Dios dijo:¡Despierta, Jerusalén, despierta! ¡Levántate y sé
fuerte! Jerusalén, ciudad santa, vístete de gala, que los enemigos extranjeros
ya no volverán a atacarte.
¡Jerusalén, levántate! ¡Sacúdete el polvo! ¡Quítate del
cuello las cadenas, y siéntate en el trono! Ustedes fueron vendidos por nada, y
ahora, sin dinero serán liberados. Hace mucho tiempo mi pueblo descendió a
Egipto y vivió allí como pueblo esclavo. Y ahora, sin motivo alguno, Asiria ha
maltratado a mi pueblo.
Pero, ¿qué está pasando? Sin motivo se han llevado a mi
pueblo a la nación de Babilonia; sus gobernantes se burlan de él, y en todo
momento me ofenden. Pero vendrá un día en que mi pueblo me conocerá. En aquel
día sabrán que yo soy quien dice: ¡Aquí estoy!
Isaías dijo: Qué hermoso es ver al que llega por las
colinas trayendo buenas noticias: noticias de paz, noticias de salvación, y le
dice a Jerusalén: ¡Tu Dios reina! ¡Escucha! Tus guardias gritan de alegría, porque
ven con sus propios ojos que Dios vuelve a Jerusalén.
Habitantes de Jerusalén, ¡entonen canciones de alegría!
Dios ha consolado a su pueblo, ¡ha liberado a Jerusalén! Dios mostrará su poder
a todas las naciones, y todas las regiones de la tierra verán la salvación de
nuestro Dios.
Ustedes, pónganse en marcha, ¡salgan ya de Babilonia! Ustedes
que transportan los utensilios del templo, ¡no toquen nada impuro! No tendrás
que apurarse ni salir huyendo, porque nadie los perseguirá. ¡El Dios de Israel
los protegerá de todo peligro!
Dios dijo: Mi fiel servidor triunfará; se le pondrá en un
alto trono y recibirá los honores que merece. Muchos se asombrarán al verlo,
por tener la cara desfigurada, y no parecer un ser humano. Muchas naciones se
asombrarán, y en la presencia de mi fiel servidor los reyes quedarán mudos,
porque verán y entenderán lo que jamás habían oído.
Así pues, es tiempo de que el ser humano acepte a Jesucristo
como su salvador, que se arrepienta y sea restaurado. Por lo que al ser
redimido el hombre cambiará su vestidura, pues su mente ha sido renovada y su
corazón purificado pues se ha apartado del mal. Y entonces, el hombre logra hacer
cambios en su estilo de vida, Dios vive y reina en el corazón de cada persona
arrepentida, pero sabes, esto es una decisión personal querer entablar una
relación de comunión con Dios, pidiéndole entendimiento al leer su Palabra y
que su vida sea llena de gozo y de
conocimiento del Señor. ¡Darse prisa! Es tiempo de que el hombre se levante y
se ponga en marcha y siga el camino de rectitud.
Con Alta Estima
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