Dios continuó diciendo: ¡Gente malvada, qué mal les va a
ir a ustedes! Al acostarse hacen planes malvados; al levantarse los llevan a
cabo, porque tienen el poder hacerlo. Si quieren terrenos, los invaden; si
quieren casas, se adueñan de ellas; maltratan al dueño y a su familia, y con
engaños los echan fuera.
Por eso yo, el Dios de Israel, también tengo planes
contra ustedes: voy a enviarles una desgracia de la que no podrán librarse. Les
vienen tiempos tan difíciles que se les acabará el orgullo. Cuando llegue ese
día, la gente se burlará de ustedes y les cantará esta canción: ¡Se han quedado
en la ruina! ¡Antes eran el pueblo de Dios, pero han cambiado de dueño!
¡Nuestros ejércitos los conquistaron y nos repartimos sus campos!
¡Escúchenme, israelitas! Ustedes fueron mi pueblo, pero
no volveré a darles terrenos. Ustedes los israelitas no quieren que los
profetas les den malas noticias. Ustedes no quieren creer que algo mal puede
sucederles: por eso no quieren escucharlos. Les dicen que yo no estoy enojado,
y que ese no es mi modo de actuar. Dicen que yo siempre trato bien a todos los
que hacen lo bueno.
Si ustedes fueron mi pueblo., ¿por qué ahora son mis
enemigos? A los que vuelven de la guerra y van tranquilos por el camino, leas
arrebatan la ropa; las mujeres de mi pueblo les quitan las casas, donde antes
vivían felices, y a sus hijos les arrebatan las riquezas que yo mismo les di.
¡Vamos, largo de aquí! ¡Ustedes han hecho de mi templo
una sala de diversiones! ¡Por eso voy a destruirlo! Ustedes serían felices con
profetas mentirosos que sólo hablaran de vino y de licor. Pero a los
descendientes de Jacob que hayan quedado con vida, los reuniré como a un
rebaño. Tal vez no sean muchos, pero harán mucho alboroto. Yo mismo iré delante
de ellos para abrirles paso y darles libertad. ¡Yo soy su Dios y su rey!
Aquí puedes darte cuenta que a Dios no le agrada ver
tanta maldad, por lo que es esencial que el hombre cambie su estilo de vida, siendo
prioridad que el hombre se arrepienta
verdaderamente de su mala conducta, y
Dios le perdonará de la esclavitud del pecado y entonces el hombre renovado buscará
a Dios y establecerá una relación personal con El.
Ahora bien, lo importante es que el hombre se vuelva a Dios, que haga lo bueno, que
deje a una lado la violencia entre unos y otros, que se aparte del orgullo pues
sabes, ese no es el modo de actuar que agrada a Dios, sino al contrario, es
prioridad que el hombre se sujete y obedezca los mandatos de Jesús fundamentados
en su Palabra pues es lo que Dios espera del hombre, esa renovación inminente,
ese renacer de nuevo.
Por tanto, vienen tiempos difíciles y apremia que el
hombre establezca orden en su manera de vivir para que logre unidad en su
familia y por ende con el prójimo, y entonces el Señor cumplirá su promesa, los
reunirá como un rebaño, pero es ¡Urgente! que el hombre reconozca a Dios como su Señor y Redentor, El le dará la
libertad, que sólo un rey puede conceder.
Con Alta Estima,
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