Dios también me dijo: Los israelitas repiten a todas horas
ese refrán que dice: Los padres la hacen, y los hijos la pagan. Pero yo me
pregunto por qué lo repiten. Porque yo les aseguro que ese refrán no volverá a
repetirse en Israel. La vida de todo ser humano me pertenece, tanto la de los
padres como la de los hijos. Sólo morirá aquel que peque.
La persona que es justa sabe lo que es justo, y lo hace. No
se junta con los que van a los pequeños templos de las montañas, ni adora a
dioses falsos, ni pone en ellos su confianza. No sostiene relaciones sexuales
con la mujer de otro hombre. No tiene relaciones sexuales con su esposa cuando
ella tiene su período de menstruación. No es injusta con nadie, sino que
devuelve a su deudor lo que recibió en garantía de pago. No le roba a nadie,
sino que comparte su pan con el que tiene hambre, y su ropa con el que está
desnudo. No cobra intereses cuando presta su dinero. No le hace daño a nadie.
No tiene favoritos cuando tiene que juzgar en un pleito entre dos personas. Esa
persona vivirá porque es justa y porque obedece fielmente todos mis
mandamientos. Les juro que así será.
Pero puede suceder que esa persona justa tenga un hijo
violento y asesino que, en vez de seguir el ejemplo de su padre, se junta con
los que van a los pequeños templos y adoran a los dioses falsos; sostiene
relaciones sexuales con la mujer de otro hombre; maltrata a los pobres y les
roba a los demás; no le devuelve a su deudor lo que recibió en garantía de
pago; adora a dioses falsos y comete pecados repugnantes, y cobra intereses muy
altos cuando presta dinero. Pues bien, esa persona no puede seguir viviendo,
pues ha cometido acciones repugnantes. Yo les aseguro que esta persona morirá,
y que sólo ella será culpable de su muerte.
Supongamos ahora que ese malvado tiene un hijo que no sigue
el mal ejemplo de su padre. Aunque sabe que su padre es un pecador, él, por su
parte, no se junta con los que van a los pequeños templos en los cerros, ni
adora a dioses falsos, ni pone en ellos su confianza. No sostiene relaciones
sexuales con la mujer de otro hombre. No maltrata a nadie, sino que le devuelve
a su deudor lo que recibió en garantía de pago. No le roba a nadie, sino que
comparte su pan con el que tiene hambre, y su ropa con el que está desnudo. Se
aparta de la maldad, y no cobra intereses cuando presta su dinero.
Esa persona no merece morir por culpa de los pecados de su
padre. Al contrario, merece vivir, pues vive obedeciendo fielmente todos mis
mandamientos. En cambio, su padre morirá por culpa de sus propios pecados, pues
es un malvado, un ladrón y un malhechor. Tal vez ustedes me pregunten: ¿y por
qué no es castigado el hijo por los pecados del padre? Y yo contesto: Porque el
hijo llevó una vida recta y justa, y obedeció todos mis mandamientos. Ese hijo
merece vivir. Ni el hijo tiene que ser castigado por los pecados del padre, ni
el padre tiene que ser castigado por los pecados del hijo. Sólo morirá la
persona que peque. Quien haga lo bueno recibirá lo que merecen sus buenas
acciones, quien haga lo mal recibirá lo que merece su maldad.
Sin embargo, puede ser que el malvado se arrepienta de todos
los pecados que cometía, y se aparte de la maldad. Pues yo les aseguro que si
realmente obedece todos mis mandamientos y vive una vida recta y justa, no
morirá. Al contrario, vivirá por causa de su rectitud, y yo no volveré a
acordarme de todos los pecados que cometió. Les doy mi palabra: yo no quiero
que la gente malvada muera; más bien, quiero que se aparte de la maldad y viva.
Pero si la persona justa de hacer lo bueno y comienza a comportarse como un
malvado, y hace cosas malas y repugnantes, no esperen que yo la deje seguir
viviendo. Al contrario, no tomaré en cuenta sus buenas acciones, y morirá por
culpa de sus pecados y por desobedecernme.
Ustedes me critican y piensan que soy injusto. Pero
escúchenme bien, israelitas, y respóndanme: ¿De veras soy injusto ¿No será, más
bien, que son ustedes los injustos? Israelitas, yo juzgo a cada uno de ustedes
de acuerdo con su conducta. Yo soy el Dios de Israel, y les aseguro que si
dejan de portarse mal y se apartan de sus maldades, no sufrirán las
consecuencias de sus pecados. Arrojen a la basura todas las maldades que
cometieron contra mí. Vuelvan a amarme de todo corazón, y busquen recibir nueva
vida. ¡Ustedes, israelitas, no tienen por qué morir! ¡Yo no quiero que mueran!
¡Apártense de la maldad, y vivirán! Yo soy el Dios de Israel, y cumpliré mi
palabra.
Ahora bien, el hombre puede meditar y preguntarse ¿crees que
los pecados de los padres lo pagan los hijos? Como puedes darte cuenta en la
sociedad actual hay refranes burdos sin sentido que la gente los repite, interpreta y critica que vienen de Dios que es injusto, pero sabes,
el hombre que confía en Dios, El le da al hombre discernimiento para identificar que estas palabras no son verdad, pues el
justo vivirá por causa de su rectitud, de sus buenas acciones, por obedecer a
sus mandatos; aunque si bien es cierto las decisiones equivocadas tomadas por
los padres pueden afectar a los hijos, a su entorno familiar; lo que el hombre
debe saber, es que la vida de todo ser humano le pertenece a Dios y por lo
tanto, el hombre debe apegarse a sus
mandatos.
No obstante, para Dios lo esencial es que el hombre sea
recto y justo, que no sea subjetivo, de manera que en cualquier circunstancia
actúe con justicia; asimismo, Dios sólo juzgará al que peque, por lo tanto,
quien haga lo bueno recibirá lo que merecen sus acciones, quien haga lo malo
recibirá lo que merece su maldad, pero hay un punto fundamental, Dios es amoroso
y su misericordia es tan grande que él perdona a todo aquél que se arrepiente y
se aleja de la maldad que le obstaculiza
para seguir avanzando espiritualmente.
Ahora bien, lo fundamental es que el hombre aprenda a confiar en Dios, a depender de El y que no olvide que cada quien pagará por su
propio pecado; pero ¿entonces?, Es hora
de que el hombre se dé tiempo y reflexione, que tome conciencia de sus acciones si son las
correctas, pues sabes, el tiempo se acaba, es necesario que el hombre se vuelva
a Dios, y, por ende, cambie su estilo de vida porque Dios juzgará a cada uno
por su conducta.
Con Alta Estima,
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