viernes, 17 de julio de 2015

Haré que mis enseñanzas las aprendan de memoria, y que sean la guía de su vida.


Lo más importante de todo esto es que tenemos un Jefe de sacerdotes que está en el cielo, sentado a la derecha del trono de Dios. Ese sacerdote es Jesucristo, que actúa como sacerdote  en el verdadero santuario, es decir, en el verdadero lugar de adoración, hecho por Dios y por nosotros los humanos.

Aquí en la tierra, se nombra a cada jefe de los sacerdotes para presentar a Dios las ofrendas y sacrificios del pueblo. Por eso, también Jesucristo tiene algo que ofrecer a Dios. Si él estuviera aquí no sería sacerdote, pues ya tenemos sacerdotes que presentan a Dios las ofrendas que ordena la ley de Moisés. Pero el trabajo de esos sacerdotes nos da apenas una ligera idea de lo que pasa en el cielo. Por eso, cuando Moisés iba a construir el santuario, Dios le dijo: Pon mucho cuidado, porque debes hacerlo todo siguiendo el modelo que te mostré en la montaña. Pero el trabajo que Dios le dio a Jesucristo, nuestro Jefe de sacerdotes, es mucho mejor, y por medio de él tenemos también un pacto mejor, porque en él Dios nos hace mejores promesas.
Si el pacto que Dios hizo antes con el pueblo de Israel hubiera sido perfecto, no habría sido necesario un nuevo pacto. Pero al ver Dios que el pueblo no le obedecía como él esperaba, dijo: Viene el día en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con el pueblo de Judá.
En el pasado, tomé de la mano a sus antepasados y los saqué de Egipto, y luego hice un pacto con ellos. Pero no lo cumplieron, y por eso no me preocupé más por ellos.

Por eso, este será mi nuevo pacto con el pueblo de Israel: haré que mis enseñanzas las aprendan de memoria, y que sean la guía de su vida. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Les juro que así será. Ya no hará falta que unos sean maestros de otros, y que les enseñen a conocerme, porque todos me conocerán, desde el más joven hasta el más viejo. Yo les perdonaré todas sus maldades, y nunca más me acordaré de sus pecados.

Cuando Dios había de hacer con nosotros un nuevo pacto, es porque considera viejo el pacto anterior. Y lo que se considera viejo e inútil, ya está a punto de desaparecer.

Aquí puedes darte cuenta que lo más importante, es que el hombre entienda que Jesús vino al mundo  para purificar al hombre, con su sangre derramada en la cruz, perdonó las maldades del hombre y con esto sella Dios un nuevo Pacto, una alianza perfecta y hace mejores promesas.

Por tanto, lo esencial es que el hombre sea obediente, que aprenda cada día las enseñanzas a través de la Palabra de Dios y que la aplique en su diario vivir, pues de ella emana la sabiduría y entonces  el hombre guiado por  la verdad recibirá revelación para que siga por el camino correcto en este mundo adverso.

Ahora bien, lo esencial es que el hombre crea en Dios como el único Dios verdadero, pues sólo El da riqueza espiritual a toda persona que lo busca, pero el hombre sabio sabe que debe hacer y se empapará del conocimiento de Dios, pues Dios con este nuevo pacto le da oportunidad de tener una nueva vida pues  sólo Dios borra los pecados del hombre y entonces, el hombre regenerado,  muestra con su  conducta que honra a Dios.


Con Alta Estima,

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