viernes, 25 de julio de 2014

Cuando reconozcan que me han ofendido, se llenarán de angustia y me buscarán...


¡Escúchenme, sacerdotes! ¡Atiéndanme, jefes de Israel! ¡Préstenme atención, familiares del rey! Yo los voy a juzgar y a castigar porque han engañado a mi pueblo. ¡Hicieron a Israel aun más rebelde! Lo obligaron a adorar a otros dioses en los santuarios de Mispá y de Tabor.

Israelitas, yo sé cómo se portan ustedes; ¡se portan como una prostituta, porque adoran a otros dioses! No me reconocen como su Dios, ni se arrepienten de su maldad. Ustedes son tan malos y orgullosos que acabarán por ser destruidos;  ¡lo mismo pasará con Judá!

Pero un día me buscarán; y llevarán como ofrenda sus vacas y sus ovejas, pero no podrán encontrarme. ¡Yo los abandonaré! Se han portado como una adúltera: me engañaron adorando a otros dioses, y sus descendientes ya no serán mi pueblo. Por eso, muy pronto, tanto ustedes como sus campos serán destruidos.

¡Avísenles a todos en Guibeá, Ramá y Bet-avén! ¡Den el toque de alerta! ¡Adviertan a los del reino de Judá! Israelitas, yo les aseguro que cumpliré lo que antes anuncié. El día que yo los castigue, ¡dejaré su país en ruinas!

Voy a castigar con furia a los jefes de Judá, porque son como los ladrones de terrenos: han invadido el territorio de Israel. El reino de Israel es maltratado y nadie respeta sus derechos porque prefirió adorar a dioses falsos. Por eso yo acabaré con ese reino y con el reino de Judá; ¡los destruiré por completo, como destruye la polilla a la madera! Y cuando Israel y Judá se vean en ruinas, buscarán la ayuda del rey de Asiria; pero él no podrá ayudarlos.

Yo atacaré a Israel y a Judá con la misma furia de un león. Los agarraré y los haré pedazos, y no habrá quien los salve. Luego los dejaré por un tiempo, y esperaré a que se arrepientan; cuando reconozcan que me han ofendido, se llenarán de angustia y me buscarán.

Aquí puedes darte cuenta que lo importante es que el hombre se arrepienta de su maldad para que se aparte del pecado, de ser orgulloso, pues  es tiempo que el hombre busque a Dios, que deje de adorar a dioses falsos para que sus generaciones no hagan lo mismo y pierdan el privilegio de pertenecer al pueblo de Dios.

Sabes, lo esencial es que el hombre obedezca a Dios para  que no deteriore su relación con El, que no siga avanzando hacia la destrucción y quede en ruinas como la polilla que destruye la madera.

¡Animo! Es el momento de que el hombre reconozca que ha fallado, que ha caído en pecado y ha  ofendido a Dios pero arrepentido verdaderamente le pedirá su ayuda y El se la dará pues Dios espera este momento en que el hombre lo  busca con todo su corazón para que Dios more en su vida.


Con Alta Estima,  

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