Dios dijo: ¡Miren a mi elegido, al que he llamado a mi
servicio! El cuenta con mi apoyo; yo mismo lo elegí, y él me llena de alegría.
He puesto en él mi espíritu y hará justicia entre las naciones. Mi fiel
servidor no gritará, no levantará la voz, ni se le oirá en las calles. No les
causará más daño a los que estén heridos, ni acabará de matar a los que estén
agonizando. Al contrario, fortalecerá a los débiles y hará que reine la
justicia. No tendrá un momento de descanso hasta que haya establecido la
justicia en esta tierra. ¡Los países de las islas del mar esperan recibir sus
enseñanzas!
Dios le dijo a su fiel servidor: Yo soy Dios, yo soy el
creador del cielo; yo soy quien formó la tierra y todo lo que en ella crece; yo
soy quien da vida y aliento a los hombres y mujeres que habitan este mundo. Yo
soy el Dios único; yo te llamé y te tomé de la mano para que hagas justicia,
para que seas ante mi pueblo señal de mi pacto con ellos, para que seas ante
las naciones la luz que las ilumine.
Esto quiero de ti: que abras los ojos de los ciegos, que des
libertad a los presos, y que hagas ver la luz a los que viven en tinieblas. Yo
soy el Dios todopoderoso. Ese es mi nombre. No permito que otros dioses reciban
la honra y la alabanza que sólo yo merezco recibir. Lo que antes anuncié ya se
ha cumplido, y ahora les anuncio cosas nuevas que aún están por ocurrir.
Isaías dijo: Canten a Dios una canción nueva. ¡Que lo
alaben los países más lejanos¡¡Que lo alaben el mar y todo lo que hay en él!
¡Que lo alaben las costas lejanas y todos los habitantes! ¡Alégrense ustedes,
ciudades del desierto! ¡Alégrense también ustedes, campamentos de la tribu de
Quedar! ¡Canten de gozo ustedes, habitantes de Selá! ¡Hagan oír su canto desde
la cumbre de los montes! ¡Den gloria a Dios y alábenlo en todas partes! Dios
saldrá marchando con toda la furia de un guerrero; ¡lanzará un grito de guerra
y derrotará a sus enemigos!
Dios dijo: Yo estuve callado durante mucho tiempo; he
guardado silencio y no he dicho nada; pero ahora voy a gritar: voy a gemir como
una mujer a punto de tener un hijo. Voy a acabar con montañas y cerros; voy a
secar todas sus plantas; voy a convertir sus ríos en lugares desiertos, y a
dejar sin agua las lagunas. Llevaré a los ciegos por caminos que nunca antes
conocieron; los guiaré por senderos que nunca antes transitaron, y convertiré en
luz sus tinieblas. Convertiré los caminos rocosos en sendas totalmente llanas.
Todo esto voy a hacerlo porque no he abandonado a mi pueblo.
Esos que confían en los ídolos, esos que adoran a las
estatuas, se alejarán de ellos llenos de vergüenza.
Isaías dijo: ¡Sordos, escuchen!¡Ciegos, miren con atención!
Israel está al servicio de Dios, él lo eligió como su mensajero; ¡pero no hay
otro pueblo más ciego ni más sordo que el pueblo de Israel! Ha visto muchas
cosas, pero no ha prestado atención; tiene abiertos los oídos, pero no ha
escuchado nada.
Dios es un Dios que salva, y quiso que su enseñanza fuera
maravillosa. Pero Israel es un pueblo que todo lo ha perdido; sus enemigos le
han quitado todo lo que tenía; unos se esconden en cuevas y otros son hechos
prisioneros, ¡y no hay nadie que los libre! A pesar de todo esto, Israel no
quiere obedecer. Dios permitió que
Israel fuera vencido y secuestrado. Israel pecó contra Dios; no quiso andar por
el camino que Dios le había señalado, ni quiso obedecer sus enseñanzas. Por eso
Dios se enojó con ellos, los hizo entrar en guerra y con fuego los castigó.
¡Pero ni así lo obedecieron!
Por lo tanto, es importante que el hombre sepa que Dios
eligió a su único hijo amado Jesús, a que estableciera justicia en la tierra, ya
que El quiso hacer un pacto con la humanidad pues Dios es un Dios de pacto, que
cumple sus promesas pero es necesario que el hombre haga la parte que le
corresponde, y entender que Jesucristo ha venido a salvar y traer luz al mundo para
que el hombre sea libre; pero ¡urge! que cada persona limpie su corazón, cambie
su manera de pensar, se apegue a sus mandatos, lea su Palabra, cumpla sus
enseñanzas para que camine en rectitud.
No obstante, el hombre debe dar gracias a Dios por el
sacrificio de su hijo amado Jesús la
humanidad ha sido redimida. ¡Basta! De tanto desánimo, al contrario con cantos
de alegría el hombre debe glorificar a Dios y con sus actitudes darle la honra pues es el salvador del mundo, el único que permanece a tu lado en el paso de
tus desiertos, que te guarda en tus camino difíciles de transitar pero debes estar
atento, Dios ha elegido a cada persona
con corazón humilde, dispuesto a
recibirle y obedecer sus enseñanzas.
Con Alta Estima,
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