Lo más importante de
todo esto es que tenemos un Jefe de sacerdotes que está en el cielo, sentado a
la derecha del trono de Dios. Ese sacerdote es Jesucristo, que actúa como
sacerdote en el verdadero santuario, es
decir, en el verdadero lugar de adoración, hecho por Dios y por nosotros los
humanos.
Aquí en la tierra, se
nombra a cada jefe de los sacerdotes para presentar a Dios las ofrendas y sacrificios
del pueblo. Por eso, también Jesucristo tiene algo que ofrecer a Dios. Si él
estuviera aquí no sería sacerdote, pues ya tenemos sacerdotes que presentan a
Dios las ofrendas que ordena la ley de Moisés. Pero el trabajo de esos
sacerdotes nos da apenas una ligera idea de lo que pasa en el cielo. Por eso,
cuando Moisés iba a construir el santuario, Dios le dijo: Pon mucho cuidado,
porque debes hacerlo todo siguiendo el modelo que te mostré en la montaña. Pero
el trabajo que Dios le dio a Jesucristo, nuestro Jefe de sacerdotes, es mucho
mejor, y por medio de él tenemos también un pacto mejor, porque en él Dios nos
hace mejores promesas.
Si el pacto que Dios
hizo antes con el pueblo de Israel hubiera sido perfecto, no habría sido
necesario un nuevo pacto. Pero al ver Dios que el pueblo no le obedecía como él
esperaba, dijo: Viene el día en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel
y con el pueblo de Judá.
En el pasado, tomé de
la mano a sus antepasados y los saqué de Egipto, y luego hice un pacto con
ellos. Pero no lo cumplieron, y por eso no me preocupé más por ellos.
Por eso, este será mi
nuevo pacto con el pueblo de Israel: haré que mis enseñanzas las aprendan de
memoria, y que sean la guía de su vida. Yo seré su Dios, y ellos serán mi
pueblo. Les juro que así será. Ya no hará falta que unos sean maestros de
otros, y que les enseñen a conocerme, porque todos me conocerán, desde el más
joven hasta el más viejo. Yo les perdonaré todas sus maldades, y nunca más me
acordaré de sus pecados.
Cuando Dios había de
hacer con nosotros un nuevo pacto, es porque considera viejo el pacto anterior.
Y lo que se considera viejo e inútil, ya está a punto de desaparecer.
Aquí puedes darte
cuenta que lo más importante, es que el hombre entienda que Jesús vino al mundo
para purificar al hombre, con su sangre
derramada en la cruz, perdonó las maldades del hombre y con esto sella Dios un
nuevo Pacto, una alianza perfecta y hace mejores promesas.
Por tanto, lo
esencial es que el hombre sea obediente, que aprenda cada día las enseñanzas a
través de la Palabra de Dios y que la aplique en su diario vivir, pues de ella
emana la sabiduría y entonces el hombre guiado
por la verdad recibirá revelación para que
siga por el camino correcto en este mundo adverso.
Ahora bien, lo
esencial es que el hombre crea en Dios como el único Dios verdadero, pues sólo El
da riqueza espiritual a toda persona que lo busca, pero el hombre sabio sabe
que debe hacer y se empapará del conocimiento de Dios, pues Dios con este nuevo
pacto le da oportunidad de tener una nueva vida pues sólo Dios borra los pecados del hombre y
entonces, el hombre regenerado, muestra con
su conducta que honra a Dios.
Con Alta Estima,
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