jueves, 27 de febrero de 2014

Y haré con ustedes un pacto…


El fiel servidor de Dios dijo: El espíritu de Dios está sobre mí, porque Dios me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos, y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.

Dios también me envió para anunciar: Este es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación, y para vengarse de nuestros enemigos. Dios también me envió para consolar a los tristes, para cambiar su derrota en victoria, y su tristeza en un canto de alabanza. Entonces los llamarán: Robles victoriosos, plantados por Dios para manifestar su poder.

Ustedes, habitantes de Jerusalén, reconstruirán las ciudades antiguas que quedaron en ruinas. Gente de otras naciones vendrá a cuidar los rebaños, los campos y las viñas de ustedes.

Ustedes serán llamados “Sacerdotes de Dios”, “Fieles servidores de Dios”. Disfrutarán de las riquezas de las naciones y se adornarán con sus magníficas joyas. Porque ustedes han tenido que sufrir el doble de lo que se merecían, y los han llenado de vergüenza y de insultos. Por eso recibirán doble porción de riquezas y para siempre vivirán felices.

Dios dijo: Yo, el único Dios, amo la justicia, pero odio el robo y el crimen. Por eso les daré una gran recompensa y haré con ustedes un pacto que nunca tendrá fin. Sus descendientes serán famosos entre todas las naciones; cuando la gente los vea, dirá: “Son un pueblo bendecido por Dios”.

Isaías dijo: ¡Mi Dios me llena de alegría; su presencia me llena de gozo! El me dio salvación y me trató con justicia. Así como de la tierra brotan las semillas, y en el jardín nacen las plantas, así Dios hará brotar la justicia y la alabanza entre todas las naciones.

Por lo tanto,  es importante que el hombre se dé cuenta y esté agradecido de que Dios amó tanto a la humanidad que hizo un nuevo pacto, en el que envió a su Hijo Jesucristo para que con su sacrificio borrará los pecados del hombre, pero sabes es imprescindible que el ser humano  ponga su vida en las manos de Dios para que una vez arrepentido pueda ser perdonado y restaurado. Y sabes, con la presencia de Dios en su vida, el hombre podrá cambiar su tristeza en gozo pues sólo El trae salvación


Con Alta Estima,

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