El hambre palabra tan significativa en la vida del ser
humano pues es una condicionante que te debilita, por lo que reduce la
actividad física y mental a una expresión mínima como tu valía, pérdida de
valores, dignidad, ya que vuelve a la
persona incapaz para desarrollar sus habilidades innatas, por lo que es
necesario que la Palabra sea el alimento diario, y que como persona cambies todo lo que es obstáculo para el crecimiento
espiritual en tu vida.
Tiempo después, Ben-haded, rey de Siria, reunió a todo su
ejército y rodeó a la ciudad de Samaria para atacarla. Nadie podía entrar ni
salir, y los alimentos se acabaron. Debido a eso, hubo mucha hambre en Samaria,
tanta que la cabeza de un burro se vendía en ochenta monedas de plata, y un
cuarto de litro de estiércol de paloma se vendía en cinco monedas de plata. Un
día, cuando el rey de Israel paseaba sobre el muro que rodeaba la ciudad, una
mujer le gritó, ¡Majestad, ayúdeme!, el rey contestó, si Dios no te ayuda,
¿cómo quieres que te ayude yo? No tengo trigo ni vino para darte, ¿cuál es tu
problema?, la mujer respondió, esta mujer me pidió que primero nos comiéramos a
mi hijo, y que al día siguiente nos comeríamos el suyo, así que cocinamos a mi
hijo y nos lo comimos. Al día siguiente le recordé que debíamos comernos a su
hijo, pero ella lo ha escondido. Cuando el rey escuchó lo que dijo la mujer, se
enojó tanto que rompió su ropa, y como estaba sobre el muro, la gente pudo ver
que llevaba puesta ropa áspera. El rey dijo, ¡hoy mismo le voy a cortar la
cabeza a Eliseo, hijo de Safat! ¡Que Dios me castigue si no lo hago!
Eliseo estaba sentado en su casa junto con los líderes del
país. Mientras tanto, el rey envió a uno de sus hombres, antes de que llegara,
Eliseo le dijo a los líderes, el rey es un asesino y, cuando ese hombre llegue,
cierren la puerta y sosténgala contra él, porque detrás de él viene el rey.
Mientras Eliseo estaba hablando con los líderes, el hombre del rey llegó
delante de él y dijo, esta desgracia viene de parte de Dios. ¡ya no puedo
esperar que él nos ayude!, Eliseo respondió, Pon atención al mensaje de Dios,
mañana a esta hora, a la entrada de la ciudad de Samaria, con una moneda de
plata se podrán comprar tres kilos de harina o seis kilos de cebada. El hombre
del rey le dijo, ¡Esto no sucederá ni aunque Dios abra las ventanas de los
cielos!, el profeta le contestó, tú lo vas a ver con tus propios ojos, pero de
eso no comerás nada. El rey le había encargado a su ayudante personal que
cuidara la entrada de la ciudad, pero la gente lo atropelló, y este murió. Así
se cumplió lo que había dicho el profeta.
Así pues, Dios había anunciado que todo el país iba a pasar
hambre durante siete años, por eso Eliseo le aconsejó a la madre del niño que
resucitó, vete con la familia a otro lugar, la mujer siguió el consejo del
profeta, y se fue con su familia a vivir en el país de los filisteos, allí
vivió siete años, luego abandonó el territorio de los filisteos y se fue a
hablar con el rey de Israel para que le devolvieran su casa y sus tierras. El rey
le había pedido a Guehazi, el sirviente del profeta Eliseo, que le contara
todas las maravillas que había hecho el profeta, y en el momento en que le
estaba contando como Eliseo había resucitado al hijo de la mujer de Sunem, esta
llegó buscando al rey. El rey le hizo unas preguntas a la mujer y ella las
contestó. Después, el rey llamó a uno de sus ayudantes y le dijo, devuélvanle a
esta mujer todo lo que le pertenecía y todo lo que han producido sus campos
desde el momento en que se fue hasta ahora.
Tiempo después, Eliseo se fue a la ciudad de Damasco, Ben-hadad,
el rey de Siria, estaba enfermo, y cuando le dijeron que el profeta había
llegado, le dijo a Hazael, toma un regalo y llévaselo al profeta, dile que le
pregunte a Dios si voy a sanar. Cuando llegó delante de Eliseo, le dijo, Ben
hadad, rey de Siria, te considera como un padre, me envía para que me digas si
él va a sanar de su enfermedad, Eliseo le contestó, ve y dile que si va a
sanar, aunque Dios me hizo sabe que muy pronto morirá. Después Eliseo miró
fijamente a Hazael hasta que éste se sintió incómodo. El profeta se puso a
llorar y Hazael le pregunó, Señor ¿por qué llora?, Eliseo le respondió, porque
yo sé todo el mal que vas a causarle a mi pueblo Israel, vas a quemar ciudades
amuralladas y acabarás por completo con todos sus habitantes. Hazael dijo, yo
valgo menos que un perro, Eliseo contestó,ya Dios me hizo saber que tú serás el
próximo rey de Siria. Después de eso, Hazael se despidió de Eliseo y fue a ver
al rey Ben-hadad, quien le preguntó, ¿qué te dijo Eliseo?, me dijo que usted va
a sanar de su enfermedad, pero al día siguiente Hazael tomó un paño, lo mojó en
agua y se lo puso en la cara a Ben-haded hasta asfixiarlo, después de esto,
Hazael se convirtió en el nuevo rey de Siria.
