miércoles, 19 de junio de 2013

La confianza...

El mejor regalo que puedes dar a Dios es depositar tu confianza en El, depender de él y  obedecer sus enseñanzas, estar apegados a  su Palabra, seguir en el camino recto que te lleva a Jesucristo, hacer todo lo bueno de forma que honres su relación personal con El.

Así puedes verlo en José, el hijo penúltimo de Jacob,  amado por su padre pues se condujo por el camino del bien. Un día tuvo un sueño y se lo contó a sus hermanos, en el que estaba en medio del campo junto con ellos, ataba el trigo en manojos  y  su manojo se levantó, se puso derecho y los de los hermanos lo rodeaban y se inclinaban ante él, a lo cual los hermanos se indignaron pues les decía que si El sería su jefe. Así pasa en la vida, tus sueños te impulsan a invertir tiempo, esfuerzo para hacerlos realidad y  si  te conduces por el buen camino  desde que eres joven, creas un ambiente positivo en tu andar,  tu vida es recompensada por ese esfuerzo de hacer lo bueno, tus logros los ves reflejado  en el tiempo que Dios ha propuesto para ti, así como José, él entendió que tenía que hacer su parte  pero que con Dios en su mente y en su corazón le ayudaría a alcanzar sus anhelos.

A pesar del odio que se hacía más evidente en los hermanos de José, él les siguió contando de otro sueño que tuvo, que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante él, su padre al escucharlo le reprendió, le dijo que si él, su padre, su madre y sus hermanos serían sus esclavos, pero aun así Jacob trataba de entenderlo, pues su padre sabía que José tenía la presencia de Dios en su vida, que él honraba a Dios y que Dios tenía un trato especial con José, porque tenía una fe verdadera y lo demostraba en su comportamiento,  que era bueno y justo.

Los hermanos de José  planearon matarlo, aunque dos de sus hermanos, Rubén y Judá propusieron mejor venderlo a los comerciantes que  frecuentemente llegaban en caravanas con mercadería, y así lo hicieron pero  engañaron a su padre Jacob diciéndole que  José había muerto, pues encontraron su túnica llena de sangre que quizá una fiera se lo había comido. Luego, los comerciantes lo vendieron a Potifar, que era un oficial del rey de Egipto, pero Potifar se dio cuenta que Dios protegía a José pues todo lo que hacía le salía bien, entonces le dio buen trato y gracias a José Dios bendijo a Potifar en todo; pero la esposa de Potifar se fijó en José, pues era un joven atractivo y lo quiso seducir, y le pidió que se acostara con ella, pero él a pesar de su juventud, le contestó que su jefe confiaba en él y por eso le había dejado todo a su cargo y que ella era su esposa y si él tuviera  relaciones sexuales con ella, sería pecar contra Dios. Ella cada día insistía y buscaba la ocasión de que flaqueara, y en venganza lo acusó con su esposo de que la había querido violar, y enojado  lo metió a la cárcel. 

Aún en la cárcel  Dios ayudaba a José ya que le daban  buen trato, pues José era fuerte pues dependía de Dios y podía vencer las adversidades, lograba todo lo que se proponía y era librado de todo peligro. Esa confianza que José demostró lo ayudó a vencer al enemigo,  así es cuando tienes una profunda convicción de obedecer las enseñanzas de Dios afianza tus  valores espirituales, como la obediencia a la autoridad divina para no desviarse del camino del bien pues a pesar de las circunstancias ganó el respeto a sí mismo.

José, se siente seguro y se esfuerza en alcanzar sus sueños que lo llevarán a la autorrealización, por eso es bueno esforzarse en todo lo que hagas para desarrollar una voluntad firme, es bueno ver más allá de las circunstancias para que éstas no te detengan, y sigas en la búsqueda del camino del bien.

