Es esencial disfrutar de todas las cosas creadas por Dios y
de los logros que el hombre obtiene a través de su trabajo sin olvidar hacer lo
bueno pues el ser humano tendrá que dar cuenta a Dios de sus actos. Si el
hombre depende de Dios y tiene una actitud positiva logrará salir avante ante
las vicisitudes de esta vida pues sólo asido de la mano de Dios, El ayudará a
que el hombre resista ante los cambios
imprevistos.
En esta vida todo tiene su momento; hay un tiempo para todo:
Hoy nacemos, mañana morimos; hoy plantamos, mañana cosechamos; hoy herimos,
mañana curamos; hoy destruimos, mañana edificamos; hoy lloramos, mañana reímos;
hoy guardamos luto, mañana bailamos de gusto; hoy esparcimos piedras, mañana
las recogemos, hoy nos abrazamos mañana nos despedimos; hoy todo lo ganamos,
mañana todo lo perdemos; hoy todo lo guardamos mañana todo lo tiramos; hoy
rompemos, mañana cosemos; hoy callamos, mañana hablamos; hoy amamos, mañana
odiamos; hoy tenemos guerra, mañana tenemos paz.
Me he fijado en la carga tan pesada que Dios ha echado sobre
nosotros. ¡Pero nada nos queda después de tanto trabajo! Cuando Dios creó este
mundo, todo lo hizo hermoso. Además, nos dio la capacidad de entender que hay
un pasado, un presente y un futuro. Sin embargo, no podemos comprender todo lo
que Dios ha hecho. Mientras tengamos vida, hagamos lo bueno y pasémosla bien.
El comer y el beber, y el disfrutar del fruto de tanto trabajo, es algo que
Dios nos permite. Eso lo sé muy bien, como sé también que todo lo que Dios ha
hecho permanecerá para siempre; a su creación no hay nada que agregarle ni nada
que quitarle. Dios lo hizo todo así, para que reconozcamos su poder. Todo lo
que ahora existe, ya existía mucho
antes; y todo lo que habrá de existir,
existe ya. Dios hace que todo vuelva a repetirse.
En esta vida he visto también las injusticias que cometen
los jueces, de quienes esperamos que hagan justicia. Pero como todo en este
mundo tiene su hoy y su mañana, me consuela pensar que un día, Dios juzgará al
justo y al malvado. También me consuela pensar que Dios nos pone a prueba, para
que nosotros mismos nos demos cuenta de que no somos diferentes de los
animales, ni superiores a ellos; nuestro destino es el mismo; tanto ellos como
nosotros necesitamos del aire para vivir, y morimos por igual. En realidad,
nada tiene sentido. Todos vamos al mismo lugar, pues todo salió del polvo, y al
polvo todo volverá. Lo cierto es que nadie sabe si el espíritu del hombre sube
a las alturas, ni tampoco si el espíritu de los animales baja al fondo de la
tierra. Lo que sí he visto es que, cuando morimos, nadie nos trae de vuelta
para ver lo que pasará después. Por eso disfrutemos de nuestro trabajo, ya que
trabajar es nuestro destino.
Y, sabes a veces nada tiene sentido pero es preciso
disfrutar honestamente lo que vives hoy y para hacer bien a otros. Asimismo, es
importante que tu fe crezca, que sea fortalecida con el conocimiento de Dios
para que vivas en integridad, desarrollando una buena conciencia, pues el
hombre debe estar preparado para un futuro incierto.
Con Alta Estima,
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