viernes, 25 de septiembre de 2015

Y fueron abiertos los libros donde está escrito todo lo que uno hizo.



Vi entonces un ángel que bajaba del cielo. En su mano llevaba una gran cadena y la llave del Abismo profundo. Este ángel capturó al dragón, aquella serpiente antigua que es el diablo, llamado Satanás, y lo encadenó durante mil años. Lo arrojó al Abismo, y allí lo encerró. Luego aseguró la puerta y le puso un sello, para que el dragón no pueda salir a engañar a los países, hasta que se cumplan mil años. Después de eso, el dragón será puesto en libertad por un corto tiempo.

Luego vi unos tronos, y en esos tronos estaban sentados los que habían sido asesinados por mantenerse fieles a la enseñanza de Jesús y al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado al monstruo ni a su estatua, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en las manos. Ellos volvieron a vivir, pues han recibido una gran bendición y forman parte del pueblo elegido de Dios. Nunca serán apartados de Dios, sino que serán sacerdotes de Dios y del Mesías, y reinarán con él durante mil años. El resto de los muertos no volverá a vivir hasta que se cumplan los mil años.

Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión, y saldrá a engañar a los países de Gob y Magog, que representan a todos los países de este mundo. Satanás reunirá para la guerra a los ejércitos de esos países, sus soldados no se pueden contar, como tampoco se puede contar la arena del mar. Ellos recorrerán todo el mundo, y rodearán al pueblo de Dios y a su ciudad amada, pero saldrá fuego del cielo y los quemará por completo. Y el diablo, que los había engañado, será arrojado al lago donde el azufre arde en llamas, donde también fueron arrojados el monstruo y el falso profeta. Allí serán atormentados todos ellos para siempre, de día y de noche.

Entonces vi un gran trono blanco, y el que estaba sentado en él. Y en su presencia desaparecieron la tierra y el cielo, y nadie volvió a verlos. Y vi que todos los que habían muerto, tanto los humildes como los poderosos, estaban de pie delante del trono. Y fueron abiertos los libros donde está escrito todo lo que uno hizo. También se abrió el libro donde están escritos los nombres de todos los que vivirán con Dios para siempre. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que habían hecho y con lo que decían los libros. Los que murieron en el mar se presentaron delante de Dios para que él los juzgara, y lo mismo hicieron los que estaban en el reino de la muerte. Todos los muertos fueron juzgados de acuerdo con lo que habían hecho. Luego, la Muerte y el reino de la muerte fueron lanzados al lago de fuego. Los que caen en este lago quedan separados de Dios para siempre, y allí fueron arrojados todos los que no tenían sus nombres escritos en el libro de la vida eterna.

Aquí puedes darte cuenta que es necesario que el hombre se vuelva a Dios, pues el hombre ya no tiene tiempo pues se acerca la venida del Señor Jesús.

Por tanto, ahora es el momento en que el hombre debe ser humilde y arrepentirse, es importante que el hombre se vuelva a Dios, que no se deje engañar por los distractores del mundo, ni que se deje llevar por tanto afán, por la corriente del humanismo, que hace que el hombre corra a pasos agigantados hacia el abismo donde sólo hay muerte y destrucción.

Por lo que el hombre regenerado que ha recibido el Espíritu de Dios en su ser interior, que le da fortaleza para que el hombre se mantenga fiel a Dios,  sea obediente y viva de acuerdo al orden de Dios para que esté en comunión permanente con Dios

Ahora bien, lo fundamental es que el hombre pertenezca en la Palabra de Dios y Dios le protegerá, pues Dios es un Dios de amor pero también fuego consumidor.

Así pues, el hombre debe estar ¡Alerta! pues Dios vendrá a juzgar con justicia y los libros serán abiertos donde está escrito todo lo que uno hizo y donde están escritos los nombres de todo los que vivirán con Dios para siempre.

Así que el hombre debe tomar conciencia y hacer cambios, vivir con disciplina y obediencia y entonces estará preparado para  cuando Jesús vuelva y lo encuentre con una conducta intachable, sin mancha para que no sea lanzado al lago de fuego y entonces quede separado de Dios.


Con Alta Estima 

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