viernes, 28 de febrero de 2014

Serán llamado pueblo santo…


Isaías dijo: Por amor a ustedes, habitantes de Jerusalén, no me callaré. Por amor a ustedes, no descansaré hasta que Dios les dé la victoria. Cuando Dios los salve, ustedes brillarán como el sol al amanecer.
Israelitas, las naciones verán cuando Dios los salve, y todos los reyes de la tierra reconocerán su grandeza. Entonces dios les dará un nombre nuevo, y serán en la mano de Dios como la hermosa corona de un rey.

Ya no le dirán a Jerusalén: “Ciudad abandonada”, sino: “La favorita de Dios”, ni a la tierra de Israel: “País en ruinas”, sino: “La esposa de Dios”. Porque Dios se casará con ella, como se casa un joven con su novia; Dios la reconstruirá y vivirá feliz con ella, como vive feliz el marido con su esposa.

Jerusalén, en tus murallas yo he puesto guardias que de día y noche dirán: Ustedes, los que adoran a Dios, no se queden callados. No le den a Dios ni un minuto de descanso, hasta que reconstruya Jerusalén y la haga una ciudad famosa.

Dios ha jurado por sí mismo: Nunca más permitiré que los enemigos de Israel se coman su trigo, o que los extranjeros les quiten el vino que con tanto trabajo hicieron. Israel comerá lo que coseche, recogerá las uvas y beberá el vino nuevo, cantando alabanzas a mi nombre en los patios de mi santo templo.

Isaías continuó diciendo: ¡Habitantes de Jerusalén, salgan por los portones de la ciudad, preparen un camino para el pueblo! Háganlo con cuidado, quítenle las piedras y pongan señales que sirvan de guía a las naciones.

Dios ha dado este mensaje a todos los habitantes de la tierra: Digan a la ciudad de Jerusalén que ha llegado su salvador; díganle que Dios ha liberado a su pueblo. Los israelitas serán llamados: Pueblo santo, salvado por su Dios, y a Jerusalén la llamarán: Ciudad deseada, Ciudad llena de vida.

Por tanto, el ser humano debe reconocer la grandeza de Dios, pues El es el Salvador de la humanidad y aunque esta es una decisión voluntaria de cada persona, sería bueno que el hombre tome este compromiso y busque acercarse a Dios, que lo conozca a través de su Palabra, pues sólo El liberará a su pueblo de la esclavitud del pecado, pero sabes, es tiempo de que el hombre se levante y  esté ¡alerta!, ¡preparado! Pues el Señor llegará pronto y es prioritario que el hombre cambie, que renueve su mente, limpie su corazón, que quite lo que le estorbe para que su vida sea restaurada, viviendo en obediencia a la voluntad de Dios.

El  tiempo apremia, por lo que es importante que el hombre reflexione, valore lo que Dios le ha dado y aproveche bien el tiempo para que camine como sabio pues Dios llena su vida.


Con Alta Estima,

jueves, 27 de febrero de 2014

Y haré con ustedes un pacto…


El fiel servidor de Dios dijo: El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.

Dios también me envió para anunciar: Este es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación, y para vengarse de nuestros enemigos. Dios también me envió para consolar a los tristes, para cambiar su derrota en victoria, y su tristeza en un canto de alabanza. Entonces los llamarán: Robles victoriosos, plantados por Dios para manifestar su poder.

Ustedes, habitantes de Jerusalén, reconstruirán las ciudades antiguas que quedaron en ruinas. Gente de otras naciones vendrá a cuidar los rebaños, los campos y las viñas de ustedes.

Ustedes serán llamados “Sacerdotes de Dios”, “Fieles servidores de Dios”. Disfrutarán de las riquezas de las naciones y se adornarán con sus magníficas joyas. Porque ustedes han tenido que sufrir el doble de lo que se merecían, y los han llenado de vergüenza y de insultos. Por eso recibirán doble porción de riquezas y para siempre vivirán felices.

Dios dijo: Yo, el único Dios, amo la justicia, pero odio el robo y el crimen. Por eso les daré una gran recompensa y haré con ustedes un pacto que nunca tendrá fin. Sus descendientes serán famosos entre todas las naciones; cuando la gente los vea, dirá: “Son un pueblo bendecido por Dios”.

Isaías dijo: ¡Mi Dios me llena de alegría; su presencia me llena de gozo! El me dio salvación y me trató con justicia. Así como de la tierra brotan las semillas, y en el jardín nacen las plantas, así Dios hará brotar la justicia y la alabanza entre todas las naciones.

Por lo tanto,  es importante que el hombre se dé cuenta y esté agradecido de que Dios amó tanto a la humanidad que hizo un nuevo pacto, en el que envió a su Hijo Jesucristo para que con su sacrificio borrará los pecados del hombre, pero sabes es imprescindible que el ser humano  ponga su vida en las manos de Dios para que una vez arrepentido pueda ser perdonado y restaurado. Y sabes, con la presencia de Dios en su vida, el hombre podrá cambiar su tristeza en gozo pues sólo El trae salvación


Con Alta Estima,

miércoles, 26 de febrero de 2014

Haré que gobierne la paz…


Isaías dijo: Habitantes de Jerusalén, ustedes están llenos de esplendor porque la gloria de Dios brilla sobre ustedes. Una noche oscura envuelve a las naciones, pero Dios hará brillar su luz, y así los reyes del mundo verán la gloria futura de Israel.

Dios dijo: Habitantes de Jerusalén, levanten los ojos y miren a su alrededor; todo el mundo se reúne en Jerusalén. De muy lejos vienen familias enteras, con sus niños en brazos. Al verlos llegar, con los tesoros del mar y las riquezas de las naciones, se llenarán de gozo y alegría.

A Jerusalén vendrá mucha gente de las regiones del desierto. Vendrán montados sobre muchos camellos. También vendrá gente del reino de Sabá. Vendrá con incienso y oro, y alabará mis grandes hechos. Las ovejas del país en Quedar serán para ustedes; sobre mi altar me podrán presentar los carneros de Nebaiot como ofrendas agradables, y yo haré que mi templo se vea aún más hermoso.

Llegan barcos de alta mar trayendo a los habitantes de Jerusalén con su oro  y su plata. Vienen para adorarme, pues soy el Dios santo de Israel que los llena de poder.

Habitantes de Jerusalén, yo estuve muy enojado con ustedes y por eso los castigué; pero ahora les mostraré lo mucho que los amo.  Gente extranjera reconstruirá las murallas de la ciudad, y los reyes de otras naciones se pondrán a su servicio.

Los portones de Jerusalén no se cerrarán ni de día ni de noche; así las naciones, bajo la guía de sus reyes, podrán traerles sus riquezas. Todas las naciones que no estén al servicio de ustedes serán destruidas por completo.

Dios continuó diciendo a los habitantes de Jerusalén: Todas las riquezas del Líbano y todas sus finas maderas vendrán a dar hermosura a mi templo, donde he puesto mi trono. Los descendientes de sus antiguos enemigos vendrán y se humillarán ante ustedes; quienes antes los despreciaban, se arrodillarán ante ustedes y llamarán a Jerusalén: Ciudad del Dios santo de Israel.

Jerusalén se ha quedado abandonada, odiada y muy sola, pero yo haré que llegue a ser motivo de orgullo y alegría. Las naciones traerán sus mejores alimentos y los reyes le entregarán sus regalos. Así los habitantes de Jerusalén reconocerán que yo soy el poderoso Salvador de Israel.

Yo, el Dios de Israel, haré que gobierne la paz y que haya justicia. Les daré oro en vez de bronce, plata en vez de hierro, bronce en vez de hierro, bronce en vez de madera, y hierro en vez de piedras. Nunca más se oirá en Israel el ruido de la violencia, ni habrá destrucción ni ruina: a las murallas de Jerusalén las llamarán “Salvación” y a sus portones “Alabanza”. Ya no será necesario  que el sol alumbre de día y que la luna brille de noche, porque para siempre yo seré su luz y resplandor.

El sol jamás se ocultará y la luna nunca perderá su luz, porque yo soy el Dios de Israel, y seré para ustedes una luz que brillará para siempre. Así pondré fin a su tristeza. En Jerusalén sólo vivirá gente honrada que será la dueña del país. Será como los brotes de una planta que yo mismo plantaré; será la obra de mis manos que manifestará mi poder. Hasta la familia más pequeña se convertirán en una gran nación. Yo soy el único Dios, y cuando llegue el momento, haré que todo esto suceda pronto.

No obstante, el ser humano debe despertar y levantarse aunque haya situaciones difíciles pues debe poner su confianza en Dios y prepararse pues el Señor vendrá y es preponderante que cada persona lo espere con un corazón humilde dispuesto a recibirle pues es una decisión personal de cada quién. Ahora bien, cuando el hombre acepta a Jesucristo en su vida, el ser humano puede mostrar un rostro alegre debido a la presencia de Dios e irradiará luz porque Dios es el que resplandece su rostro, el que embellece las actitudes de cada persona, por lo que apegado al Señor, la alegría permanecerá.


Con Alta Estima,-

martes, 25 de febrero de 2014

Nadie dice la verdad...


Isaías dijo: Dios tiene poder para salvar y tiene buenos oídos para oir. Pero la maldad de ustedes los ha separado de Dios. Sus pecados han hecho que Dios se tape los oídos y no quiera escucharlos. Ustedes tienen las manos llenas de sangre por los crímenes que han cometido. Ustedes mienten y maldicen. Nadie se presenta ante el juez con buenas intenciones, y en los juicios falta la honradez. Confían en la mentira y nadie dice la verdad. Están llenos de maldad y no lo disimulan.

Ustedes sólo planean maldades, y traen la muerte a todos. Viven haciendo el mal, y están enredados en la violencia. Se apresuran a cometer crímenes y corren a derramar sangre inocente;  a su paso quedan sólo ruinas.

No son gente de paz ni hay rectitud en sus acciones. Su conducta está torcida, y los que andan con ellos tampoco vivirán en paz.

El pueblo de Israel dijo: Por causa de nuestra maldad la justicia no se cumple entre nosotros: esperábamos vivir en la luz, pero nos hemos quedado en tinieblas. Caminamos como ciegos, tocando la pared; tropezamos en pleno mediodía como si fuera de noche; aunque parezcamos tener vida, en realidad estamos muertos. Nos pasamos la vida llorando, y esperando que nos haga justicia, pero Dios no viene en nuestra ayuda.

Hemos ofendido a Dios, y nuestros pecados nos acusan, nuestras maldades nos acompañan, y reconocemos nuestras culpas. Hemos sido infieles a Dios, no lo hemos obedecido; somos violentos y traicioneros, y engañamos a la gente. Nos hemos burlado de la justicia y Dios no viene a salvarnos. La sinceridad está por los suelos, y no hay honradez, y al que hace el bien se le quita lo que tiene.

Isaías dijo:  Dios se mostró muy disgustado al ver la falta de justicia. Vio con sorpresa que esto a nadie le importaba. Entonces decidió usar su propio poder y así nos dio la salvación. Tomó la justicia como escudo y se puso la salvación como casco; la venganza lo cubrió como una capa y el enojo lo envolvió como un manto, para castigar a sus enemigos y darle a cada cual su merecido.

