viernes, 22 de noviembre de 2013

Los que hacen el bien…


Así pues cuando el hombre ha desarrollado la conciencia pero sigue cometiendo faltas graves llega a sentir un temor tan grande como si alguien lo está buscando para cobrarle algo y esto es porque la propia conciencia le llama la atención de lo que hace, y, en cambio el hombre obediente confía en Dios. Asimismo, en la actualidad hay mucho materialismo, la gente se aparta de Dios,  por lo que  el ser humano debe quitar todo lo que le estorbe y  ponerlo en las manos de Dios ya que por la fuerza humana no puede lograr el cambio en su vida.

El que nada debe, nada teme, pero el malvado siempre huye aunque nadie lo persiga. En un país lleno de maldad todos se creen líderes, pero el gobernante capaz logra poner el orden. El pobre que maltrata a otro pobre es como una tormenta que acaba con las cosechas. Los que se apartan de la ley aplauden a los malvados, pero los que la obedecen se oponen a ellos. Los malvados no entienden nada acerca de la justicia, pero los que obedecen a Dios demuestran que sí la entienden.

Vale más el pobre honrado, que el rico malvado. El que es inteligente obedece a la ley; el que todo lo malgasta, llena de vergüenza a su padre. Al que presta dinero y luego exige que le devuelvan el doble, Dios le quitará todo y hará que alguien de buen corazón se lo dé a los pobres. Dios rechaza las oraciones de los que no lo obedecen. Quien hace pecar al hombre honrado quedará atrapado en su propia trampa. Los que hacen el bien recibirán como premio el bien. Aunque el rico se crea muy sabio, el pobre con su inteligencia se da cuenta que el rico no es más que un tonto.

El triunfo de los justos siempre es motivo de fiesta; el triunfo de los malvados espanta a todo el mundo. Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón. ¡Dios bendice a quienes lo obedecen! Pero los necios caen en la desgracia. El gobernante malvado que maltrata a un pueblo pobre es como un león hambriento que despedaza a su presa. El gobernante estúpido sólo piensa en maltratar y robar; pero el que no lo hace vivirá muchos años.

El que mata a otro no merece ayuda. ¡Tarde o temprano le pasará lo mismo! El hombre honrado quedará a salvo; el de mala conducta un día caerá. El que trabaja tendrá suficiente comida; el que no trabaja acabará en la pobreza. El hombre digno de confianza siempre será alabado; el que sólo quiere hacerse rico no quedará sin castigo. No aceptes ser testigo falso contra ninguna persona; porque hay quienes lo hacen hasta por un pedazo de paz. Quien sólo vive pensando en dinero, acabará más pobre de lo que se imagina. El tiempo te demostrará que vale más una crítica sincera que un elogio.

Amigo de gente malvada es quien roba a sus padres y alega que no ha hecho nada. El amor al dinero es causa de pleitos. Confía en Dios, y prosperarás. El necio confía en sí mismo; el sabio se pone a salvo. El que ayuda al pobre siempre tendrá de todo; el que no ayuda al pobre terminará en la desgracia. Cuando triunfan los malvados, todo el mundo corre a esconderse; pero cuando son destruidos, prosperan los hombres buenos.

Ahora bien, cuando en el ser humano los malos deseos predominan indica que su inteligencia está en tinieblas, por lo que el hombre debe buscar a Dios para alcanzar el discernimiento entre el bien y el mal. Lo importante para Dios, es que a través de las pruebas el hombre corrija sus malas acciones, moldee su carácter para lograr rectitud en su conducta, que madure y se fortalezca en su vida interior y agrade a Dios. Y, sabes, la persona que tiene temor de Dios, no teme a nada ni a nadie, pues el hombre que se conduce con integridad siente seguridad.


Con Alta Estima,

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