Por eso debemos poner
más interés en el mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del
camino que Dios nos señala. Si el
mensaje que anunciaron los ángeles resultó ser verdad, y quienes no lo obedecieron recibieron el castigo que
merecían, con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran
valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el
primero en comunicar el mensaje de salvación, y después los que oyeron ese
mensaje nos demostraron que era verdad. Dios también nos lo demostró por medio
de muchas señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además,
cuando lo hizo, les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.
Dios no ha puesto a
los ángeles como jefes del mundo en que vamos a vivir en el futuro. En ese
mundo el jefe será otro. Pues la Biblia dice:
Dios, ¿qué somos los
mortales para que pienses en nosotros y nos tomes en cuenta? ¡Nos creaste casi
iguales a los ángeles! Nos trataste como a reyes; nos diste plena autoridad
sobre todo lo que hiciste; nos diste dominio sobre toda tu creación.
Y si Dios le dio
dominio sobre toda la creación, eso quiere decir que nada de lo creado quería
fuera de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las
cosas. Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para salvarnos. Por eso,
aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera menos importante que
los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.
Dios hizo todas las
cosas para él mismo, y quiere que su gloria la compartan todos los que lo aman
y obedecen. Para eso, Dios tenía que hacer perfecto a Jesucristo y dejarlo
morir, pues Jesucristo es el Salvador de ellos. Todos los que aman y obedecen a
Dios son sus hijos, y Dios es padre de todos ellos. Y como Jesús también es
Hijo de Dios, no se avergüenza de tratarlos como hermanos, pues él le dijo a
Dios:
Cuando mi pueblo se
junte para adorarte en el templo, yo les hablaré de ti, y te cantaré alabanzas.
También dice:
Confiaré en Dios.
Y añade: Aquí estoy,
con los hijos que Dios me ha dado.
Nosotros somos seres
de carne y hueso. Por eso Jesús se hizo igual a nosotros. Sólo así podía morir
para vencer al diablo, que tenía poder para matar a hombres y mujeres. Con su
muerte, Jesús dio libertad a los que se pasaban la vida con miedo a la muerte.
Queda claro que Jesús no vino para ayudar a los ángeles, sino a todos los
descendientes de Abraham. Para poder ayudarlos, tenía que hacerse igual a
ellos. Por eso Jesús es un jefe de sacerdotes en quien se puede confiar, pues
está lleno de amor para servir a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús
logró que Dios nos perdonara nuestros pecados. Y como Jesús mismo sufrió, y el
diablo le puso trampas para hacerlo pecar, ahora, cuando el diablo nos pone
trampas, Jesús puede ayudarnos a todos.
Aquí puedes darte
cuenta que el hombre debe estar atento al mensaje de Dios, y no apartarse del
camino que Dios señala sino más bien que el hombre lo obedezca, pues es la
verdad y Dios ha demostrado con señales y con acciones maravillosas y dio el Espíritu Santo a quienes El lo quiso
dar.
No obstante, Dios le
dio al hombre dominio sobre todo lo creado y su amor tan grande. que envió a su
Hijo Jesús a morir para redimirnos y con esto lo hizo perfecto y por tanto, Jesús
es superior a los ángeles, y ahora El
recibe la gloria y honor.
Ahora bien, lo más
importante es que el hombre confíe en Jesús, quien se hizo hombre para ser como
nosotros y como jefe de sacerdotes, nos
ama y nos dio libertad pues El vence las trampas del enemigo y al hombre que
cree en El, puede ayudarlo a vencerlas.
Con Alta Estima,
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