sábado, 29 de marzo de 2014

Les daré a elegir entre la vida y la muerte…


El rey Sedequías envió a Pashur y al sacerdote Sofonías, a que le dijeran al profeta Jeremías: Nabucodonosor, el rey de Babilonia; nos está atacando. Por favor, ruégale a Dios que nos ayude. Pídele que haga uno de sus milagros a favor de nosotros, para que ese rey nos deje tranquilos. Pero Dios tenía otro plan, y se lo comunicó a Jeremías. Entonces Jeremías les respondió a Pashur y a Sofonías:

Díganle al rey Sedequías que el Dios de Israel dice: El rey de Babilonia y sus soldados están rodeando y atacando la ciudad de Jerusalén. Frente a sus ataques, tus tropas retrocederán y se refugiarán en la ciudad. Es más, yo mismo voy a pelear contra ustedes, y lo haré con todo mi poder y con toda mi furia. ¡Ya me tienen harto! Voy a mandarles una enfermedad terrible, que matará a todos los que viven en esta ciudad, y hasta los animales. A ti, Sedequías, y a tus oficiales, los pondré en manos de Nabucodonosor y de su ejército. También entregaré a la gente que no haya muerto por la enfermedad, la guerra o el hambre. Les juro que ese rey los matará sin compasión.

Dios le dijo a Jeremías: Dile de mi parte a este pueblo: A todos los que viven en Jerusalén les daré a elegir entre la vida y la muerte. Los que queden en la ciudad morirán en la guerra, o los matará la enfermedad y el hambre. Sólo se salvarán si salen y se rinden a los babilonios. Ya me cansé de tratar con bondad a esta ciudad. La voy a destruir. Se la entregaré al rey de Babilonia, para que la destruya con fuego. Les juro que así lo haré.

A los descendientes del rey David diles que presten atención a mis palabras. Este es mi mensaje para ellos: No dejen de hacer el bien, y protejan a los que son maltratados. Si no lo hacen así, mi enojo arderá como un fuego y nadie podrá apagarlo. Así los castigaré por todas sus maldades.

Habitantes de Jerusalén, yo estoy muy enojado con ustedes. Ustedes creen que Jerusalén, por estar en la montaña, es la más fuerte de la región. Creen que nadie puede conquistarla ni destruir sus murallas. Pero yo les daré su merecido: Le prenderá fuego a su bosque, y ese fuego destruirá todo lo que hay a su alrededor. Les juro que así lo haré.

Así pues, Dios conoce a cada persona, El mira su corazón y El tiene un plan para cada una, pero a veces el ser humano se acuerda de Dios sólo en tiempo de dificultad, en circunstancias adversas quiere que Dios le ayude, que él haga milagros, pero sabes , si bien es cierto que Dios es un Dios de amor, es necesario que el hombre aprenda a conocerle, determine vivir de acuerdo a sus mandatos y haga su parte que le corresponde y, por ende, Dios le ayudará.

Ahora, es tiempo de que el hombre se prepare y renueve su mente, cambie su manera de vivir y busque a Dios, siendo necesario que el hombre se discipline y desarrolle su voluntad para que tenga discernimiento,  haga el bien y elija la vida.

Por lo tanto, es preponderante que,  el hombre esté atento al mensaje de Dios, obedezca su Palabra y  tenga temor del Señor pues El es bondadoso, pero el hombre con su desacato provoca la ira de Dios.


Con Alta Estima,

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