Isaías dijo: ¡Nadie ha creído a nuestro mensaje! ¡Nadie ha
visto el poder de Dios! El fiel servidor creció como raíz tierna en tierra
seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo ni
deseable.
Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió
el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo
despreciamos y no lo tuvimos en cuenta. A pesar de todo esto, él cargó con
nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo
había herido y humillado. Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue
golpeado por nuestras maldades; el sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus
heridas recibimos la paz y fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada
uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el
castigo que nosotros merecíamos. Fue maltratado y humillado, pero nunca se
quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la
lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca.
Cuando lo arrestaron, no lo trataron con justicia. Nadie lo
defendió ni se preocupó por él; y al final, por culpa de nuestros pecados, le
quitaron la vida. El fiel servidor de Dios murió entre criminales y fue enterrado
con los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen ni jamás engañó a nadie.
Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir, y el fiel servidor
ofreció su vida como sacrificio por nosotros. Por eso, él tendrá una vida muy
larga, llegará a ver a sus descendientes, y hará todo lo que Dios desea.
Después de tanto sufrimiento, comprenderá el valor de obedecer a Dios. El fiel
servidor, aunque inocente, fue considerado un criminal, pues cargó con los
pecados de muchos para que ellos fueran perdonados. El dio su vida por los
demás; por eso Dios lo premiará con poder y con honor.
No obstante, es esencial que el ser humano viva de acuerdo a
los mandamientos establecidos por Dios para que tenga una vida plena, siendo necesario,
que en el aspecto espiritual sea capacitado en el conocimiento de Dios, que la
Palabra ilumine su entendimiento y se arrepienta de haber faltado a sus
enseñanzas y El Señor le ofrecerá el perdón de pecados y los borrará. Así puedes
darte cuenta de la grandeza Dios, con este acto tan sublime, demuestra su amor
al ser humano y vuelve a hacer un nuevo Pacto, al enviar a su hijo Jesucristo como
sacrificio, quien dio su vida para salvar a la humanidad. Por tanto, es prioritario que toda persona, lo acepte en su corazón y que se vuelva a El, ponga
su confianza en Dios, y El lo guiará en el camino de rectitud.
Asimismo, es urgente, que el hombre aprenda a agradecer a Dios la
grandeza de su amor pues Jesucristo vino a sufrir, sin merecer tanto maltrato,
padeció y no se quejó, para que el
hombre sea restaurado y pueda tener una relación personal con el Creador, pero
sabes, es imprescindible que el hombre comprenda que su vida tiene un
propósito “la obediencia” de acuerdo a la voluntad de Dios, y así la presencia de
Dios en su vida lo llenará de gozo y alegría.
Con Alta Estima
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