miércoles, 22 de abril de 2015

Sólo el amor vive para siempre.


Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada!

Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas.

Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo.
De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás.
El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.
El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.
 No es orgulloso
No es grosero ni egoísta.
No se enoja por cualquier cosa.
No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.

Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto. Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará.

Alguna vez fui niño. Y mi modo de hablar, mi modo de entender las cosas, y mi manera de pensar eran los de un niño. Pero ahora soy una persona adulta, y todo eso lo he dejado atrás. Ahora conocemos a Dios de manera no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta; pero cuando  todo sea perfecto, podré conocerlo como él me conoce a mí.

Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor.

Aquí puedes darte cuenta que es fundamental que el hombre tenga amor, pues es el motor que mueve todo, sólo el amor vive para siempre, pero esto es verdad y el hombre debe entender que Dios es amor pues  El nos muestra su bondad, su humildad, por lo que el hombre debe ser obediente a sus mandatos.

Ahora bien, lo fundamental es que el hombre acepte a Nuestro Señor Jesucristo como su Salvador, y entonces Dios manifiesta  su amor  a través de su Espíritu y  le da al hombre la capacidad de amar como El.

No obstante, el hombre debe entender que el  amor de Dios es incondicional, El muestra misericordia a pesar de que el hombre tropieza y da otra oportunidad al caído pero sabes, es necesario que el hombre muestre su amor y gratitud a Dios, con un arrepentimiento verdadero, y por ende, cambie su manera de vivir, que ponga su confianza en Dios y El cumplirá sus promesas.


Con Alta Estima,

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