viernes, 28 de febrero de 2014

Serán llamado pueblo santo…


Isaías dijo: Por amor a ustedes, habitantes de Jerusalén, no me callaré. Por amor a ustedes, no descansaré hasta que Dios les dé la victoria. Cuando Dios los salve, ustedes brillarán como el sol al amanecer.
Israelitas, las naciones verán cuando Dios los salve, y todos los reyes de la tierra reconocerán su grandeza. Entonces dios les dará un nombre nuevo, y serán en la mano de Dios como la hermosa corona de un rey.

Ya no le dirán a Jerusalén: “Ciudad abandonada”, sino: “La favorita de Dios”, ni a la tierra de Israel: “País en ruinas”, sino: “La esposa de Dios”. Porque Dios se casará con ella, como se casa un joven con su novia; Dios la reconstruirá y vivirá feliz con ella, como vive feliz el marido con su esposa.

Jerusalén, en tus murallas yo he puesto guardias que de día y noche dirán: Ustedes, los que adoran a Dios, no se queden callados. No le den a Dios ni un minuto de descanso, hasta que reconstruya Jerusalén y la haga una ciudad famosa.

Dios ha jurado por sí mismo: Nunca más permitiré que los enemigos de Israel se coman su trigo, o que los extranjeros les quiten el vino que con tanto trabajo hicieron. Israel comerá lo que coseche, recogerá las uvas y beberá el vino nuevo, cantando alabanzas a mi nombre en los patios de mi santo templo.

Isaías continuó diciendo: ¡Habitantes de Jerusalén, salgan por los portones de la ciudad, preparen un camino para el pueblo! Háganlo con cuidado, quítenle las piedras y pongan señales que sirvan de guía a las naciones.

Dios ha dado este mensaje a todos los habitantes de la tierra: Digan a la ciudad de Jerusalén que ha llegado su salvador; díganle que Dios ha liberado a su pueblo. Los israelitas serán llamados: Pueblo santo, salvado por su Dios, y a Jerusalén la llamarán: Ciudad deseada, Ciudad llena de vida.

Por tanto, el ser humano debe reconocer la grandeza de Dios, pues El es el Salvador de la humanidad y aunque esta es una decisión voluntaria de cada persona, sería bueno que el hombre tome este compromiso y busque acercarse a Dios, que lo conozca a través de su Palabra, pues sólo El liberará a su pueblo de la esclavitud del pecado, pero sabes, es tiempo de que el hombre se levante y  esté ¡alerta!, ¡preparado! Pues el Señor llegará pronto y es prioritario que el hombre cambie, que renueve su mente, limpie su corazón, que quite lo que le estorbe para que su vida sea restaurada, viviendo en obediencia a la voluntad de Dios.

El  tiempo apremia, por lo que es importante que el hombre reflexione, valore lo que Dios le ha dado y aproveche bien el tiempo para que camine como sabio pues Dios llena su vida.


Con Alta Estima,

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