Al ver el poder de Dios, todo el mundo temblará de miedo, porque Dios vendrá con la furia de un río desbordado, y empujado por un fuerte viento. Dios vendrá a salvar a los que viven en Jerusalén, y a todos los israelitas que se arrepientan de sus pecados. Dios ha jurado que así será.

Dios dijo: Yo hago un pacto con ustedes: les prometo que mi poder, y las enseñanzas que les he dado, nunca se apartarán de ustedes ni de sus descendientes.

Sabes, es importante que el hombre se vuelva a Dios con un corazón sencillo, que lo aprenda a conocer a través de su Palabra y crea en El pues es inminente que busque el camino del Señor para que goce de paz, pero es necesario que el hombre sea prudente y obediente a los mandamientos para que evite hacer lo malo y que el hombre adquiera nuevos valores, como la honradez, la sinceridad, la justicia, y así el hombre cambiará y tendrá una mirada nueva, llena de luz, unos pensamientos limpios para  lograr una vida de rectitud,  haciendo el bien


Con Alta Estima,

lunes, 24 de febrero de 2014

El ayuno que a mí me agrada…


Dios le dijo a Isaías: ¡Grita bien fuerte, grita sin miedo, alza la voz como una trompeta! ¡Reprende a mi pueblo, el pueblo de Israel, a causa de sus culpas y de todos sus pecados! Ellos me consultan todos los días y dicen que quieren obedecerme, como  si fueran gente de bien que no se aparta de mis leyes. Ellos me piden leyes justas y quieren estar cerca de mí. Sin embargo, andan diciendo: ¿Para qué ayunar, si Dios no nos ve? ¿Para qué sacrificarnos, si a él no le importa?

En el día de ayuno ustedes hacen negocios y maltratan a sus trabajadores. Ese día discuten, se pelean, y se agarran a golpes. ¡Si quieren que escuche sus oraciones no ayunen de esa manera! Ese tipo de ayuno no me agrada para nada.

Ustedes agachan la cabeza como una caña del río, y vestidos de luto se acuestan sobre la ceniza. Y a eso le llaman “ayuno” y “día agradable” para Dios. ¡Pero en realidad no es así!

El ayuno que a mí me agrada es que liberen a los presos encadenados injustamente, es que liberen a los esclavos, es que dejen en libertad a los maltratados y que acaben con toda injusticia; es que compartan el pan con los que tienen hambre, es que den refugio a los pobres, vistan a los que no tienen ropa, y ayuden a los demás.

Los que ayunan así brillarán como la luz de la aurora, y sus heridas sanarán muy pronto. Delante de ellos irá la justicia y detrás de ellos, la protección de Dios. Si me llaman, yo les responderé; si gritan pidiendo ayuda, yo les diré: “Aquí estoy”. Si dejan de maltratar a los demás, y no los insultan ni los maldicen; si ofrecen su pan al hambriento y ayudan a los que sufren, brillarán como luz en la oscuridad, como la luz del mediodía.

Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el calor del desierto, daré fuerzas a su cuerpo, y serán como un jardín bien regado, como una corriente de agua. Reconstruirán las ruinas antiguas, reforzarán los cimientos antiguos, y los llamarán: Reparadores de muros caídos, Reconstructores de casas en ruinas.

Respeten el día de descanso, y no se ocupen de sus negocios. Que ese día sea santo para ustedes, y un motivo de alegría. Que sea un día dedicado sólo a mí. Si respetan ese día, dejando de hacer negocios y de hablar inútilmente, entonces yo, su Dios, seré su alegría. Los haré gobernantes del país y les entregaré la tierra que prometí a su antepasado Jacob. Les juro que así será.

Aquí puedes darte cuenta que es necesario que el ser humano aprenda a hacer ayuno de acuerdo a lo que agrada a Dios, para que El escuche las plegarias de tu corazón, pero sabes, es prioritario que el hombre conozca a Diosa través de su Palabra para que El lo capacite en entendimiento a sus enseñanzas y las aplique a su vida para seguir el camino correcto.

Así pues, sería bueno que el hombre respete el día de descanso y honre a Dios, haga ayuno y busque hacer algo que no sea de su preferencia sino más bien que sus acciones sean de bendición a otros, no como los fariseos que les gustaba aparentar, que los vieran y se mostraban tristes, pero el hombre cuando ayune lo hará con discreción y humildad para estar en comunión con Dios.

Ahora bien, el tiempo apremia, por lo tanto, el hombre debe darse prisa, debe levantarse y renovar su mente, su corazón y cambiar de conducta, adquirir más consciencia en su manera de actuar, sin envidia ni egoísmo para que logre ser mejor persona cada día y, fíjate que con fe, amor y disciplina el ser humano podrá romper la cadena del pecado. ¡Urge! Que el hombre  tome sabias decisiones para que sean rectos sus caminos y, por ende, contará con la protección del Señor, quien lo ayudará a fortalecer su voluntad y estar preparado para vencer la adversidad.


Con Alta Estima,

sábado, 22 de febrero de 2014

No quiero que te desanimes…


Isaías dijo: Muere la gente honrada y a nadie le llama la atención; desparece la gente buena y nadie entiende que la muerte los libra de sus males. Ellos me obedecieron en todo y ahora descansan en paz.

Dios dijo: Y ustedes, gente infiel, que adora a los ídolos, acérquense y presten atención. ¿De quién se burlan ustedes? ¿A quién le sacan la la lengua? Ustedes son hijos del pecado; son gente mentirosa. Debajo de los robles y de todo árbol verde tienen relaciones sexuales para adorar a dioses falsos; junto a los arroyos y en las cuevas de las rocas sacrifican niños en su honor.

Ustedes, los israelitas, prefieren adorar las piedras lisas del arroyo; a ellas les han llevado ofrendas de vino y de cereales. Y después de todo esto, ¿esperan verme contento?

Sobre un monte alto y empinado tendieron sus camas, y allí subieron a ofrecer sacrificios. Detrás de las puertas de sus casas colocaron sus dioses falsos, se olvidaron de mí, y los adoraron; hicieron pactos con otras naciones mientras adoraban a esos ídolos.

Van corriendo hacia el dios Mélec, llevando aceite y muchos perfumes; hasta buscan consejo de los espíritus de los muertos. Caminan y caminan para adorar a sus dioses, y parecen no cansarse, ¿Para qué tantas peregrinaciones, si todo eso es inútil? ¿Quiénes son esos dioses que tanto los asustan, para que me sean infieles y me olviden por completo?

Cuando ustedes no me adoraban, yo me quedaba callado y cerraba los ojos. Pero ahora voy a denunciar todo lo que están haciendo. Todas sus obras no les servirán de nada. Cuando griten pidiendo auxilio, esos ídolos no los ayudarán ni los librarán. El viento se los llevará; de un soplo desaparecerán. En cambio, el que se refugia en mí, heredará la tierra y vivirá en Jerusalén. Yo soy el Dios todopoderoso.

Entonces Dios dijo: ¡Abran paso, abran paso, preparen un camino llano, para que pase mi pueblo! Porque yo soy el Dios eterno y mi nombre es santo. Yo vivo en un lugar alto y sagrado, pero también estoy con los pobres y animo a los afligidos.

Pueblo mío, no siempre voy a acusarte, ni estaré enojado todo el tiempo. Yo mismo te hice, y no quiero que te desanimes.

Israel, a causa de tu pecado por un tiempo estuve enojado contigo; entonces te castigué y me alejé de ti. Pero ustedes los israelitas se pusieron muy caprichosos y se rebelaron contra mí. Yo he visto su desobediencia, pero les quitaré su rebeldía y les daré descanso. A todos los que están tristes los haré entonar este canto de acción de gracias.

¡Paz al que está lejos, paz al que está cerca! ¡Yo perdonaré a mi pueblo! Pero los malvados son como un mar agitado que no se puede calmar; sus olas arrastran barro y suciedad. ¡No pueden vivir en paz! Les juro que así es.

Aquí puedes darte cuenta que es urgente que el ser humano busque a Dios, que obedezca y  aprenda a cumplir sus enseñanzas, sobretodo, ame a su prójimo como a sí mismo, que  evite adorar dioses falsos, decir mentiras, tener prácticas ilícitas en que el hombre se degrade a sí mismo, siendo de prioridad que reconozca a Dios como su redentor y salvador, que respete al Dios Santo,  alejándose del mal,  no rebelándose, pero sabes, a pesar de los errores del hombre, el Señor es bueno y misericordioso y él perdona a cada persona que se arrepiente pues Dios vivirá con los humildes de corazón  él los fortalecerá  para que vivan en paz.


Con Alta Estima

viernes, 21 de febrero de 2014

Hagan lo que es justo y bueno…


Dios dijo: Hagan lo que es justo y bueno porque pronto voy a mostrar mi poder salvador. Dichoso el que obedece mis mandamientos y los cumple con fidelidad. Dichoso el que respeta el día de descanso y nunca hace nada mal.

Si un extranjero me adora, no tiene por qué decir: Dios me apartará de su pueblo. El hombre que no puede tener hijos tampoco debe decir: Yo parezco un árbol seco. Porque si estos hombres respetan el día de descanso, si me obedecen y son fieles a su pacto, yo les daré algo mejor que tener hijos e hijas: haré que el nombre ellos quede grabado para siempre en los muros de mi templo. Les daré un nombre eterno que nunca será borrado.

A los extranjeros que me adoran, que respetan el día de descanso, y son fieles a mi pacto, yo los traeré a mi monte santo y los haré dichosos en mi casa de oración. Si esos extranjeros me adoran, me sirven y me aman, yo aceptaré los sacrificios que ofrecen sobre mi altar, porque mi casa será llamada: Casa de oración para todos los pueblos.

Yo haré que los israelitas que aún están fuera de su tierra vuelvan a reunirse en su país. Les juro que así será.
Dios dijo: Naciones enemigas, vengan y ataquen a mí pueblo; devórenlo como animales salvajes.
Ustedes, jefes de mi pueblo, deberían protegerlo como perros guardianes, pero parecen estar ciegos, no se dan cuenta de nada; parecen estar mudos, no hacen ni dicen nada; les gusta mucho dormir, se pasan la vida durmiendo y soñando.

Ustedes, jefes de mi pueblo, son como perros hambrientos que nunca se llenan. Son gente que no entiende nada, cada uno va por su camino, siempre detrás de sus ganancias.

Ustedes, jefes de mi pueblo, dicen: ¡Vengan! Vamos a emborracharnos. Y mañana haremos lo mismo, o beberemos mucho más.

Sabes, es  conveniente que el ser humano busque a Dios y demuestre su amor y fidelidad practicando la justicia con sus semejantes y sobretodo, recibirá bendiciones por guardar sus mandamientos y así cumplirá con el nuevo pacto obedeciendo a sus principios, siguiendo su camino y al final de la marcha, recibirá algo mejor, el acceso a la vida eterna.  


Con Alta Estima,

jueves, 20 de febrero de 2014

Obedézcanme y vivirán…


Dios dijo: todos los que tengan sed vengan a beber agua; y los que no tengan dinero vengan y lleven trigo, vino y leche sin pagar nada. ¡Oiganme bien y comerán una comida buena y deliciosa! No vale la pena ganar dinero y gastarlo en comidas que no quitan el hambre. ¡Vengan a mí y presten atención; obedézcanme y vivirán! Yo me uniré a ustedes para siempre, y así cumpliré las promesas que hice a mi amado rey David. Yo lo puse a él por testigo, para que guiara y enseñara a todas las naciones.