Después, Joram hijo de Josafat comenzó a reinar en Judá, la
capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró ocho años, Joram
desobedeció a Dios, durante su reinado el país de Edom se rebeló contra Judá y
Judá no pudo volver a dominar a los edomitas. Cuando murió Joram, lo enterraron
en la ciudad de David, después su hijo Ocozías reinó en su lugar y su reinado
duró un año y desobedeció a Dios. Un día, el profeta Eliseo llamó a uno de sus
discípulos y le dijo, prepárate para ir a Ramot de Galaad, toma este frasco de
aceite y cuando llegues allá busca a Jehú, el hijo de Josafat, ve a donde está
él, sepáralo de sus compañeros y llévalo a otra habitación. Toma el frasco de
aceite, derrámalo sobre su cabeza y dile, Dios te elige para ser rey de Israel,
después abre la puerta y escapa, no te detengas. Cuando Jehú fue a reunirse con
los demás jefes del ejército, estos le preguntaron, ¿qué quería ese loco? Dinos
que quería, Jehu les respondió, Me dijo que Dios me eligió para ser rey de
Israel. Enseguida cada uno de ellos tomó su capa y la puso sobre los escalones
como si fuera una alfombra, después tocaron la trompeta y gritaron ¡Viva el rey
Jehu!
Mientras tanto, Jehu hacía planes para matar a Joram, así
que les dijo a sus compañeros, si ustedes de verdad quieren que yo sea el rey,
no permitan que nadie vaya a Jezreel a avisarle a Joram de mis planes. Entonces
Jehu subió a su carro de combate y se fue a Jezreel, cuando el guardia que
estaba en la torre vio a Jehu y gente que lo acompañaba y Joram ordenó, que
vaya un soldado a preguntarles si vienen en son de paz, envió dos jinetes y no
regresaron. Joram entonces ordenó, preparen mi carro de combate y después Joram
y Ocozías salieron en busca de Jehu y lo
encontraron en el campo de Nabot en Jezreel. Cuando Joram vio a Jehu le dijo,
¿vienes como amigo?, Jehú contestó ¿cómo puedo ser amigo tuyo si tu madre sigue
adorando a los ídolos y haciendo brujería? Joram se dio vuelta y escapó
mientras le gritaba a Ocozías es una traición, Jehu estiró su arco con todas
sus fuerza y le disparó una flecha y le atravesó el corazón. Joram cayó muerto
en su carro. Entonces Jehú le dijo a su sirviente Bidcar, levanta el cuerpo de
Joram y llévalo al campo de Nabot, lugar en el que Dios dijo en contra de él,
ayer vi cómo mataron a Nabot y asus hijos, te aseguro que en este mismo lugar
voy a darte el castigo que mereces. Así se cumplirá lo que Dios había anunciado.
Después Jehú fue a Jezreel, y cuando Jezabel se enteró, se
pintó los ojos, se adornó el cabello y se asomó por la ventana, Jehu miró hacia
la ventana y preguntó ¿quién está de mi parte?, dos o tres oficiales del
palacio se asomaron para verlos, Jehú le dijo, ¡échenla abajo! . Pero cuando la
fueron a sepultarla, sólo encontraron los huesos de su cabeza y de sus pies, y
las palmas de sus manos, cuando regresaron y se lo contaron a Jehú, él dijo,
sucedió tal como lo había anunciado Dios por medio de sus servidor Elías, él
dijo que los perros se comerían el cuerpo de Jezabel. Entonces Jehu les
escribió otra carta, en la que les decía, si ustedes de verdad están de mi
parte, córtenles la cabeza a los hijos de Ahab.
Ahab tenía setenta hijos que vivían en Samaria, y estaban con los
líderes de la ciudad quienes los habían criado, cuando estos hombres recibieron
la carta, tomaron a los setenta muchachos y los mataron. Jehú sacó de Israel
todo lo que tenía que ver con Baal, pero él siguió pecando. Dios le dijo a
Jehú, has actuado bien, destruiste a la familia de Ahab, tal como yo quería,
por eso tus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos reinarán en Israel. A pesar
de eso, Jehu no se preocupó por obedecer de todo corazón los mandamientos de
del Dios de Israel, que reinó sobre Israel veintiocho años. Vivió en la ciudad
de Samaria, y cuando murió, lo enterraron allí. Su hijo Jacaz reinó en su
lugar.
¡Animo!, Sabes, Dios es un Dios de liberación y su poder es infinito,
ya que El libera a toda persona que le busca y deposita su confianza en El. Que
cada persona ponga su vida en las manos de El y El te ayudará a cambiar para ser una mejor persona y hacer el bien.
Con Alta Estima,
No hay comentarios:
Publicar un comentario