lunes, 17 de febrero de 2014

Entonen canciones de alegría…


Dios dijo:¡Despierta, Jerusalén, despierta! ¡Levántate y sé fuerte! Jerusalén, ciudad santa, vístete de gala, que los enemigos extranjeros ya no volverán a atacarte.

¡Jerusalén, levántate! ¡Sacúdete el polvo! ¡Quítate del cuello las cadenas, y siéntate en el trono! Ustedes fueron vendidos por nada, y ahora, sin dinero serán liberados. Hace mucho tiempo mi pueblo descendió a Egipto y vivió allí como pueblo esclavo. Y ahora, sin motivo alguno, Asiria ha maltratado a mi pueblo.

Pero, ¿qué está pasando? Sin motivo se han llevado a mi pueblo a la nación de Babilonia; sus gobernantes se burlan de él, y en todo momento me ofenden. Pero vendrá un día en que mi pueblo me conocerá. En aquel día sabrán que yo soy quien dice: ¡Aquí estoy!

Isaías dijo: Qué hermoso es ver al que llega por las colinas trayendo buenas noticias: noticias de paz, noticias de salvación, y le dice a Jerusalén: ¡Tu Dios reina! ¡Escucha! Tus guardias gritan de alegría, porque ven con sus propios ojos que Dios vuelve a Jerusalén.

Habitantes de Jerusalén, ¡entonen canciones de alegría! Dios ha consolado a su pueblo, ¡ha liberado a Jerusalén! Dios mostrará su poder a todas las naciones, y todas las regiones de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

Ustedes, pónganse en marcha, ¡salgan ya de Babilonia! Ustedes que transportan los utensilios del templo, ¡no toquen nada impuro! No tendrás que apurarse ni salir huyendo, porque nadie los perseguirá. ¡El Dios de Israel los protegerá de todo peligro!

Dios dijo: Mi fiel servidor triunfará; se le pondrá en un alto trono y recibirá los honores que merece. Muchos se asombrarán al verlo, por tener la cara desfigurada, y no parecer un ser humano. Muchas naciones se asombrarán, y en la presencia de mi fiel servidor los reyes quedarán mudos, porque verán y entenderán lo que jamás habían oído.

Así pues, es tiempo de que el ser humano acepte a Jesucristo como su salvador, que se arrepienta y sea restaurado. Por lo que al ser redimido el hombre cambiará su vestidura, pues su mente ha sido renovada y su corazón purificado pues se ha apartado del mal. Y entonces, el hombre logra hacer cambios en su estilo de vida, Dios vive y reina en el corazón de cada persona arrepentida, pero sabes, esto es una decisión personal querer entablar una relación de comunión con Dios, pidiéndole entendimiento al leer su Palabra y que su vida sea llena de gozo y  de conocimiento del Señor. ¡Darse prisa! Es tiempo de que el hombre se levante y se ponga en marcha y siga el camino de rectitud.


Con Alta Estima

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