Pueblo de Israel, llamaras a pueblos que no conocías, y ellos irán corriendo hacia ti, porque yo, tu Dios, te pondré sobre todas las naciones.

Isaías dijo: Ahora es el momento oportuno: ¡busquen a Dios!; ¡llámenlo ahora que está cerca! Arrepiéntanse, porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; él tiene compasión de ustedes. Que cambien los malvados su manera de pensar, y que dejen su mala conducta.

Dios dijo: Yo no pienso como piensan ustedes ni actúo como ustedes actúan. Mis pensamientos y mis acciones están muy por encima de lo que ustedes piensan y hacen: ¡están más altos que los cielos! Les juro que así es.

Dios dijo: La lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven a subir sin antes mojar y alimentar la tierra. Así es como brotan las semillas y el trigo que comemos. Lo mismo pasa con mi palabra cuando sale de mis labios: no vuelve a mí sin antes cumplir mis órdenes, sin antes hacer lo que yo quiero.

Ustedes, los israelitas, saldrán de Babilonia con alegría y volverán con bien a su propio país. Cuando los montes y los cerros los vean, cantarán canciones muy alegres, y los árboles del campo aplaudirán. Crecerán pinos en lugar de espinos y arrayanes en lugar de ortigas.

El mundo entero alabará a Dios, y esos será muestra de su maravilloso poder.

Por lo tanto, es prioritario que el hombre busque a Dios y a través de leer su Palabra tendrá un mayor acercamiento, su fe aumentará y por ende tendrá crecimiento espiritual, pero sabes, lo maravilloso es que el hombre al vivir apegado a las enseñanzas de Jesucristo, ha halado la sabiduría pues todo lo que viene de Dos, son de valor eterno.

Así pues, es momento de que el hombre se arrepienta y se vuelva a Dios para unirse a él  y El cumplirá las promesas 


Con Alta Estima,

miércoles, 19 de febrero de 2014

Siempre estaré a tu lado…


Isaías dijo: Jerusalén, tú que nunca has sido madre ni has podido tener hijos, lanza gritos de alegría, entona alegres canciones porque Dios dice: Jerusalén, mujer abandonada, tendrás más hijos que la mujer casada.
Nación de Israel, agranda tu tienda de campaña, extiende las cuerdas y clava bien las estacas, porque te vas a extender de un extremo al otro. Tus hijos conquistarán muchas naciones y ocuparán las ciudades que ahora están deshabitadas.

No tengas miedo, pues no te insultarán ni pasarás vergüenza. Cuando eres joven pasaste la vergüenza de no tener hijos. Después te quedaste sola como una viuda. Pero no volverás a acordarte de tu vergüenza, porque Dios es tu creador y te tomará por esposa.

El Dios santo de Israel es tu salvador; es el Dios todopoderoso y reina en toda la tierra.
Pueblo de Israel, tú eras como una esposa joven, que quedó abandonada y afligida, pero tu Dios vuelve a llamarte y te dice: Sólo por un momento te deje abandonada, pero con gran ternura te aceptaré de nuevo. Cuando me enojé contigo, me aleje de ti por un poco de tiempo, pero muy pronto tuve compasión de ti y te manifesté mi amor eterno.

Dios le dijo al pueblo de Israel: Después que cubrí toda la tierra con las aguas del diluvio, yo le juré a Noé: Nunca más habrá otro diluvio. Del mismo modo, ahora te juro que nunca más me enojaré contigo ni volveré a amenazarte. Las montañas podrán cambiar de lugar, los cerros podrán venirse abajo, pero mi amor por ti no cambiará. Siempre estaré a tu lado y juntos viviremos en paz. Te juro que tendré compasión de ti.

Ciudad de Jerusalén, ahora estás oprimida y atormentada, y no hay nadie que te consuele. Pero yo construiré con piedras preciosas tus cimientos y tus muros, tus torres y tus puertas. Yo instruiré a tus habitantes, y todos vivirán en paz. La justicia te hará fuerte, y no volverás a sentir miedo. Si una nación te ataca, tú la vencerás porque no cuenta con mi apoyo.

Mira, yo he creado al herrero que fabrica herramientas. Pero también he creado ejércitos que todo lo arruinan y destruyen. Sin embargo, nadie ha hecho un arma capaz de destruirte.

Israel, tú harás callar a todo el que te acuse, porque yo, el único Dios, hago triunfar a los que me adoran. Te juro que así será.

Por lo que es esencial que el ser humano aprenda lo importante que son las enseñanzas de Dios para su vida pues es lo único verdadero  para que el hombre adquiera sabiduría, pero sabes, es de prioridad que cada persona ponga su confianza en Dios y crea y espere en sus promesas, pues Dios no cambia y su amor es tan grande que siempre cuidará y tendrá compasión de todo aquél que le busque, para que  construya su vida obedeciendo sus enseñanzas y con la instrucción de su Palabra sea sabio y viva en paz.


Con Alta Estima,

martes, 18 de febrero de 2014

No lo tuvimos en cuenta…


Isaías dijo: ¡Nadie ha creído a nuestro mensaje! ¡Nadie ha visto el poder de Dios! El fiel servidor creció como raíz tierna en tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo ni deseable.

Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta. A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado. Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; el sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.

Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el castigo que nosotros merecíamos. Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca.

Cuando lo arrestaron, no lo trataron con justicia. Nadie lo defendió ni se preocupó por él; y al final, por culpa de nuestros pecados, le quitaron la vida. El fiel servidor de Dios murió entre criminales y fue enterrado con los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen ni jamás engañó a nadie.

Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir, y el fiel servidor ofreció su vida como sacrificio por nosotros. Por eso, él tendrá una vida muy larga, llegará a ver a sus descendientes, y hará todo lo que Dios desea. Después de tanto sufrimiento, comprenderá el valor de obedecer a Dios. El fiel servidor, aunque inocente, fue considerado un criminal, pues cargó con los pecados de muchos para que ellos fueran perdonados. El dio su vida por los demás; por eso Dios lo premiará con poder y con honor.

No obstante, es esencial que el ser humano viva de acuerdo a los mandamientos establecidos por Dios para que tenga una vida plena, siendo necesario, que en el aspecto espiritual sea capacitado en el conocimiento de Dios, que la Palabra ilumine su entendimiento y se arrepienta de haber faltado a sus enseñanzas y El Señor le ofrecerá el perdón de pecados y los borrará. Así puedes darte cuenta de la grandeza Dios, con este acto tan sublime, demuestra su amor al ser humano y vuelve a hacer un nuevo Pacto, al enviar a su hijo Jesucristo como sacrificio, quien dio su vida para salvar a la humanidad. Por tanto,  es prioritario que toda persona,  lo acepte en su corazón y que se vuelva a El, ponga su confianza en  Dios, y El  lo guiará en el  camino de rectitud.

Asimismo, es urgente, que el hombre aprenda a agradecer a Dios la grandeza de su amor pues Jesucristo vino a sufrir, sin merecer tanto maltrato, padeció y no se quejó,  para que el hombre sea restaurado y pueda tener una relación personal con el Creador, pero sabes,  es imprescindible  que el hombre comprenda que su vida tiene un propósito “la obediencia” de acuerdo a  la voluntad de Dios, y así la presencia de Dios en su vida lo llenará de gozo y alegría.


Con Alta Estima  

lunes, 17 de febrero de 2014

Entonen canciones de alegría…


Dios dijo:¡Despierta, Jerusalén, despierta! ¡Levántate y sé fuerte! Jerusalén, ciudad santa, vístete de gala, que los enemigos extranjeros ya no volverán a atacarte.

¡Jerusalén, levántate! ¡Sacúdete el polvo! ¡Quítate del cuello las cadenas, y siéntate en el trono! Ustedes fueron vendidos por nada, y ahora, sin dinero serán liberados. Hace mucho tiempo mi pueblo descendió a Egipto y vivió allí como pueblo esclavo. Y ahora, sin motivo alguno, Asiria ha maltratado a mi pueblo.

Pero, ¿qué está pasando? Sin motivo se han llevado a mi pueblo a la nación de Babilonia; sus gobernantes se burlan de él, y en todo momento me ofenden. Pero vendrá un día en que mi pueblo me conocerá. En aquel día sabrán que yo soy quien dice: ¡Aquí estoy!

Isaías dijo: Qué hermoso es ver al que llega por las colinas trayendo buenas noticias: noticias de paz, noticias de salvación, y le dice a Jerusalén: ¡Tu Dios reina! ¡Escucha! Tus guardias gritan de alegría, porque ven con sus propios ojos que Dios vuelve a Jerusalén.

Habitantes de Jerusalén, ¡entonen canciones de alegría! Dios ha consolado a su pueblo, ¡ha liberado a Jerusalén! Dios mostrará su poder a todas las naciones, y todas las regiones de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

Ustedes, pónganse en marcha, ¡salgan ya de Babilonia! Ustedes que transportan los utensilios del templo, ¡no toquen nada impuro! No tendrás que apurarse ni salir huyendo, porque nadie los perseguirá. ¡El Dios de Israel los protegerá de todo peligro!

Dios dijo: Mi fiel servidor triunfará; se le pondrá en un alto trono y recibirá los honores que merece. Muchos se asombrarán al verlo, por tener la cara desfigurada, y no parecer un ser humano. Muchas naciones se asombrarán, y en la presencia de mi fiel servidor los reyes quedarán mudos, porque verán y entenderán lo que jamás habían oído.

Así pues, es tiempo de que el ser humano acepte a Jesucristo como su salvador, que se arrepienta y sea restaurado. Por lo que al ser redimido el hombre cambiará su vestidura, pues su mente ha sido renovada y su corazón purificado pues se ha apartado del mal. Y entonces, el hombre logra hacer cambios en su estilo de vida, Dios vive y reina en el corazón de cada persona arrepentida, pero sabes, esto es una decisión personal querer entablar una relación de comunión con Dios, pidiéndole entendimiento al leer su Palabra y que su vida sea llena de gozo y  de conocimiento del Señor. ¡Darse prisa! Es tiempo de que el hombre se levante y se ponga en marcha y siga el camino de rectitud.


Con Alta Estima

sábado, 15 de febrero de 2014

Soy yo mismo el que los anima…


Dios dijo: ¡Escúchenme todos ustedes, los que buscan a Dios y aman la justicia! Ustedes son descendientes de Abraham y de Sara. Miren el ejemplo que ellos les han dejado. Cuando yo llamé a Abraham, él era sólo uno, pero lo bendije y le di muchos hijos.

Aunque Jerusalén está en ruinas, yo la consolaré y la convertiré en un hermoso jardín. Será como el jardín que planté en Edén. Entonces Jerusalén celebrará y cantará canciones de alegría y de acción de gracias.
Dios continuó diciendo: Préstame atención, pueblo mío; voy a da mi enseñanza, y mi justicia servirá de guía para las naciones. Ya se acerca mi justicia, mi salvación está en camino. ¡Con mi poder juzgaré a las naciones! Los pueblos de las costas lejanas confían en mí. Mi poder los llena de esperanza.

