¿Qué más podemos decir? ¿Seguiremos pecando para que Dios
nos ame más todavía? ¡Por supuesto que no! Nosotros ya no tenemos nada que ver
con el pecado, así que ya no podemos seguir pecando. Ustedes bien saben que por
medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. Al ser bautizados,
morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida
totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó
con gran poder.
Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo,
también participaremos de su nueva vida. Una cosa es clara: antes éramos
pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así
que el pecado ya no nos gobierna. Al morir, el pecado perdió su poder sobre
nosotros.
Si por medio del bautismo morimos con Cristo, estamos
seguros de que también viviremos con él. Sabemos que Jesucristo resucitó, y que
nunca más volverá a morir, pues la muerte ya no tiene poder sobre él. Cuando
Jesucristo murió, el pecado perdió para siempre su poder sobre él. La vida que
ahora vive, es para agradar a Dios.
De igual manera, el pecado ya no tiene poder sobre ustedes,
sino que Cristo les ha dado vida, y ahora viven para agradar a Dios. Así que no
dejen que el pecado los gobierne, ni que los obligue a obedecer los malos
deseos de su cuerpo. Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a
vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien,
entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada. Así el pecado ya no tendrá
poder sobre ustedes, porque ya no son esclavos de la ley. Ahora están al
servicio del amor de Dios.
Alguien podría decir que, como ya no somos esclavos de la
ley, sino que estamos al servicio del amor de Dios, podemos seguir pecando.
Pero eso no es posible. Ustedes saben de quien siempre obedece a una persona,
llega a ser su esclavo. Nosotros podemos servir al pecado y morir, o bien obedecer
a Dios y recibir su perdón. Antes,
ustedes eran esclavos del pecado. Pero gracias a Dios que obedecieron de todo
corazón la enseñanza que se les dio. Ahora ustedes se han librado del pecado, y
están al servicio de Dios para hacer el bien.
Como a ustedes todavía les cuesta entender esto, se lo
explico con palabras sencillas y bien conocidas. Antes ustedes eran esclavos
del mal, y cometían pecados sexuales y toda clase de maldades. Pero ahora
tienen que dedicarse completamente al servicio de Dios.
Cuando ustedes eran esclavos del pecado, no tenían que vivir
como a Dios le agrada. ¿Pero qué provecho sacaron? Tan sólo la vergüenza de
vivir separados de Dios para siempre. Sin embargo, ustedes ya no son esclavos
del pecado. Ahora son servidores de Dios. Y esto sí que es bueno, pues el vivir
sólo para Dios les asegura que tendrán la vida eterna. Quien sólo vive para
pecar, recibirá como castigo la muerte. Pero Dios nos regala la vida eterna por
medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.
Aquí puedes darte cuenta que el hombre debe morir a su”yo”,
dejar el egoísmo, pues el hombre al
nacer de nuevo y por el bautismo, el hombre es purificado,entonces, el hombre es regenerado pues nace a una vida
diferente.
Así pues, el hombre que nace de nuevo, con su conducta
agrada a Dios y puede estar a su
servicio, es decir, haciendo el bien.
Por tanto, es tiempo que el hombre se vuelva a Dios, que se
aparte del pecado tomando conciencia de que este lo lleva a conducirse de manera
negativa pero al arrepentirse, el hombre ya no es gobernado por el pecado y
Dios le perdona , siendo específico que el hombre viva sólo para Dios.
Con Alta Estima,
No hay comentarios:
Publicar un comentario