Luego vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo
envuelto en una nube. Un arco iris adornaba su cabeza; su cara brillaba como el
sol, y sus piernas eran como dos columnas de fuego. En su mano llevaba un
librito abierto. Cuando el ángel se detuvo, puso el pie derecho sobre el mar y
el pie izquierdo sobre la tierra. Entonces gritó con fuerte voz, como si fuera
un león que ruge; y cuando gritó se oyeron siete voces fuertes como truenos.
Estaba yo por escribir lo que dijeron las siete voces,
cuando oí una voz del cielo que me dijo: No escribas lo que dijeron las siete voces fuertes como
truenos, sino guárdalo en secreto.
El ángel que se había detenido sobre el mar y sobre la
tierra levantó al cielo su mano derecha, y juró por Dios que diría la verdad.
Dijo: Dios ya no esperará más. Cuando el séptimo ángel toque su trompeta, Dios
hará todo lo que había planeado y mantenía en secreto. Hará todo lo que ya
había dicho a sus sacerdotes los profetas. Y el ángel juró por el Dios que vive
para siempre y que creó el universo.
Entonces la voz del cielo, que yo había oído antes, me
habló otra vez y me dijo: Ve y toma el librito abierto. Tómalo de la mano del
ángel que se detuvo sobre el mar y sobre la tierra.
Yo fui y le pedí al ángel que me diera el librito. Y el
ángel me contestó: Tómalo y cómetelo. En la boca te sabrá dulce como la miel,
pero en el estómago te sabrá amargo.
Yo tomé el librito de la mano del ángel, y me lo comí. Y
en efecto, en la boca me supo dulce como la miel, pero en el estómago me supo
amargo. Entonces me dijeron: Tienes que anunciar los planes de Dios a la gente
de muchos países, razas, idiomas y reyes.
Aquí puedes darte cuenta que el hombre debe ser obediente
y fiel a Dios, y el Señor le capacita en su entendimiento y le da la fortaleza
para que siga avanzando en su crecimiento espiritual y se empape del
conocimiento de Dios.
No obstante, los tiempos son difíciles y el hombre debe
estar preparado, y vivir apegado a la verdad: la Palabra de Dios y entonces el
hombre regenerado, que Dios ha restaurado su vida puede entender que su
fortaleza viene de Dios, el Creador del Universo.
Por tanto, es necesario que el hombre se levante y esté
¡Despierto! pues el Señor vendrá pronto a juzgar a las naciones.
Así es que el hombre humilde y obediente sabe que sólo Dios
es su refugio, pues está próxima la venida del Señor Jesús y es prioridad que el hombre cambie, que se esfuerce
y anuncie el mensaje de Dios a la gente de muchos países para que conozcan los
planes que Dios mantenía en secreto.
Con Alta Estima.
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