¡Levanten los ojos al cielo! ¡Miren la tierra aquí abajo! El cielo desaparecerá como humo, la tierra se gastará como un vestido, y sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación y mi justicia permanecerán para siempre.

Escúchenme, ustedes que saben lo que es bueno y que conocen mi ley. No teman ni se desalienten por los insultos de la gente, porque esa gente desaparecerá como ropa comida por la polilla, con lana devoradora por los gusanos. Pero mi salvación y mi justicia permanecerán para siempre.

Los israelitas clamaron: ¡Despierta, Dios, despierta! ¡Despierta y vístete de fuerza! Muestra tu poder como lo hiciste en el pasado, cuando destruiste a los egipcios. Tú sacaste las aguas del mar y allí abriste un camino por donde marchó tu pueblo liberado. Lo mismo que en el pasado, ahora volverán los que tú rescataste y entrarán en Jerusalén con gritos de alegría. Estarán llenos de alegría, y el llanto y el dolor desparecerán.

Dios dijo: Soy yo mismo el que los anima. ¿Por qué le tienen miedo a simples seres humanos que no son más que hierba? No olviden que yo soy su creador. Yo soy el que extendió los cielos y afirmó la tierra. No teman al enemigo que con furia quiere destruirlos. Frente a mi poder toda su furia desaparece. Pronto serán liberados los prisiones; no les faltará el pan ni morirán en la cárcel, porque yo soy el único Dios, el Dios todopoderoso. Yo agito el mar, y las olas se levantan con estruendo.

Yo les dije lo que deben decir, y los protegeré con mi poder. Yo he extendido los cielos y afirmado la tierra, y ahora digo: Habitantes de Jerusalén, ¡ustedes son mi pueblo!

Isaías dijo: ¡Despierta, Jerusalén, despierta! Levántate, tú que has sufrido el enojo de Dios. Los has sufrido tanto que ni levantarte puedes. De todos los hijos que tuviste, no hubo ninguno que te guiara; de todos los hijos que criaste, ninguno te temó de la mano.

Estas dos desgracias han venido sobre ti: ¡Has sufrido la guerra y el hambre! ¿Quién tendrá compasión de ti? ¿Quién te consolará? Tus hijos están tirados por las calles, están como venados atrapados en la red. Toda la furia y el reproche de Dios han caído sobre ellos.

Por eso, habitantes de Jerusalén, ustedes que están borrachos pero no de vino, escuchen lo que dice su Dios, el Dios que defiende a su pueblo: En mi enojo los castigué duramente y los hice rodar por el suelo; pero ya no volveré a castigarlos. Más bien castigaré a sus enemigos, esos que les dijeron: ¡Tírense al suelo, para que los aplastemos! Ustedes obedecieron, ¡Y ellos los aplastaron!

Por lo tanto, si el ser humano  confía en Dios, debe estar atento a escuchar su voz, pues solo Dios corrige la injusticia que prevalece en este mundo inhóspito, separado de Dios. Así también, Dios hace un llamado a todo aquel que todavía no cree en El, que aún no le conoce a que se arrepienta y enmiende su camino, que adopte un nuevo estilo de vida para que el hombre logre vivir en rectitud. Ahora bien,  es ¡urgente! Que el hombre busque a Dios, de manera que su corazón sea purificado y pueda florecer y dar fruto pues apegado a su Palabra como alimento diario el hombre podrá impregnarse del conocimiento de Dios, actuará con sabiduría y seguirá construyendo su vida. Y, sabes, Dios a pesar de los errores que el hombre comete, El le rescata, siendo prioridad la obediencia a su ley y  Dios  le otorgará la salvación que es un proyecto eterno con el Creador.


Con Alta Estima,

viernes, 14 de febrero de 2014

Caminan en la oscuridad…


Dios dijo: Israelitas, cuando vine a buscarlos, no los encontré; cuando los llamé, no me respondieron. Yo no los abandoné, ni los vendí como esclavos para pagar deudas; lo hice por causa de sus pecados. Pero tengo el poder para salvarlos y rescatarlos. Yo cubro los cielos de oscuridad como si vistieran de luto. Basta una simple orden mía para que el mar y los ríos se sequen, para que por falta de agua los peces se mueran y se pudran.

El fiel servidor dijo: Dios me enseñó a consolar a los que están afligidos y cansados. Me despierta todas las mañanas, para que reciba sus enseñanzas como todo buen discípulo. Dios me enseñó a obedecer, y no he sido rebelde ni desobediente. No quité mi espada a los que me golpeaban ni escondí mis mejillas de los que me arrancaban la barba; ni me cubrí la cara cuando me escupían y se burlaban de mí.

Por eso, no seré humillado, pues es Dios quien me ayuda. Por eso me mantengo firme como si fuera una roca, y sé que no seré avergonzado. Conmigo está el que me protege. Nadie puede acusarme de un delito. El que quiera acusarme, ¡que venga y se me enfrente! ¡El Dios todopoderoso es quien me ayuda! Nadie podrá condenarme. Mis enemigos desaparecerán como la ropa comida por la polilla.

Ninguno de ustedes teme a Dios ni obedece la voz de su fiel servidor. Caminan en la oscuridad, sin un rayo de luz, no confían en el único Dios. Al contrario, encienden fuegos y prenden antorchas; caminan a la luz de su propio fuego. Pero el Dios todopoderoso los castigará y los hará sufrir.


Así pues, es importante que el hombre obediente esté atento a la voz de Dios, que su oído cada día sea más perceptivo a lo que Dios quiere que haga, ya que es tiempo de que el hombre esté alerta para cumplir el propósito por el que ha sido creado , pero sabes es de prioridad que el ser humano confíe en el Señor para que sea guiado por el espíritu santo y no por el razonamiento humano, que esté apegado a la Palabra de Dios para que camine con sabiduría su trayectoria de vida.

Con Alta Estima,

jueves, 13 de febrero de 2014

Los llevaré a fuentes de agua…


Israel dijo: ¡Ustedes, pueblos de las costas más lejanas, óiganme y presten atención! Yo soy el fiel servidor de Dios. El pronunció mi nombre desde antes que yo existiera como pueblo. Dios hizo que mis palabras fueran poderosas como flechas,  como espadas afiladas. Dios me protegió, me cuidó, y me dijo: Tú eres mi fiel servidor; gracias a ti daré a conocer mi poder.

Sin embargo, yo me dije: He trabajado inútilmente; me he quedado sin fuerzas y no he logrado nada. En realidad, lo que hago es gracias al poder de Dios, y ya él ha preparado mi recompensa. Dios me formó desde antes que naciera para que fuera yo su fiel servidor, y siempre estuviéramos unidos. Para Dios, yo valgo mucho;  por eso él me fortalece.

Dios le dijo a su fiel servidor: Yo te he enviado para que reúnas a las tribus de Israel y las hagas volver a su patria. Aun esto es muy poco para ti. Por eso te pondré como una luz para las naciones, y haré que lleves la salvación hasta el último rincón del mundo.

Dios, el Salvador y santo de Israel, le dijo al pueblo: Israel, tú has sido despreciado y odiado por otros pueblos, y ahora eres esclavo de esos tiranos. Pon atención a mis palabras: Yo soy tu único Dios; cuando los reyes y los príncipes de otras naciones te vean, se humillarán ante ti. ¡Yo te he elegido y te cumpliré esta promesa!

Dios les dijo a los israelitas: Cuando llegó el momento de mostrarles mi bondad, fui bondadoso con ustedes; cuando necesitaron salvación, yo les di libertad. Yo los formé para que fueran una bendición para otros pueblos. Por eso ustedes, israelitas, volverán a ocupar las tierras que sus enemigos destruyeron, y reconstruirán el país. Ustedes les dirán a los presos: ¡Quedan en libertad!, y a los que viven en la oscuridad: ¡Salgan a la luz!

Ustedes encontrarán buenos pastos junto a todos los caminos, y en cualquier cerro desierto tendrán alimento para el ganado. No tendrán hambre ni sed, ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a fuentes de agua. Les abriré un camino a través de las montañas y los haré pasar por un terreno llano. Ustedes, los israelitas, vendrán de muy lejos, de todos los rincones del mundo.

¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate mucho! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque yo, el único Dios, consuelo a mi pueblo y tengo compasión de los pobres.

El pueblo de Jerusalén decía: Dios me abandonó, mi Dios se olvidó de mí.

Pero Dios respondió: Jerusalén, ¿acaso puede una madre olvidar o dejar de amar a su hijo? Y aunque ella lo olvidara, yo no me olvidaré de ti. Yo te llevo grabada como un tatuaje en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas. Ya se han ido tus destructores; si con rapidez te destruyeron, con más rapidez serás reconstruida. Levanta los ojos y mira a tu alrededor, todos los israelitas se reúnen y vuelven hacia ti. Yo soy el único Dios, y juro por mi vida que todos tus habitantes serán como los adornos de una novia.

Tú, Jerusalén, estabas en ruinas, pero ya se han alejado los que te destruyeron. Ahora tendrá tantos habitantes que el país te resultará pequeño. Los hijos que  dabas por perdidos te dirán al oído: Ese país es demasiado pequeño para todos nosotros.

Tú, Jerusalén, dirás como una madre: ¿Quién me dio tantos hijos? Yo no tenía hijos ni podía tenerlos; me habían dejado sola, quedé completamente abandonada. ¿Quién crió a estos hijos míos? ¿De dónde vinieron? Yo daré una orden a las naciones para que traigan en brazos a tus hijos y a tus hijas. Los reyes serán tus padres adoptivos, y las princesas, tus niñeras. Se arrodillarán ante ti y reconocerán  que no quedan avergonzados los que confían en mí, y que yo soy el único Dios.

A un guerrero no se le puede quitar lo que ha ganado en el combate; un prisionero de guerra no se puede escapar del tirano. Pero yo, el único Dios, declaro que al guerrero y al tirano les quitarán lo que hayan conquistado. A ustedes los israelitas les digo que yo salvaré a sus hijos y a sus hijas de manos de sus enemigos. Haré que sus opresores se coman su propia carne y se emborrachen con su sangre. Así sabrá toda la humanidad que yo soy el único Dios, soy el Dios todopoderoso, y el salvador de Israel.

Así pues es imprescindible que el ser humano conozca su identidad como hijos de Dios, que de gracias por toda su bondad y aprenda a ser su  fiel servidor. Sabes, Dios da valor al hombre y le fortalece pero es necesario que el hombre se arrepienta, reciba su perdón y entonces será restaurado pues Dios quiere que el hombre sea luz dondequiera que se encuentre y sea de bendición a otros.

Asimismo, el Señor le ayudará a cada persona a que siga caminando por senderos de rectitud, pero es esencial que lo reconozca como su único Dios, que tome conciencia de lo que hace, se apegue a sus enseñanzas,  y el Señor lo guiará por manantiales de agua para que no tenga hambre ni sed, pues el amor de Dios es tan grande que  tendrá misericordia de sus hijos. Así también, cuando el hombre pone su confianza en Dios, aquellos que se habían apartado de su camino, se volverán a El, pues es el único Dios todopoderoso.


