Por eso, mientras
siga en pie la promesa de descansar con Dios, debemos tener cuidado. Sería una
lástima que alguno de ustedes no pudiera recibir de Dios ese descanso. Porque
nosotros cómo la buena noticia, igual que aquellos israelitas que salieron de
Egipto. Sólo que a ellos no les sirvió de nada oírla, porque no creyeron en el
mensaje. Nosotros, en cambio lo que sí hemos creído en la buena noticia,
disfrutaremos de la paz y de la tranquilidad que Dios nos ha prometido. Pero a
los que no creyeron, Dios les dijo: Por eso, ya enojado decidí: No voy a
permitirles entrar en la tierra prometida, donde los haré descansar.
Dios dijo esto,
refiriéndose a su descanso cuando terminó de crear el mundo. Porque en alguna
parte de la Biblia se habla así del día sábado: En el séptimo día Dios descansó
de todo su trabajo. Y en cuanto a este punto, vuelve a decir: Ustedes jamás
entrarán en mi lugar de reposo.
Los primeros en oír
la buena noticia desobedecieron a Dios, y por eso no pudieron recibir su
descanso. Pero la promesa de Dios sigue en pie, porque él nos dio una nueva
oportunidad, como lo dijo por medio de David en el pasaje de la Biblia se habla
así del día sábado: En el séptimo día Dios descansó de todo su trabajo.
Y en cuanto a este
punto, vuelve a decir: Ustedes jamás entrarán en mi lugar de reposo.
Los primeros en oír
la buena noticia desobedecieron a Dios, y por eso no pudieron recibir su
descanso. Pero la promesa de Dios sigue en pie, porque él nos dio una nueva
oportunidad, como lo dijo por medio de David en el pasaje de la Biblia, que ya
mencionamos: Si hoy escuchan la voz de Dios, no sean tan tercos.
Si Josué hubiera
podido hacer que los israelitas descansaran realmente en paz y tranquilidad, Dios no habría hablado de otra
oportunidad. Pero todavía esperamos el día en que nosotros, el pueblo de Dios,
recibiremos el descanso que Dios nos ha prometido. En ese día, el pueblo de
Dios descansará por fin de su trabajo, así como Dios descansó del suyo. Por
eso, hagamos todo lo posible por obedecer a Dios, para que en ese día recibamos
su descanso. No sigamos el ejemplo de los que no creyeron la buena noticia.
Cada palabra que Dios
pronuncia tiene poder y tiene vida. La Palabra de Dios es más cortante que una
espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí
examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos.
Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él, pues Dios puede verlo
todo con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho.
Jesús el Hijo de
Dios, y es nuestro gran jefe de sacerdotes, que ha subido al cielo. Por eso
debemos seguir confiando en él. El diablo le puso a Jesús las mismas trampas
que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por
eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios. Así que, cuando
tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. El nos
ayudará, porque es que bueno y nos ama.
Aquí puedes darte
cuenta que lo fundamental es que el hombre crea en el mensaje de Dios para que
disfrute de paz y tranquilidad pues es una promesa de Dios.
Ahora bien, el hombre
no comprende la magnitud del amor de Dios, su misericordia y El le da una nueva
oportunidad al hombre, pero es conveniente que el hombre viva apegado a la
Palabra de Dios, que es la fuente de vida, que obedezca sus enseñanzas y entonces
pueda entra en el reposo de Dios.
No obstante, el
hombre debe tener una conducta sincera y pedir al Señor Jesús discernimiento en
sus decisiones y escoger hacer lo bueno,
pues Dios ve todo y conoce lo que el hombre guarda en su corazón y tendrá que
rendir cuentas a El de todo lo que haga.
Así pues, el hombre
entendido que sabe del amor de Dios puede pasar pruebas difíciles pero asido de
la mano de Dios, le da fortaleza y puede vencer lo adverso, pero es conveniente que en todo
momento busque a Dios y Dios lo ayudará
Con Alta Estima,
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