Ezequiel, yo enviaré fuego sobre Magog y sobre la gente
que vive tranquila en los países más lejanos. Y haré que mi pueblo reconozca
que soy diferente, y no dejaré que vuelva a burlarse de mí. Entonces todas las
naciones y mi pueblo reconocerán que yo soy el Dios de Israel.
Todo esto sucederá pronto. Ya se acerca el día anunciado.
Juro que así será. Ese día, los que viven en las ciudades de Israel saldrán y
quemarán las armas de sus enemigos; serán tantas, que no tendrán que ir por
leña al bosque, pues esas armas les servirán de leña durante siete años. Así,
mi pueblo se quedará con las riquezas de quienes le robaron las suyas. Juro que
así será.
En aquel día permitiré que Gog sea enterrado en Israel. Podrán
enterrarlo en el Valle de los Viajeros, al este del mar, junto con todos sus
ejércitos. Ese lugar impedirá el paso a los que crucen por allí, y llegará a
conocerse como “Valle del ejército de Gog”. Los israelitas pasarán siete meses
enterrando al ejército de Gog. Después de eso, el país quedará limpio. Para los
israelitas será un honor enterrar a todo ese ejército, y yo habré mostrado ese
día mi gran poder. Juro que así será.
Después de esos siete meses, varios grupos de
exploradores recorrerán el país. Cuando encuentren restos humanos del ejército
de Gog, pondrán una señal junto a ellos. Así los enterradores podrán llevarlos
al Valle del ejército de Gog, para enterrarlos allí. Así el país volverá a
quedar limpio.
Dios también me dio esta orden: Tú, hombre mortal, llama
a todas las aves y las bestias. Hazlas venir de todas partes, pues voy a
ofrecerles un banquete en las montañas de Israel. Allí podrán comerse la carne
de los soldados más valientes, y beberse la sangre de los jefes de esta región,
como si comieran carneros, corderos, chivos o toros engordados con pastos de
Basán. En ese banquete podrán comer toda la carne de caballos y de jinetes que
quieran, y toda clase de carne de soldados. También podrán beber toda la sangre
que quieran, hasta desmayarse. Juro que así será.
Yo mostraré mi gran poder a todas las naciones. Todas
ellas verán que yo soy un juez que dicta sentencia y castigo. Y a partir de ese
día, los israelitas reconocerán que yo soy su Dios. También las naciones
reconocerán que los israelitas tuvieron la culpa de haber ido presos a otros
países. Si yo los abandoné, fue porque resultaron infieles. Si dejé que cayeran
bajo el poder de sus enemigos, y que los mataran en batalla, fue porque se lo
merecían.
Pero les aseguro que tendré compasión de todo el pueblo
de Israel, y ustedes volverán a ser felices; así haré que todos me guarden el
debido respeto. Es verdad que permití que se los llevaran presos y que los
dispersaran entre las naciones, pero cuando yo libere a todos ellos, y vuelva a
reunirlos en su tierra, reconocerán que yo soy su Dios. Entonces vivirán
tranquilos, sin que nadie los asuste, y se olvidarán de su vergüenza y de su
desobediencia. Todo esto lo haré a favor de mi pueblo, en presencia de muchas
naciones. Así les mostraré que yo soy diferente. Derramaré mi espíritu en el
pueblo de Israel, y no volveré a darle la espalda. Juro que así lo haré.
Aquí puedes darte cuenta que es importante que el hombre
reconozca que Dios es único y verdadero, por lo que el tiempo apremia, por lo
tanto, el hombre debe cambiar y vivir apegado a la Palabra de Dios, poner sus
temores en las manos de Dios y El le ayudará a vencerlos pues sólo Dios con su
gran poder puede mostrar al hombre como vencer la adversidad.
No obstante, es esencial
que el hombre sea fiel a Dios y cumpla los mandatos establecidos por El
y entonces el hombre al obedecer a Dios le
guardará el debido respeto pues El envió
a su único hijo Jesucristo quien dio su vida para salvar a la humanidad, y liberar al hombre de su pecado; de su transgresión
y se vuelva a Dios pues El derramará su espíritu y el hombre vivirá feliz y en
paz.
Con Alta Estima,
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