse.

Dios también dijo: Los guerreros de Jerusalén morirán en el campo de batalla. La gente llorará y se pondrá de luto, y la ciudad quedará abandonada.

Sabes, es urgente e importante que el ser humano obedezca los mandamientos y se apegue a la Palabra de Dios y así evite ofenderlo con sus malas actitudes, que siga el camino correcto para que siempre le vaya bien pues Dios bendice al que le obedece y lo hará prosperar por su buena conducta. Y, es esencial que el hombre recuerde, ser humilde, no orgulloso ni vanidoso y mucho menos  despreciativo ante los demás pues no conoce que pasará en el futuro.


Con Alta Estima,  

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