Con Alta Estima, 

miércoles, 12 de febrero de 2014

Mi nombre debe ser siempre respetado…


Isaías dijo: Escuchen esto, israelitas, descendientes de Jacob; escuchen esto, ustedes, los que pertenecen a la tribu de Judá: Ustedes juran y oran en el nombre del Dios de Israel, pero no lo hacen como es debido. Ustedes están muy orgullosos de vivir en la santa ciudad de Jerusalén, y de ser protegidos por el Dios de Israel, cuyo nombre es Dios todopoderoso.

Sin embargo, Dios declara: Yo di a conocer los hechos del pasado antes de que sucedieran; y tal como lo había anunciado estos hechos se cumplieron. Como yo sabía que ustedes tienen la cabeza más dura que el hierro y el bronce, les anuncié todo esto desde mucho antes; así no podrían decir que eso lo hizo un falso dios. Si ustedes se fijan bien, reconocerán que todo esto es cierto.

Ahora les voy a anunciar cosas nuevas y ocultas, que ustedes no conocían. Hoy voy a crear algo nuevo, algo que antes no existía. Ustedes, hasta hoy, no habían oído hablar de ellas: así que no podrán decir que ya las sabían. Ustedes no habían oído ni conocido nada de esto, porque yo bien sabía que ustedes son infieles y que siempre han sido rebeldes.

Yo he tenido paciencia con ustedes. Por respeto a mí mismo, controlé mis deseos de destruirlos. Yo los limpié de su maldad por medio del sufrimiento, y no lo hice por dinero. Lo hice por respeto a mí mismo y para salvar mi honor. Porque mi nombre debe ser siempre respetado. Yo nunca permitiré que adoren a otros dioses, porque sólo a mí deben adorar.

Dios dijo: Pueblo de Israel, yo te he llamado. Yo soy el único Dios, el primero y el último. Con mi poder hice el cielo y la tierra: con sólo pronunciar sus nombres, comenzaron a existir. Por lo tanto, israelitas, reúnanse ahora todos ustedes, y escúchenme: Yo elegía a Ciro, el rey de Persia, y él hará con Babilonia todo lo que he decidido. Nadie antes anunció todo esto de antemano. Fui yo quien lo dijo: fui yo quien hizo venir a Ciro, y quien siempre le dará la victoria. Acérquense a mí y escuchen: todo esto lo pensé de antemano y nunca lo guardé en secreto. Ahora yo, el único Dios, he enviado a Ciro y le he dado mi poder.
Dios, el Salvador y santo de Israel, continuó diciendo: Israel, yo soy tu Dios, que te enseña lo bueno y te dice lo que debes hacer. ¡Ojalá me hubieras hecho caso! Entonces habrías sido muy feliz y ahora tus descendientes serían tan numerosos como las arenas del mar. Yo nunca los habría destruido ni los habría apartado de mi vista.

Isaías les dijo a los israelitas: ¡Salgan ya de Babilonia, huyan de ese país! ¡Anuncien su liberación con gritos de alegría! Griten por todas partes: ¡Dios ha puesto en libertad a Israel, su fiel servidor!
Dios hizo que ustedes pasaran por lugares desiertos, pero no sufrieron de sed, porque él partió la roca y brotó agua en abundancia. En cambio, a los malvados nunca les va bien.

No obstante, es necesario que el ser humano reflexione y examine su comportamiento de manera que sea sincero con Dios, que no busque mostrar una rectitud que sólo sea de apariencia, sino más bien que escuche la voz audible de Dios ya que al Señor le agrada la gente que confía en El, pues nunca tendrán hambre ni sed  porque la Palabra de Dios es su alimento diario, tendrán la presencia de Dios en su vida y como resultado una relación personal con Dios.

Asimismo, Dios elige a cada persona pues él tiene un propósito ya determinado para cada una. Al que conoce y ama a Dios pasa la adversidad pues El lo acompaña en toda circunstancia. Ahora bien, las pruebas son para que el hombre avance, que sea pulido como el oro y brille en dondequiera que se encuentre, que siga en el camino que lo  llevará a alcanzar disciplina  en su estilo de vida.

Y, sabes, entonces el hombre al ser una persona renovada de mente y de corazón se vuelve a Dios, por lo que su vida se llenará de gozo, de alegría y, por ende, de bendiciones para que le vaya bien.


Con Alta Estima,

martes, 11 de febrero de 2014

Piensas que nadie es mejor que tú…


Dios dijo: Ciudad de Babilonia, baja ya de tu trono y siéntate en el suelo. Eres como una viuda joven, y no volverán a llamarte “hermosa” y “delicada”. Ya no podrás disfrutar de lujos y privilegios; ahora tendrás que trabajar. Toma una piedra y muele el grano para hacer la harina, pues ha quedado destruida y tendrás que valerte por ti misma.

Yo, El Dios santo de Israel, el Dios todopoderoso, voy a vengarme de ti. ¡Ya te ven los pueblos como si estuvieras desnuda! ¡Siéntate en silencio, ciudad de Babilonia! Siéntate en un rincón oscuro, porque no volverán a llamarte “Reina de las naciones”. Yo me enojé con mi pueblo; me enojé con los israelitas y los dejé caer en tu poder. Pero tú, Babilonia, no te compadeciste de ellos, y maltrataste a los ancianos con una carga muy pesada.

Creíste que nunca dejarías de ser reina y no te pusiste a pensar cómo terminaría todo esto. Por eso, ciudad de Babilonia, escucha bien: tú eres como una mujer que ama el lujo y se sienta tranquila en su trono; piensas que nadie es mejor que tú, y crees que nunca será viuda ni te quedarás sin hijos. Pero de repente, en un majestuoso día, te sucederán dos desgracias, y de nada te servirán tus brujerías y tu magia: te quedarás viuda y perderás todos tus hijos.

A pesar de tu maldad, te sentías segura, porque nadie te llamaba la atención. Tu sabiduría y tus conocimientos te hicieron perder la cabeza, mientras te decías a ti misma: Yo , y nadie más que yo”. Pero cuando menos lo esperes te caerá una desgracia, que ni con tu magia podrás evitar.

Babilonia, sigue con las brujerías y la magia que has practicado toda tu vida, a ver si te sirven de algo, a ver si consigues asustar a alguien. ¡Que se presenten ahora los sabios que te han dado consejos! ¡Que traten de salvarte los que miran a los astros para anunciarte el futuro! Pero esos adivinos son como paja: el fuego los devorará y no podrán salvarse de las llamas. Ese fuego no será como el fuego de una chimenea que da calor al hogar. Esos adivinos, que has consultado toda tu vida andan perdidos, cada uno por su lado. ¡Así que nadie podrá salvarte!

Así pues, lo importante es que el hombre lea la Palabra de Dios para que adquiera conocimiento y sabiduría que viene de lo Alto, ya que el hombre no debe seguir contaminándose de la vanalidad de este mundo sino más bien  que fortalezca su ser interior y elimine la soberbia, la autosuficiencia que no le edifican, sino al contrario lo llevan a la autodestrucción pues  cada persona es necesario muera a su “yo”, rectifique en su andar,  desarrolle una conciencia madura, renueve su mente y su corazón para que avance en su camino. Sabes, es esencial, que esté preparado espiritualmente para  que el  Señor reine en su vida y  sea salvo.

Con Alta Estima,

lunes, 10 de febrero de 2014

Todos mis planes se cumplirán…


Isaías dijo: Las estatuas de Bel y Nebo, dioses de Babilonia se tambalean y caen al suelo. Los babilonios las ponen sobre animales de carga que no soportan tanto peso. Estas estatuas se caen al suelo y son llevadas a otros países, porque son incapaces de salvarse.

Dios dijo: Oiganme ustedes, israelitas que aún quedan con vida: Yo los he cuidado desde antes que nacieran, los he llevado en brazos y seguiré haciendo lo mismo hasta que lleguen a viejos y peinen canas; los sostendré y los salvaré porque yo soy su creador.

¿Con quién pueden compararme? Yo no me parezco a nadie. Hay gente que gasta mucho oro y plata para contratar un artesano que le fabrique un dios. Luego se arrodillan ante él para adorarlo. Cargan la estatua del dios sobre sus hombros, lo ponen en su sitio, y de allí no se mueve.  Por más que griten pidiéndole agua, ese dios no les responde ni puede librarlos de sus males.

Recuerden esto, pecadores, y piénsenlo bien: recuerden todo lo que ha pasado desde tiempos antiguos. Yo soy Dios, y no hay otro; soy Dios, y no hay nadie igual a mí. Yo anuncio desde el principio lo que va a pasar al final, y doy a conocer el futuro desde mucho tiempo antes. Les aseguro que todos mis planes se cumplirán tal como yo quiero.

Yo he llamado de Persia a un rey llamado Ciro; él vendrá desde lejos, como un ave de rapiña, y hará lo que yo diga. Tengo un plan, y haré que se cumpla. Juro que así será. Escúchenme, gente terca: ustedes no están a salvo. Pero pronto vendré a salvarlos; ya no demoraré más. Yo le daré a Jerusalén la salvación, y mi honor al pueblo de Israel.

Por lo que el hombre debe reconocer al único Dios en que puede confiar porque cuida al hombre desde antes que naciera, El tiene un propósito para cada persona pues es tan grande su amor hacia la humanidad que El le seguirá soportando al hombre hasta su vejez, pero el  hombre debe darse cuenta que sólo Dios da seguridad pues es el mismo ayer, hoy y siempre, El nunca cambia. Lo maravilloso es que El desea que cada persona sea transformada, y sólo Dios le puede dar un corazón de carne, un corazón nuevo, al haberse arrepentido pues El es misericordioso.

Y, sabes cada persona debe alegrarse en hacer su voluntad  pues sólo Dios puede salvarlo, él  tiene cuidado de sus hijos, El lo sabe todo pues  conoce el futuro y sus planes se cumplirán  como El lo decida pues El es el principio y el fin.


Con Alta Estima,

sábado, 8 de febrero de 2014

Lo que digo es verdad…


Isaías dijo: Dios hizo que Ciro llegara a ser rey de Persai. Le permitió dominar a las naciones y dejar desarmados a sus reyes. Dios hizo que ninguna ciudad resistiera los ataques de Ciro. Entonces Dios le dijo: Yo avanzaré delante de ti y convertiré los montes en llanuras; romperé los portones de bronce y haré pedazos sus barras de hierro.

Yo te daré tesoros escondidos que tengo en lugares secretos. Así sabrás que yo soy Dios, el único Dios de Israel. Israel es mi pueblo elegido, y mi fiel servidor. Por amor a él, y aunque tú no me conocías, yo te llamé por tu nombre y te di el título de rey.

Yo soy Dios, y fuera de mí no hay otro. Tú no me conocías, pero yo preparé para la lucha, para que todo el mundo supiera que yo soy el único Dios. Yo he creado la luz y la oscuridad; yo hago el bien y envío la desgracia. Yo soy el único Dios, y sólo yo hago todo esto.

Isaías dijo: Que Dios mande justicia desde los cielos, que la justicia descienda como rocío del cielo, como lluvia de las nubes. ¡Que haya justicia en la tierra y Dios traiga salvación.

