El Dios de Israel ha dicho: Ustedes, habitantes de Moab, han llegado al
colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! Quemaron los huesos del rey de
Edom hasta dejarlos hechos cenizas. Por eso les prenderé fuego a las ciudades
de Moab, y dejaré hechos cenizas los palacios de Queriot; ¡ustedes, moabitas,
perderán la vida entre gritos de batalla y toques de trompeta! Yo les quitaré
la vida a su rey y a sus jefes! Les juro que así será.
El Dios de Israel ha dicho: Ustedes, habitantes de Judá
han llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! Rechazaron mis
enseñanzas y no quisieron obedecerlas. Prefirieron adorar a los dioses falsos
que antes adoraron sus antepasados. Por eso les prenderé fuego a las ciudades
de Judá y dejaré hechos cenizas los palacios de Jerusalén.
El Dios de Israel ha dicho: Ustedes, pueblo de Israel,
han llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! A la gente
humilde y honrada, la venden como esclava por unas cuantas monedas y hasta por
un par de zapatos, a los pobres los humillan, los arrastran por el suelo y son
injustos con ellos; los padres y los hijos me ofenden al tener relaciones
sexuales con una misma mujer. Se acuestan con ella junto a cualquier altar; se
acuestan sobre la ropa que algún pobre les dejó como garantía de pago; con el
dinero de multas injustas compran vino y se emborrachan en el templo de su
dios.
Pueblo de Israel, yo los saqué de Egipto, y durante
cuarenta años los guíe a través del desierto; destruí por completo a los
amorreos y les di a ustedes su país, aunque ellos eran un pueblo de mucha
fuerza y gran estatura. De entre los hijos de ustedes, elegí a algunos como
profetas y a otros los aparté como nazireos. ¡Díganme ustedes si miento! Les
juro que así fue.
Pero ustedes, pueblo de Israel, emborracharon a los
nazireos y no dejaron que los profetas les comunicaran mis mensajes. Por eso,
pueblo de Israel, ¡yo los aplastaré contra el suelo, como sí los aplastara una
carreta cargada de trigo! De mí no podrán escapar ni los corredores más
veloces, ni los soldados más fuertes, ni los guerreros más valientes, ni los
flechadores más diestros, ni los que huyan a caballo; ¡hasta los más valientes
huirán desnudos ese día! Les juro que así será.
Aquí puedes darte cuenta que es prioridad que el hombre
viva apegado a la Palabra de Dios y obedezca sus mandatos para que sea
transformado ya que la Sabiduría viene de Dios y sólo El puede lograr que el
hombre avance en este proceso de fortalecimiento y llenura del poder del espíritu
de Dios en cada hombre que quiere conocerle, que lo acepta en su corazón para
que su mente sea renovada y, por ende modifique su estilo de vida.
No obstante, Dios es todopoderoso y de El nadie puede
escapar, Dios fija límites para que el hombre se comporte dentro de los
parámetros que El ha establecido y se conduzca con amor, sencillez y
responsabilidad, que desarrolle una conciencia limpia y pura cumpliendo cabalmente con los mandatos de
Dios.
Así pues, el hombre debe honrar a Dios y entender la
soberanía de Dios pues sólo El puede elegir a cada persona, El ya tiene un
propósito y un plan para cada quien, un tiempo que El ha determinado y que será
cumplido de acuerdo a su voluntad, por tanto, el hombre obediente y fiel, a
pesar de las pruebas, deberá permanece firme en sus convicciones.
Sabes, es tiempo de que el hombre se aparte de la maldad,
que escuché el mensaje de Dios, que estudie su Palabra para que esté preparado,
¡Que esté alerta! y demuestre su amor a
Dios con un comportamiento humilde y sincero , que actúe con rectitud y
justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario