Dios es bueno y nos
permitió servirle. Por eso no nos desanimamos. No sentimos vergüenza de nada, ni hacemos nada a escondidas. No
tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario,
Dios es testigo de que decimos sólo la verdad.
Por esto, todos pueden confiar en nosotros. Los únicos que no pueden
entender la buena noticia que anunciamos son los que no se salvarán.
La buena noticia nos
habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de
Dios. Ese mensaje brilla como la luz, pero los que no creen no pueden verla,
porque Satanás no los deja. Y nosotros no nos anunciamos a nosotros mismos. Al
contrario, anunciamos que Jesucristo es nuestro Señor, y que nosotros somos
servidores de ustedes porque somos seguidores de Jesucristo. Cuando Dios creó
el mundo, dijo: Que brille la luz donde ahora hay oscuridad. Y cuando nos
permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para
que por medio de Cristo conociéramos su grandeza.
Cuando Dios nos dio
la buena noticia, pues, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de
barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de
ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el
barro. Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos.
Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero
Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen. A dondequiera que
vamos, todos pueden ver que sufrimos lo mismo que Cristo, y que por obedecerlo
estamos siempre en peligro de muerte. Pero también pueden ver, por medio de
nosotros, que Jesús tiene poder para dar vida a los muertos. Y así, mientras
que nosotros vamos muriendo, ustedes van cobrando nueva vida.
La Biblia dice: Yo
confié en Dios, y por eso hablé. Pues nosotros también confiamos en Dios, y por
eso anunciamos la buena noticia. Porque sabemos que, cuando muramos, Dios nos
dará vida, así como lo hizo con Jesús, y que después nos llevará con él. Todo
esto es por el bien de ustedes. Porque mientras más sean los que reciban el
amor y la bondad de Dios, muchos más serán los que le den gracias y reconozcan
su grandeza.
Por eso no nos
desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando, nuestro espíritu va cobrando
más fuerza. Las dificultades que tenemos son pequeñas, y no van a durar
siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para
siempre una gloria grande y maravillosa. Porque nosotros no nos preocupamos por
lo que nos pasa en esta vida, que pronto acabará. Al contrario, nos preocupamos
por lo que nos pasará en la vida que tendremos en el cielo. Ahora no sabemos
cómo será esa vida. Los que si sabemos es que será eterna.
Aquí puedes darte
cuenta que Dios es bueno y que es esencial que el hombre confíe en El.
Por lo que es
prioridad que el hombre regenerado anuncie su mensaje, que hable siempre con la
verdad y manifieste la grandeza de Dios,
y por ende irradie una luz tan brillante que sólo podrán verla los que creen en
Cristo.
Por tanto, es
necesario que el hombre sea obediente a la Palabra de Dios, y el Espíritu de
Dios iluminará el entendimiento del hombre para que vea el poder de Dios.
Asimismo, es
importante que el hombre sepa que aunque pase dificultades, preocupaciones debe mantener la calma y tener
buen ánimo pues al confiar en Cristo, está bajo la cobertura de Dios.
Ahora bien, con esa
confianza en Dios, el hombre debe preocuparse por anunciar su mensaje, por
avanzar espiritualmente y alcanzar la vida eterna .
Con Alta Estima,
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