Dios dijo: El barro no le dice al alfarero: ¿Qué estás haciendo?, ni la vasija lo critica, diciendo: Tú no sabes Trabajar. Un hijo no le reprocha a sus padres el haberlo traído a este mundo. Por esos, yo el Dios santo, que formó al pueblo de Israel, les digo: Ustedes no pueden pedirme cuentas sobre el futuro de mi pueblo ni enseñarme lo que debo hacer. Yo hice la tierra y a sus habitantes, yo extendí el cielo con mis manos y allí coloque los astros. Yo hice triunfar a Ciro, el rey de Persia, y ahora lo ayudaré en todo para que reconstruya Jerusalén, que es mi ciudad.Ciro pondrá en libertad a los israelitas que viven como esclavos en el país de Babilonia; los liberará sin pedirles nada a  cambio.

Dios también le dijo a Israel: Los campesinos de Egipto, los comerciantes de Etiopía y los hombres de Jabá, que son todos muy altos, desfilarán ante ti y se volverán tus esclavos. Se arrodillarán ante ti y te dirán: Sólo entre ustedes está Dios; no hay ningún otro.

Isaías dijo: Dios nuestro, tú eres un Dios misterioso, el Dios salvador de Israel. Todos los que fabrican ídolos se llenarán de vergüenza, serán humillados y quedarán en ridículo. Pero al pueblo de Israel lo salvará para siempre y nunca más se llenará de vergüenza ni volverá a ser humillado.

Isaías dijo: Dios desafía a los ídolos y dice: ¡Yo soy el único Dios! Yo he creado los cielos y he formado la tierra para que sea habitada. Yo no formé la tierra como un desierto seco, ni hablé desde un lugar oscuro y secreto; tampoco les dije a los israelitas: Búsquenme, pero no me encontrarán.

Yo, el único Dios, siempre hablo con la verdad, y por eso le digo a la gente de los pueblos que ha escapado con vida: Reúnanse acérquense. Hay gente ignorante que carga ídolo de madera y ora a dioses que no pueden salvar. Esa gente no entiende nada. Vamos ante el juez, para ver si pueden responderme: ¿Quién anunció estas cosas mucho antes de que sucedieran? Fui yo, el único Dios, y no hay otro dios fuera de mí. Sólo yo tengo el poder para ofrecer justicia y salvación. Vengan a mí todos los pueblos que habitan en lugares lejanos. Yo los salvaré, porque yo soy Dios y no hay otro. Lo que digo es verdad, y mi palabra no dejará de cumplirse. Ante mí, todos doblarán la rodilla y me adorarán. Les juro que así será.

Entonces todos dirán: Sólo Dios puede dar la victoria. Los que se enojaron conmigo, se llenarán de vergüenza, y volverán a obedecerme. Gracias a mí, los israelitas triunfarán y se llenarán de orgullo.

Como puedes darte cuenta, es imprescindible que el hombre busque a Dios, a su Creador, pues sólo El con su gran amor y misericordia lo sostendrá en la adversidad pues Dios le preparará a través de sus enseñanzas para que logre el conocimiento y el discernimiento que le permitirá avanzar en su crecimiento espiritual, pues entenderá que sólo Dios es justo y El trae la salvación, pero sabes,  antes de lograrla, es necesario que el hombre sea quebrantado, se arrepienta de sus faltas y –Dios le restaurará, lo levantará, lo ayudará a reconstruir su corazón abatido, renovará sus pensamientos para que afronte la vida con nuevos bríos: un nuevo estilo de vida. Esto genera un hombre fuerte, que al concientizarse verdaderamente de sus actos pueda vencer cualquier desafío ya que  asido de la mano de Dios no hay barreras que le obstaculicen su camino.

Por lo tanto, es prioritario que el ser humano vuelva a obedecer a Dios para que logre entender que Dios siempre habla con la verdad, sus promesas las cumple y, por ende el hombre saldrá victorioso.


Con Alta Estima

viernes, 7 de febrero de 2014

No hay otro dios fuera de mí…


Dios dijo: Escúchame ahora, pueblo de Israel, mi fiel servidor y mi elegido. Yo soy Dios, tu creador; yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda. No tengas miedo, querido pueblo mío, tú eres mi fiel servidor, tú eres mi elegido. Yo haré que corra agua en el desierto y que broten arroyos en tierra secas. A tus descendientes les daré vida nueva y les enviaré mi bendición. Ellos crecerán como hierba bien regada, como árboles a la orilla del río. Unos dirán: Yo pertenezco a Dios; otros se darán cuenta de que son descendientes de Jacob y se grabarán en la mano: Yo soy propiedad de Dios.

El Dios todopoderoso, rey y salvador de Israel, continuó diciendo: Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro Dios. Si acaso lo hay, que se presente y lo diga; que anuncie el futuro y diga lo que va a suceder. ¡Animo, no tengan miedo! Desde hace mucho tiempo les he anunciado estas cosas y ustedes son mis testigos. No hay otro dios fuera de mí, no hay otro dios que los proteja. ¡Y si lo hay, yo no lo conozco!.

Isaías dijo: Los fabricantes de ídolos no valen nada, como tampoco valen nada los ídolos que ellos tanto quieren. Los que adoran a los ídolos son unos ciegos y estúpidos. El que funde el metal para hacer una estatua y adorarla como un dios, pierde el tiempo. Esos artesanos son simples seres humanos: ¡que se enfrenten conmigo en un juicio, y quedarán llenos de vergüenza!

Miren lo que hace el herrero: calienta el metal en el fuego, lo moldea a golpe de martillo y lo trabaja con su fuerte brazo. Pero si el herrero no se alimenta ni bebe agua, se cansa y pierde todas sus fuerzas. O fíjense en el escultor; toma las medidas con su regla, hace un dibujo con el lápiz y el compás. Luego hace una estatua que se parece a un ser humano, y coloca en un templo esa estatua sin vida.

Hay otros que plantan cedros, y la lluvia los hace crecer. Si prefieren cipreses o robles, los cultivan en el bosque hasta que están bien crecidos. Luego se llevan unas ramas en los árboles para hacer fuego y calentarse, o para cocer el pan. Pero también usan otros pedazos del árbol para hacer la estatua de un dios, ¡y se arrodillan para adorarla!

También hay quienes encienden fuego con la mitad de la madera, asan la carne, se comen el asado, y se sienten satisfechos. Además, se calientan junto al fuego y dicen: ¡Qué bien se está aquí! ¡Ya estamos entrando en calor! Y con el resto de la madera hacen la estatua de un dios, se arrodillan ante ella para adorarla, y le dirigen esta oración: ¡Sálvanos, pues tú eres nuestro dios!

Esa gente no entiende nada. Están tan confundidos y cegados que no pueden comprender nada. Les falta inteligencia para entender y poder decir: Si la mitad de la madera la usamos para hacer el fuego, para asar la carne y cocer el pan, ¡lo que estamos adorando no es más que un simple trozo de madera. Esa gente se deja engañar por ideas falsas, y no es capaz de entender que lo que tiene en sus manos es pura mentira.

Dios dijo: Recuerda Israel, que tú eres mi fiel servidor. No te olvides de mí, porque yo soy tu creador. Yo hice desaparecer tus faltas y pecados como desaparecen las nubes en el cielo. ¡Vuelve a obedecerme, porque yo te di libertad!

El profeta Isaías declaró: ¡Cielos, griten de alegría por todo lo que Dios ha hecho! ¡Montañas y árboles del bosque, griten llenos de alegría! Dios ha mostrado su tremendo poder, dando libertad a su pueblo Israel.
Isaías le dijo al pueblo: Dios, tu salvador, el que te formó desde antes que nacieras dice: Yo soy Dios, el creador de todas las cosas; yo extendí el cielo y afirmé la tierra, sin que nadie me ayudara. Cuando hablan los falsos profetas, no dejo que se cumpla lo que ellos anuncian; demuestro que los adivinos no tienen razón, y convierto en puras tonterías la sabiduría de los seres humanos.

En cambio, hago que las palabras y los planes de mis servidores y mensajeros se cumplan y tengan éxito. Yo declaro que la ciudad de Jerusalén volverá a ser habitada; las ciudades de Judá volverán a ser reconstruidas, y no estarán más en ruinas. Yo puedo hacer que el océano se quede seco y que los ríos se queden sin agua. Yo le digo a Ciro, el rey de Persia. Tú eres como un pastor de ovejas, y harás lo que yo quiero. Yo le digo a Jerusalén: Tú serás reconstruida. Y al templo le anuncio: Serás reconstruido desde tus cimientos.

Así pues, Dios formó al ser humano pero el hombre está tan distante de Dios, agobiado, confundido por tanto afán que lo lleva al materialismo y se olvida de su Creador pues le falta entendimiento y conocimiento de Dios, pero Dios quiere que se vuelva al orden establecido por él, que le obedezca  siendo esencial que cada persona se apegue a su Palabra para que se llene de gozo y de sabiduría y pueda tomar buenas decisiones. Y, sabes, el hombre es el elegido de Dios, por lo tanto, es  prioritario  que aprenda a tener una relación personal con el salvador del mundo, pues sólo Dios puede ayudarlo a hacer cambios en su estilo de vida. Asimismo, Dios le mostró su amor al enviar a su único hijo Jesús a dar su vida para redimir al hombre de sus pecados y borrarlos.  Por eso, ¡Ánimo! El hombre debe arrepentirse y será restaurado para que alabe y glorifique al único Dios verdadero.


Con Alta Estima,

jueves, 6 de febrero de 2014

Tú vales mucho para mí…


Isaías dijo: Ahora, pueblo de Israel, Dios tu creador te dice: No tengas miedo. Yo te he liberado; te he llamado por tu nombre y tú me perteneces. Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás porque yo soy tu Dios y te pondré a salvo. Yo soy el Dios santo de Israel.

Isarael, yo te amo; tú vales mucho para mí. Para salvarte la vida y para que fueras mi pueblo, tuve que pagar un alto precio. Para poder llamarte mi pueblo, entregué a naciones enteras, como Sabá, Etiopía y Egipto.
No tengas miedo; yo siempre estaré contigo. No importa dónde estés, yo te llamaré y te haré volver a tu tierra, y volverás a ser mi pueblo. A las naciones del norte y a las naciones del sur les diré: Devuélvanme a mi pueblo; no se queden con ellos. Dejen que mis hijos y mis hijas, vuelvan de los lugares más lejanos. Yo los he creado para que me adoren y me canten alabanzas.

Dios dijo: Mi pueblo tiene ojos, pero no ve; tiene oídos, pero no escucha. Pero ustedes, pueblos y naciones, júntense y díganme quién de ustedes ha anunciado lo que antes sucedió. Presente a sus testigos y demuestren que dicen la verdad.

Dios les dijo a los israelitas: Ustedes son mis testigos y están a mi servicio. Yo los elegí porque quería que ustedes confiaran en mí; los elegí para que entendieran que yo soy el único Dios. No habrá otro, ni antes ni después. Sólo yo soy Dios, sólo yo puedo salvarlos. Yo les anuncié que los salvaría, y así lo hice. No los salvó un dios extraño; de eso, ustedes son mis testigos. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así es. Yo soy Dios desde el principio, y lo seré hasta el final. Nadie puede librarse de mi poder, ni deshacer lo que yo hago.

Isaías dijo: El Dios santo de Israel les dio la libertad, y ahora les dice: Para salvarlos a ustedes, he mandado contra Babilonia un ejército que derribará todas las puertas de la ciudad. Entonces la alegría de los babilonios se convertirá en dolor. Yo soy el Dios santo de Israel, yo soy su creador y su rey.

