Dios elige a los
jefes de los sacerdotes para que ayuden al pueblo, y para que presenten las
ofrendas y sacrificios, para que Dios los perdone. Y como a esos sacerdotes
también les resulta difícil obedecer a Dios, pueden mostrarse pacientes con los
ignorantes y pecadores. Por eso tienen que presentar ofrendas y sacrificios,
para que Dios perdone los pecados del pueblo, y también los de ellos. Pero
nadie puede ser jefe de los sacerdotes sólo porque así lo quiere, sino que Dios
es quien lo elige y le da ese honor. Así lo hizo Dios cuando escogió a Aarón
como jefe de los sacerdotes.
Cristo no llegó a ser
Jefe de sacerdotes porque así lo quiso, sino que Dios lo eligió y le dio ese
honor. Fue Dios quien le dijo: Tú eres mi Hijo; desde hoy soy tu padre.
En otra parte de la
Biblia también le dijo: tú eres sacerdote para siempre, como lo fue
Melquisedec.
Cuando Cristo estuvo
aquí en el mundo, oró mucho a Dios y con lágrimas le rogó que lo librara de la
muerte, pues Dios tenía poder para
hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó en oración. Aunque
él era Hijo de Dios, por medio del sufrimiento aprendió lo que significa
obedecer siempre a Dios. Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le
mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que lo
obedecen. Por eso Dios también lo nombró Jefe de sacerdotes, como lo fue
Melquisedec.
Hay mucho más que
decir acerca de este asunto, pero no es fácil explicarles a ustedes todo,
porque les cuesta mucho entender. Con el tiempo que llevan de haber creído en
la buena noticia, ya deberían ser maestros. Sin embargo, todavía necesitan que
se les expliquen las enseñanzas más sencillas acerca de Dios. Parecen niños
pequeños, que no pueden comer alimentos sólidos, sino que sólo toman leche. Son
como niños recién nacidos, que aún no pueden distinguir entre lo bueno y lo
malo. En cambio, los que sí saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y están
acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta, que ya puede comer alimentos
sólidos.
Aquí puedes darte
cuenta que lo esencial es que el hombre sea obediente a la Palabra de Dios y
viva apegado al orden que Dios ha establecido.
No obstante, el
hombre que ha formado una familia de acuerdo al diseño de Dios debe ser un buen
sacerdote de ella y saber dirigirla en el camino correcto, mostrando una buena
conducta pues es fiel a Dios, que su si sea si y su no sea no, es decir, manteniéndose
firme en sus convicciones.
Por tanto, al hombre
obediente que cree en Dios está acostumbrado a hacer lo bueno pues entiende lo
que es la verdad, que por medio de nuestro Señor Jesucristo y su sacrificio en
la cruz y su resurrección le dio al hombre la salvación, y la oportunidad de
una nueva vida, pero sabes, es necesario que el hombre busque a Dios y crea en
su mensaje, y entonces Dios le da al hombre sabiduría para que tenga
discernimiento del bien y del mal y por ende, como gente adulta, escoge el bien
y, adquiere madurez espiritual.
Con Alta Estima,
No hay comentarios:
Publicar un comentario