En la cárcel, conoce al copero y al panadero del rey, quiénes ofendieron al rey, y José los cuida por órdenes del capitán de guardia. El copero tuvo un sueño y se lo contó a José,  le dijo que miraba tres ramas de uvas, que florecían y las uvas maduraban, y que el exprimía las uvas  en la copa del rey y se la daba, y José le dijo, que su trabajo lo recuperaría en tres días. Así también el panadero se animó y le contó su sueño, que  sobre su cabeza habían tres canastas de pan, la canasta de arriba tenía los mejores pasteles para el rey, sin embargo las aves venían a comérselos. José le dijo, que dentro de tres días, el rey mandaría que lo colgaran de un árbol y los buitres comerían su cuerpo.  Y José le dijo que perdería su trabajo y lo colgaría de un árbol y su cuerpo se lo comerían los buitres.

Aquí puedes ver que el sueño del copero, indicaba que su corazón estaba limpio, se conducía con rectitud, pues en su sueño ve que las uvas dan fruto, maduran, indica el camino a hacer lo bueno. Y, en cambio en el sueño del panadero, muestra un poco las actitudes negativas, miedo, duda en el discernimiento del bien y del mal,  con lo que demuestra un comportamiento malo que no beneficia ni a él mismo ni a los demás.

Años más tarde, el rey de Egipto tuvo un sueño en el que se veía de pie junto al río Nilo, y del río vio salir siete vacas gordas y comían pasto de la orilla del río. También vio salir siete vacas flacas, y éstas se comían a las vacas gordas pero seguían tan flacas como al principio. Se despertó y se volvió a dormir. Y volvió a tener otro sueño, que de un mismo tallo brotaron siete espigas verdes y llenas de trigo y también brotaron otras siete espigas sin trigo y marchitadas por el viento del desierto, y las espigas secas se tragaban a las verdes y llenas de trigo, así  en la vida práctica sucede esta disyuntiva, el  discernir el bien y el mal y esto te perturba,  pues  quieres lograr el equilibrio en todo lo que haces, pero el afán de poder, de ambición a veces es desmedido y siembra la duda en tus convicciones, quizá por temor a no tener riquezas o  a querer vivir en el estatus que marca la sociedad, por lo que pierdes la tranquilidad pues   buscas lo efímero, lo que se acaba, sería bueno cortar las raíces de la codicia y vivir apegado a la Palabra para que cada día tu fe sea más sólida.

Luego, José le dice al rey que Dios es quien interpreta los sueños, sólo él tiene el poder y le dice que iba a ver siete años de abundancia y siete años de escasez, pero que buscara a una persona sabia para que gobernara el país y recoja la quinta parte de las cosechas durante los siete años de abundancia y las guarde. Y el rey y los consejeros designan a José para esta función, y le dan poder para ello.  Con lo que puedes ver que  José cumplió sus sueños, llegó a ser tener un alto puesto,  poder, riquezas, y   logró realizar una buena administración de los recursos para beneficio de los  demás, pues en el tiempo de escasez sus hermanos acudieron a Egipto y no lo reconocen, pero él ya los había perdonado y ya había aceptado que las adversidades que experimentó  fueron para bien, pues Dios las permite para moldear tu carácter, renovar tus pensamientos y tu corazón, perfeccionar tus debilidades, madurar, pues sólo a través de este proceso logras cambios excepcionales en tu persona.

Como puedes ver, José sobresalió en un territorio extranjero,  y, por último se casó y formó su propia familia, con este ejemplo, puedes ver que conducirte bajo la Palabra de Dios te permite vivir en el orden que Dios ha establecido para tu vida con lo que logras desarrollar habilidades, descubres tus dones y talentos, y con la confianza en Dios te abre puertas en cualquier parte. Con Dios a tu lado te motiva a tomar buenas decisiones que te sirven para avanzar y crecer espiritualmente.

Por lo que es necesario desarrolles tu misión y tu visión en esta tierra para que logres un nivel de conciencia inspirado en la confianza en Dios, y te haga  un hombre fuerte, íntegro, paciente y honesto para alcanzar los propósitos que Dios tiene para tu vida.


Con Alta Estima, 

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