Isaías dijo: Dios abrió un camino en el mar, a través de las aguas profundas, y por allí pasó su pueblo. Los guerreros de Egipto persiguieron a los israelitas con caballos y carros de guerra, pero se hundieron en el mar y ya no pudieron levantarse; la luz de su vida se apagó.

Y ahora, Dios le dice a su pueblo: No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca. Los chacales y los avestruces, y todos los animales salvajes entonarán cantos en mi honor. Haré brotar agua en el desierto y le daré de beber a mi pueblo elegido. Yo mismo lo he creado para que me adore.

Pero tú, pueblo de Israel, no me adoraste ni me honraste con tus sacrificios. Más bien, te cansaste de mí. Yo nunca insistí en que me presentaras ofrendas ni en que me dieras riquezas ni en que me agradarás con sacrificios de animales. En cambio tú, me tienes harto con tus pecados y maldades.

Pero yo, que soy tu Dios borraré todos tus pecados y no me acordaré más de todas tus rebeldías. Si tienes algo contra mí, ven a discutir conmigo. Preséntame tus razones, a ver si eres inocente. Tu primer antepasado y tus maestros pecaron contra mí, tus gobernantes no respetaron mi templo; por eso yo, el único Dios, permití que fueras humillado y destruido.

Por lo tanto, es necesario que el hombre despierte de su apatía espiritual y esté deseoso de recibir a Jesús  en su corazón pero antes cada persona debe arrepentirse pues Dios le ofrece el perdón, pero un aspecto importante es que cumpla la ley de Dios pues es la base fundamental para que el hombre sea liberado de la esclavitud y busque el camino de rectitud, pero sabes, el hombre debe conocer a Dios a través de su Palabra para que sea edificado, y así el hombre avanzará en el conocimiento de Dios, de manera que con convicciones firmes  prosiga a su meta, apartarse del mal.

Así pues,  el hombre debe entender que sólo Dios es el Dios  único y verdadero pues en El está la vida, y sólo con Dios el hombre pasará las pruebas que tiene que pasar, las cuales le ayudan a bien para ser mejor persona.


Con Alta Estima,

miércoles, 5 de febrero de 2014

Ahora les anuncio cosas nuevas…


Dios dijo: ¡Miren a mi elegido, al que he llamado a mi servicio! El cuenta con mi apoyo; yo mismo lo elegí, y él me llena de alegría. He puesto en él mi espíritu y hará justicia entre las naciones. Mi fiel servidor no gritará, no levantará la voz, ni se le oirá en las calles. No les causará más daño a los que estén heridos, ni acabará de matar a los que estén agonizando. Al contrario, fortalecerá a los débiles y hará que reine la justicia. No tendrá un momento de descanso hasta que haya establecido la justicia en esta tierra. ¡Los países de las islas del mar esperan recibir sus enseñanzas!

Dios le dijo a su fiel servidor: Yo soy Dios, yo soy el creador del cielo; yo soy quien formó la tierra y todo lo que en ella crece; yo soy quien da vida y aliento a los hombres y mujeres que habitan este mundo. Yo soy el Dios único; yo te llamé y te tomé de la mano para que hagas justicia, para que seas ante mi pueblo señal de mi pacto con ellos, para que seas ante las naciones la luz que las ilumine.

Esto quiero de ti: que abras los ojos de los ciegos, que des libertad a los presos, y que hagas ver la luz a los que viven en tinieblas. Yo soy el Dios todopoderoso. Ese es mi nombre. No permito que otros dioses reciban la honra y la alabanza que sólo yo merezco recibir. Lo que antes anuncié ya se ha cumplido, y ahora les anuncio cosas nuevas que aún están por ocurrir.

Isaías dijo: Canten a Dios una canción nueva. ¡Que lo alaben los países más lejanos¡¡Que lo alaben el mar y todo lo que hay en él! ¡Que lo alaben las costas lejanas y todos los habitantes! ¡Alégrense ustedes, ciudades del desierto! ¡Alégrense también ustedes, campamentos de la tribu de Quedar! ¡Canten de gozo ustedes, habitantes de Selá! ¡Hagan oír su canto desde la cumbre de los montes! ¡Den gloria a Dios y alábenlo en todas partes! Dios saldrá marchando con toda la furia de un guerrero; ¡lanzará un grito de guerra y derrotará a sus enemigos!

Dios dijo: Yo estuve callado durante mucho tiempo; he guardado silencio y no he dicho nada; pero ahora voy a gritar: voy a gemir como una mujer a punto de tener un hijo. Voy a acabar con montañas y cerros; voy a secar todas sus plantas; voy a convertir sus ríos en lugares desiertos, y a dejar sin agua las lagunas. Llevaré a los ciegos por caminos que nunca antes conocieron; los guiaré por senderos que nunca antes transitaron, y convertiré en luz sus tinieblas. Convertiré los caminos rocosos en sendas totalmente llanas. Todo esto voy a hacerlo porque no he abandonado a mi pueblo.

Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza.
Isaías dijo: ¡Sordos, escuchen!¡Ciegos, miren con atención! Israel está al servicio de Dios, él lo eligió como su mensajero; ¡pero no hay otro pueblo más ciego ni más sordo que el pueblo de Israel! Ha visto muchas cosas, pero no ha prestado atención; tiene abiertos los oídos, pero no ha escuchado nada.

Dios es un Dios que salva, y quiso que su enseñanza fuera maravillosa. Pero Israel es un pueblo que todo lo ha perdido; sus enemigos le han quitado todo lo que tenía; unos se esconden en cuevas y otros son hechos prisioneros, ¡y no hay nadie que los libre! A pesar de todo esto, Israel no quiere obedecer.  Dios permitió que Israel fuera vencido y secuestrado. Israel pecó contra Dios; no quiso andar por el camino que Dios le había señalado, ni quiso obedecer sus enseñanzas. Por eso Dios se enojó con ellos, los hizo entrar en guerra y con fuego los castigó. ¡Pero ni así lo obedecieron!

Por lo tanto, es importante que el hombre sepa que Dios eligió a su único hijo amado Jesús, a que estableciera justicia en la tierra, ya que El quiso hacer un pacto con la humanidad pues Dios es un Dios de pacto, que cumple sus promesas pero es necesario que el hombre haga la parte que le corresponde, y entender que Jesucristo  ha venido a salvar y traer luz al mundo para que el hombre sea libre; pero ¡urge! que cada persona limpie su corazón, cambie su manera de pensar, se apegue a sus mandatos, lea su Palabra, cumpla sus enseñanzas para que camine en rectitud.

No obstante, el hombre debe dar gracias a Dios por el sacrificio de su hijo amado Jesús  la humanidad ha sido redimida. ¡Basta! De tanto desánimo, al contrario con cantos de alegría el hombre debe glorificar a Dios y con sus actitudes darle  la honra pues es el  salvador del mundo,  el único que permanece a tu lado en el paso de tus desiertos, que te guarda en tus camino difíciles de transitar pero debes estar atento,  Dios ha elegido a cada persona con  corazón humilde, dispuesto a recibirle y obedecer sus enseñanzas.


Con Alta Estima,

martes, 4 de febrero de 2014

Yo les he dado libertad…


Dios dijo: Ustedes, países del mar, ¡guarden silencio y escuchen! Y ustedes, naciones todas, ¡sean valientes! Vengan, que vamos a tratar un asunto muy importante; ¡juntémonos para discutirlo! Yo soy el Dios de Israel; yo hice venir del este al victorioso rey Ciro. Conforme avanza su ejército yo humillo a los reyes, y le entrego sus naciones. Con sus armas en la mano, Ciro los ha borrado del mapa como a un puñado de polvo. Los persigue con tanta rapidez que parece no tocar el suelo.

Yo soy el único Dios y mantengo bajo control todo lo que pasa en este mundo. He existido desde el principio, y existiré hasta el final. Los pueblos del mar se llenaron de miedo cuando vieron que se acercaban Ciro y sus ejércitos. La tierra también tembló de un extremo a otro. Los que adoran ídolos se ayudan unos a otros: el artesano anima al escultor, y el que trabaja con el martillo dice al que golpea en el yunque: Has hecho un buen trabajo. Después sujeta al ídolo con clavos para mantenerlo firme.

Dios siguió diciendo: Escúchenme, israelitas, descendientes de mi amigo Abraham, de las regiones más lejanas yo los llamé a mi servicio; los elegí, y no los he rechazado. Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo.

Ustedes tienen enemigos que los odian y los combaten, pero yo haré que desaparezcan llenos de vergüenza. Los buscarán, y no los encontrarán, pues habrán dejado de existir. Israelitas, yo soy su Dios y los he tomado de la mano; no deben tener miedo, porque cuentan con mi ayuda.

Ustedes, israelitas, son un pueblo débil y pequeño; pero no tengan miedo, porque cuentan con mi ayuda. Yo soy el Dios santo de Israel, yo les he dado libertad. Yo haré que ustedes destruyan a sus enemigos. Los dejarán hechos polvo, los convertirán en un montón de paja; luego los lanzarán al viento y la tormenta se los llevará. Ustedes, por el contrario, se alegrarán y harán fiesta porque yo soy su Dios, el Dios santo de Israel.
Dios dijo: Cuando los pobres tengan sed, y con la lengua reseca busquen agua y no la encuentren, yo vendré a rescatarlos y no los abandonaré. Yo soy el Dios de Israel.

Entre los cerros desiertos, y entre los áridos valles, haré que broten ríos, arroyos y manantiales. En los lugares más secos plantaré toda clase de árboles. Así todo el mundo verá que con mi poder, yo he creado todo esto. Entonces comprenderán que yo soy el Dios santo de Israel.

Dios le dijo a los ídolos: Yo soy el rey de Israel. Vengan y defiéndanse. ¡Muestren lo que pueden hacer! Vengan a explicarnos el pasado; vengan a anunciarnos el futuro. Anuncien lo que está por suceder ¡demuestren que de veras son dioses! Hagan algo que nos asuste, hagan algo, bueno o malo. ¡Pero ustedes no son nada, ni tampoco pueden hacer nada! ¡Confiar en ustedes es una tontería!

Dios continuó diciendo: De Persia viene un rey a quien he llamado por su nombre, y aplastará a los gobernantes. Llegará por el norte, y los aplastará bajo sus pies. Todo esto lo estoy anunciando antes de que suceda. Ninguno de los dioses falsos lo ha anunciado antes que yo; ¡nadie los ha oído decir una palabra! Pero yo, el Dios de Israel, desde un principio anuncié al pueblo de Jerusalén todas estas cosas; además, les envié un mensajero para anunciarles que muy pronto su gente volverá. Miro a mi alrededor, y no veo ningún otro dios. Si les pregunto algo, no pueden responderme, ¡y mucho menos instruirme! ¡Miren a esos falsos dioses! Todos ellos no son nada, ni pueden hacer nada; ¡son absolutamente inútiles.

