Entonces vino uno de los siete ángeles que tenían las
siete copas, y me dijo: Ven; te voy a mostrar el castigo que le espera a esa
gran prostituta que está sentada a la orilla de muchos ríos. Los reyes del
mundo se unieron a ella para adorar a dioses falsos, y la gente del mundo hizo
lo mismo.
Luego, en la visión que me mostró el Espíritu de Dios, el
ángel me llevó al desierto. Allí vi una mujer sentada sobre un monstruo de
color rojo. Este monstruo, de siete cabezas y diez cuernos, tenía escritos por
todo el cuerpo nombres que ofendían a Dios. Aquella mujer vestía ropas de color
púrpura y rojo. Se había adornado el cuerpo con oro, piedras preciosas y
perlas. En su mano derecha tenía una copa de oro llena de vino. Ese vino
significa que hizo mucho mal y que adoró a dioses falsos. En la frente, esa
mujer tenía escrito un nombre misterioso: La gran Babilonia, madre de todas las
prostitutas y de todo lo malo y odioso que hay en el mundo. Luego me di cuenta
de que la mujer se había bebido el vino y se había emborrachado con él. Ese
vino representa la sangre del pueblo de Dios y de los que fueron asesinados por
mantenerse fieles a Jesús.
Esta visión me sorprendió mucho, pero el ángel me dijo:
¿Por qué te sorprendes? Yo te voy a explicar el significado secreto de esta
visión. Voy a decirte quién es esa mujer, y quién es el monstruo de siete
cabezas y diez cuernos que ella monta.
Este monstruo que has visto es uno que antes vivía, pero
que ya no existe. Sin embargo, saldrá del Abismo profundo, pero sólo para ser
destruido. Y los habitantes de la tierra que no están anotados en el libro de
la vida desde antes de la creación del mundo, se sorprenderán cuando vean a
este monstruo. Antes estuvo vivo, y ahora ya no existe, pero regresará-
Para entender esto, hace falta sabiduría: Las siete
cabezas son los siete cerros sobre los cuales está sentada la mujer, y también
representan a siete reyes. Cinco de esos reyes ya han muerto, y uno de ellos
reina ahora. El otro no ha reinado todavía pero, cuando venga, reinará sólo un
poco de tiempo. El monstruo que antes
vivía, y que ya no existe, es uno de esos siete reyes. Regresará a reinar por segunda
vez, y llegará a ser el octavo rey, pero será destruido para siempre.
Los diez cuernos que has visto son diez reyes, que
todavía no han comenzado a reinar; pero durante una hora recibirán poder, y
junto con el monstruo gobernarán como reyes. Los diez reyes se pondrán de
acuerdo, y entregarán al monstruo su poder y su autoridad.
Después, el monstruo y los diez reyes pelearán contra el
Cordero, pero él y sus seguidores los vencerán. El Cordero vencerá, porque es
el Señor más grande y el Rey más poderoso. Con él estarán sus seguidores. Dios los
ha llamado y elegido porque siempre lo obedecen.
El ángel también me dijo: Los ríos que has visto, y sobre
los cuales está sentada la prostituta, representan pueblos y gente de
diferentes idiomas y países. Los diez cuernos que has visto, lo mismo que el
monstruo, odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene. La dejarán
destruida, se comerán la carne de su cuerpo, y luego la arrojarán al fuego.
Dios permitió que los diez reyes hicieran lo que él había
pensado hacer. Los hizo ponerse de acuerdo para entregarle su poder al
monstruo. Y ellos obedecerán al monstruo hasta que se cumplan todos los planes
de Dios. La mujer que has visto representa a la gran ciudad, y su rey domina a
todos los reyes del mundo.
Aquí puedes darte cuenta que es fundamental que el hombre
se aparte de la idolatría, que se vuelva a Dios y aprenda a hacer lo bueno.
No obstante, es necesario que el hombre se mantenga fiel
a Dios, que tenga puesta su confianza en Dios y que a pesar de la adversidad Dios
le protegerá pues El cuida del hombre que obedece sus mandatos.
Ahora bien, lo importante es que el hombre sea consciente
de que siempre existirá la maldad en el mundo pero si el hombre vive apegado a la Palabra de Dios adquirirá sabiduría y entonces sabrá discernir
del bien y del mal, y entonces el hombre sabio escogerá el camino recto.
Así pues, es necesario que el hombre tenga fe y espere en
Dios, porque el Cordero es el Señor más grande y vencerá y será el rey más
poderoso.
Con Alta Estima,
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