jueves, 28 de agosto de 2014

Ustedes debieran hacer justicia, pero hacen todo lo contrario…



¡Escúchenme ustedes, jefes y gobernantes de Israel! ¡Ustedes debieran hacer justicia, pero hacen todo lo contrario! Prefieren hacer lo malo, en lugar de hacer lo bueno. Maltratan mucho a mi pueblo; se lo están comiendo vivo.

Por eso, cuando me llamen, yo no les responderé. Es tan grande su maldad que los abandonaré. A los profetas que engañan a mi pueblo, Dios les ha dicho: Ustedes sólo hablan de paz a quienes les dan de comer, pero a quienes no los alimentan les declaran la guerra. Por eso no les voy a informar lo que pienso hacer. Nunca más les comunicaré mensajes y ya no podrán anunciar el futuro. Esos profetas y adivinos quedarán en completo ridículo. No tendrán nada que decir, porque yo no les responderé.

Pero yo, Míqueas, estoy lleno del poder de Dios. Por eso puedo afirmar que nuestro Dios es un Dios justo. También puede acusar a los israelitas de ser un pueblo pecador y desobediente.

Dios dijo: ¡Escúchenme ustedes, jefes y gobernantes de Israel! Ustedes rechazan la justicia, y no respetan ninguna ley. En Jerusalén y en mi templo los crímenes y la violencia son cosa de todos los días. Los sacerdotes, profetas y jueces enseñan, predican o dictan sentencia sólo a cambio de dinero.

Y para colmo se atreven a decir: “No tenemos nada que temer. ¡Dios está con nosotros! ¡Por culpa de ustedes mi templo será derribado! ¡Por culpa de ustedes Jerusalén quedará en ruinas, y el monte de Sión se cubrirá de maleza!

Aquí puedes darte cuenta que si el hombre  vive alejado de Dios, debe limpiar las cosas negativas que alberga en su corazón pues prefiere hacer lo malo, por lo tanto en su ser interior guarda maldad, está atrapado en la oscuridad, y en él sólo predomina la hipocresía, el egoísmo, la hechicería, pero Dios espera que el hombre construya su vida de acuerdo a su diseño, apegado a su Palabra, y, entonces el hombre hará un cambio de actitud.

Por lo que de ahora en adelante, el hombre buscará a Dios en todo momento, dejará a un lado los malos hábitos, practicará la justicia hacia sus semejantes, permanecerá firme en la fe, pues afianzado de la mano de Dios, será transformado en un hombre nuevo, que reconoce al Señor como su único Dios.

No obstante,  es necesario que el hombre tenga temor de Dios, que pida a Dios esa sabiduría que sólo proviene de lo Alto y  modifique su manera de vivir.

¡Animo! Es tiempo de que el hombre respete la ley de Dios, que se apegue a su Palabra para que  quite la maleza que estorba en su vida, y se preparare y renueve su entendimiento y su corazón, para que sea transformado en una persona íntegra.


Con Alta Estima,

No hay comentarios:

Publicar un comentario