Así pues, es tiempo de que el ser humano se de cuenta que necesita buscar a Dios, que si Dios está en su vida, el Señor le protegerá y tendrá seguridad en todo lugar pues al estar su mirada en Dios, El lo sostendrá y cobijará, pero es esencial que su corazón esté dispuesto a aceptarlo y ponga su mirada en su Creador, lea la Palabra de Dios y con la revelación que viene de lo Alto,  el hombre se comunique  con el Señor y mantenga una relación personal con El, construya su camino bajo su dirección y edifique sabiamente su vida.


Con Alta Estima,

lunes, 3 de febrero de 2014

Con nadie me pueden comparar…


Dios dijo: ¡Consuelen a mi pueblo!¡Denle ánimo! Hablen con mucho cariño a los habitantes de Jerusalén, y anúncienles de mi parte que ya han dejado de ser esclavos. Ya les hice pagar por sus pecados, y el castigo que han recibido es más que suficiente.

Isaías anunció: Preparen para Dios un camino en el desierto. Rellenen todos los valles y conviertan en llanura la región montañosa. Entonces Dios mostrará su poder y lo verá la humanidad entera. Dios así lo ha dicho. Alguien me ordenó que gritara y yo pregunté: ¿Qué debo gritar? Entonces escuché: Grita que todo ser humano es como la hierba y como las flores del campo. Grita que la hierba se seca, y las flores se marchitan, cuando Dios lanza sobre ellas el viento del desierto. En cambio, la palabra de Dios permanece para siempre”.

Dios le dijo a Isaías: Súbete a una montaña y anuncia esta buena noticia a los habitantes de Jerusalén. No tengas miedo; grita con todas tus fuerzas y di a las ciudades de Judá: ¡Aquí viene nuestro Dios! ¡Viene con todo su poder! Dios es un rey poderoso, y trae con él a su pueblo, como cuida un pastor a su rebaño: lleva en brazos a los corderos y guía con cuidado a las ovejas que acaban de tener su cría.

Isaías dijo: Dios puede medir el océano con la palma de su mano. Puede calcular con los dedos toda la extensión del cielo. Dios es capaz de recoger todo el polvo de la tierra, y de pesar en una balanza los cerros y las montañas. A Dios nadie le enseña nada; nadie le da consejos ni lecciones de ciencia y sabiduría.
Las naciones son, para él, como una gota de agua; ¡como un grano de polvo en la balanza! Los poderosos países que están en las islas del mar son para él lo mismo que un simple grano de arena. No hay en los bosques del Líbano, animales ni leña suficientes para presentar en su altar una ofrenda como él se la merece. Para Dios, nada valen las naciones; ¡son lo mismo que nada!

A Dios no podemos compararlo con nada ni con nadie. No puede ser representado con ninguna imagen. Los escultores fabrican estatuas, los joyeros las recubren de oro y les ponen cadenitas de plata. Los que no tienen dinero buscan un palo que no se pudra y se lo llevan a un artesano; pero este, por más hábil que sea hace un ídolo que ni pararse puede. ¡Pero a Dios no podemos compararlo con ninguna de estas imágenes.
Ustedes saben muy bien, y ya lo han oído decir, que Dios tiene su trono muy por encima del cielo. Desde allí, Dios nos ve como si fuéramos insectos. Dios extiende el cielo como un toldo, lo levanta como una carpa para vivir en ella. Dios hace que los poderosos de este mundo desaparezcan como plantas tiernas y sin raíces. ¡Esas plantas se marchitan y se las lleva el huracán!

Nuestro santo Dios afirma: Con nadie me pueden comparar. Nadie puede igualarse a mí. Isaías dijo: Levanten los ojos al cielo: ¿Quién ha creado todo esto? Dios hace que salgan las estrellas; las llama por su nombre y las ordena una por una. ¡Es tan grande su poder que nunca falta una estrella!
Pueblo de Israel, ¿por qué te quejas? ¿Por qué crees que Dios no se preocupa por ti? Tú debes saber que Dios no se cansa como nosotros; debes saber que su inteligencia es más de lo que imaginamos. Dios les da nuevas fuerzas a los débiles y cansados. Los jóvenes se cansan por más fuertes que sean, pero lo que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán volar como las águilas, podrán caminar sin cansarse y correr sin fatigarse.

Asimismo, el hombre debe darse cuenta de lo importante que es reconocer la grandeza de Dios, conocer sus cualidades: su fuerza, su belleza, su majestuosidad, su autoridad, que sólo Dios es la verdad, por tanto, el ser humano al arrepentirse , Dios lo libera de la esclavitud del pecado, pero el hombre mantiene  una lucha permanente, una batalla diaria contra el enemigo, siendo un aspecto fundamental para ganar la victoria,  que ponga su confianza en Dios, que esté apegado a sus enseñanzas, las obedezca y El le dará nuevas fuerzas para  permanecer en la luz, pero sabes, el hombre debe ser humilde y entender que como ser humano es tan insignificante ante el  poder de Dios que nada ni nadie puede compararse ni igualarse a El pues  Dios todo lo sabe, todo lo ve y  no puede ser representado con ninguna imagen pues El es un Dios vivo y su Palabra  permanece para siempre.


Con Alta Estima,

domingo, 2 de febrero de 2014

Genealogía IV


Judá tuvo cinco hijos: Fares, Hesrón, Carmí, Hur, Sobal.
Los descendientes de Sobal fueron: Reaías, Jáhat. Jahat tuvo dos hijos: Ahumai, Láhad. De los hijos de Jáhat vienen las tribus soratitas.
Hur, el hijo mayor de Efrata, antepasado de Belén, tuvo tres hijos: Etam, Penuel, Eser.
Etam tuvo una hija y tres hijos: Hasleiponi, Jezreel, Ismá, Idbás. Penuel tuvo un hijo, Guedor. Eser tuvo un hijo, Husá.

Ashur, el padre de Tecoa, tuvo dos esposas, Helá y Naará. Con Naará tuvo cuatro hijos: Ahuzam, Héfer, Temení, Ahastari. Con Helá tuvo tres hijos: Séret, Jesohar, Etnán. Cos tuvo dos hijos: Anub, Sobebá. Cos fue el antepasado de las tribus de Aharhel, el hijo de Harum.

Cuando Jabés nació, su madre le puso ese nombre porque le causó mucho dolor durante el nacimiento. En cierta ocasión, Jabes le rogó a Dios: Bendíceme y dame un territorio muy grande; ayúdame y líbrame de todo mal y sufrimiento. Dios le concedió su petición, y Jabés llegó a ser más importante que sus hermanos.
Quelub, hermano de Suhá, vivió en Recá, y tuvo un hijo, Mehír. Mehír tuvo un hijo, Estón. tuvo tres hijos: Bet-rafá, Paséah, Tehiná.
Tehiná fundó la ciudad de Nahas.
Quenaz tuvo dos hijos: Toniel, Seraías.
Otoniel tuvo dos hijos: Hatat, Meonotal.
Meonotal tuvo un hijo, Ofrá.
Serías tuvo un hijo, Joab.
Joab fue el antepasado de los artesanos que habitaron el valle de Harasim
Caleb hijo de Jefuné, tuvo tres hijos: Ir, Elá, Náam. Elá tuvo un hijo, Quenaz.
Jahaleel tuvo cuatro hijos: Zif, Zifá, Tirías, Asarel.
Esdras tuvo cuatro hijos: Jéter, Méred, Efer, Jalón.
Méred tuvo tres hijos con su esposa. Bitiá, la hija del rey de Egipto;: Isbah, Samai, María. Isbah tuvo un hijo, Estemoa.
Méred tenía otra esposa de la tribu de Judá, con ella tuvo tres hijos: Jéred, Héber, Jecutiél. Jered tuvo un hijo, Guedor. Héber tuvo un hijo, Socó. Jecutiel tuvo un hijo, Zanóah.
Odías se casó con la hermanda de Náham, y con ella tuvo dos hijos: Queilá, Estemoa. Queilás perteneció a la tribu garmita, y Estemoa, a la de los maacateos.
Simón tuvo cuatro hijos: Amnón, Riná, Ben-hanán, Tilón.
Isí tuvo dos hijos: Zohet, Ben-zohet.
En documentos muy antiguos se encuentra esta lista de los descendientes de Selá hijo de Judá: Er, Ladá, Joacín, Joás, Saraf. Er tuvo un hijo, Lecá. Lada tuvo un hijo, Maresá.
Joás y Saraf se casaron con mujeres moabitas, pero regresaron a vivir a Netaim y Guederá, cerca de Belén. Eran alfareros al servicio del rey.
Las tribus de tejedores que vivían en Bet-asbea, y los habitantes de Cozebá, también eran descendientes de Selá.
Simeón tuvo cinco hijos: Nemuel, Jamín, Jarib, Zérah, Saúl.
Saúl tuvo un hijo, Salum.
Salum tuvo un hijo, Mibsam.
Mibsam tuvo un hijo, Mismá.
Mismá tuvo un hijo, Hamuel.
Hamuel tuvo un hijo, Zacur.
Zacur, tuvo un hijo, Simí.
Simí tuvo dieciséis hijos y seis hijas. A pesar de eso no tuvo tantos descendientes como Judá, porque sus hermanos no tuvieron muchos hijos.
Según cierto documento, antes de que David fuera rey, los descendientes de Simeón vivían en los siguientes lugares: Beerseba, Moladá, Hasar-sual, Bilhá, Esem, Tolad, Betuel, Hormá, Siclag, Bet-marcabot, hasar-susim, Bet-birai, Saaraim, Etam, Ain, Rimón, Toquen, Asán.
Además, habitaron las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades, y las que estaban en el camino que lleva a la región de Baal.
Esta es la lista de los jefes cuyos grupos familiares eran los más numerosos: Mesobab, Jamlec, Josías hijo de Amasías, Joel, Jehú, Elioenal, Jacoba, Jesohaías, Asaías, Adiel, Jesimiel, Benaías, Ziza, Jedaías.

Jehú fue hijo de Josibías, nieto de Seraías y bisnieto de [Asiel; Ziza fue hijo de Sifi, nieto de Alón y bisnieto de asiel; Ziza fue hijo de Sifi, nieto de Alón y bisnieto de Jedaías; y Jedaías fue hijo de Simrí y nieto de Semaías.
En los días de Ezequías, rey de Judá, todos los que están en la lista anterior se fueron a vivir al este del valle, a la entrada de Guerar. Allí el terreno era muy amplio, seguro y tranquilo; además, había buenos y abundantes pastos para sus rebaños. Cuando llegaron a ese lugar, mataron a los descendientes de Cam que vivían allí, y destruyeron para siempre sus campamentos y viviendas. Algo parecido hicieron quinientos hombres de los descendientes de Simeón. Bajo las órdenes de Pelatías, Nearías, Refaías y Uziel, hijos de Isí, se fueron a vivir al monte de Seír. Cuando llegaron a ese lugar, mataron a los amalecitas que aún quedaban allí.

Sabes, el hombre debe aprender a pedirle a Dios que amplíe sus fronteras y le de entendimiento para que tenga tiempos de oración, lea la Palabra de Dios y el Señor le renovará sus fuerzas pero es esencial que el hombre haga su parte, que se comprometa a obedecer sus mandamientos y no vuelva a pecar y entonces será restaurado, su confianza debe estar puesta en el Señor para que El le guíe y  le guarde de no volver a caer en lo malo, y entonces  que su vida será purificada.

Con Alta Estima,