El mejor regalo que puedes dar a Dios es depositar tu
confianza en El, depender de él y obedecer sus enseñanzas, estar apegados a su Palabra, seguir en el camino recto que te
lleva a Jesucristo, hacer todo lo bueno de forma que honres su relación
personal con El.
Así puedes verlo en José, el hijo penúltimo de Jacob, amado por su padre pues se condujo por el
camino del bien. Un día tuvo un sueño y se lo contó a sus hermanos, en el que
estaba en medio del campo junto con ellos, ataba el trigo en manojos y su
manojo se levantó, se puso derecho y los de los hermanos lo rodeaban y se
inclinaban ante él, a lo cual los hermanos se indignaron pues les decía que si El
sería su jefe. Así pasa en la vida, tus sueños te impulsan a invertir tiempo,
esfuerzo para hacerlos realidad y si te
conduces por el buen camino desde que
eres joven, creas un ambiente positivo en tu andar, tu vida es recompensada por ese esfuerzo de
hacer lo bueno, tus logros los ves reflejado en el tiempo que Dios ha propuesto para ti, así
como José, él entendió que tenía que hacer su parte pero que con Dios en su mente y en su corazón
le ayudaría a alcanzar sus anhelos.
A pesar del odio que se hacía más evidente en los
hermanos de José, él les siguió contando de otro sueño que tuvo, que el sol, la
luna y once estrellas se inclinaban ante él, su padre al escucharlo le
reprendió, le dijo que si él, su padre, su madre y sus hermanos serían sus
esclavos, pero aun así Jacob trataba de entenderlo, pues su padre sabía que
José tenía la presencia de Dios en su vida, que él honraba a Dios y que Dios
tenía un trato especial con José, porque tenía una fe
verdadera y lo demostraba en su comportamiento, que era bueno y justo.
Los hermanos de José
planearon matarlo, aunque dos de sus hermanos, Rubén y Judá propusieron
mejor venderlo a los comerciantes que frecuentemente llegaban en caravanas con
mercadería, y así lo hicieron pero engañaron a su padre Jacob diciéndole que José había muerto, pues encontraron su túnica
llena de sangre que quizá una fiera se lo había comido. Luego, los comerciantes
lo vendieron a Potifar, que era un oficial del rey de Egipto, pero Potifar se
dio cuenta que Dios protegía a José pues todo lo que hacía le salía bien,
entonces le dio buen trato y gracias a José Dios bendijo a Potifar en todo;
pero la esposa de Potifar se fijó en José, pues era un joven atractivo y lo
quiso seducir, y le pidió que se acostara con ella, pero él a pesar de su
juventud, le contestó que su jefe confiaba en él y por eso le había dejado todo
a su cargo y que ella era su esposa y si él tuviera relaciones sexuales con ella, sería pecar
contra Dios. Ella cada día insistía y buscaba la ocasión de que flaqueara, y en
venganza lo acusó con su esposo de que la había querido violar, y enojado lo metió a la cárcel.
Aún en la cárcel Dios ayudaba a José ya que le daban buen trato, pues José era fuerte pues dependía
de Dios y podía vencer las adversidades, lograba todo lo que se proponía y era
librado de todo peligro. Esa confianza que José demostró lo ayudó a vencer al
enemigo, así es cuando tienes una profunda convicción de obedecer
las enseñanzas de Dios afianza tus valores espirituales, como la obediencia a la
autoridad divina para no desviarse del camino del bien pues a pesar de las
circunstancias ganó el respeto a sí mismo.
José, se siente seguro y se esfuerza en alcanzar sus sueños que lo llevarán a la autorrealización, por eso es bueno esforzarse en todo lo que hagas
para desarrollar una voluntad firme, es bueno ver más allá de las
circunstancias para que éstas no te detengan, y sigas en la búsqueda del camino
del bien.
En la cárcel, conoce al copero y al panadero del rey,
quiénes ofendieron al rey, y José los cuida por órdenes del capitán de guardia.
El copero tuvo un sueño y se lo contó a José, le dijo que miraba tres ramas de uvas, que florecían
y las uvas maduraban, y que el exprimía las uvas en la copa del rey y se la daba, y José le
dijo, que su trabajo lo recuperaría en tres días. Así también el panadero se
animó y le contó su sueño, que sobre su
cabeza habían tres canastas de pan, la canasta de arriba tenía los mejores
pasteles para el rey, sin embargo las aves venían a comérselos. José le dijo,
que dentro de tres días, el rey mandaría que lo colgaran de un árbol y los
buitres comerían su cuerpo. Y José le
dijo que perdería su trabajo y lo colgaría de un árbol y su cuerpo se lo
comerían los buitres.
Aquí puedes ver que el sueño del copero, indicaba que
su corazón estaba limpio, se conducía con rectitud, pues en su sueño ve que las
uvas dan fruto, maduran, indica el camino a hacer lo bueno. Y, en cambio en el
sueño del panadero, muestra un poco las actitudes negativas, miedo, duda en el
discernimiento del bien y del mal, con
lo que demuestra un comportamiento malo que no beneficia ni a él mismo ni a los
demás.
Años más tarde, el rey de Egipto tuvo un sueño en el
que se veía de pie junto al río Nilo, y del río vio salir siete vacas gordas y
comían pasto de la orilla del río. También vio salir siete vacas flacas, y
éstas se comían a las vacas gordas pero seguían tan flacas como al principio.
Se despertó y se volvió a dormir. Y volvió a tener otro sueño, que de un mismo
tallo brotaron siete espigas verdes y llenas de trigo y también brotaron otras
siete espigas sin trigo y marchitadas por el viento del desierto, y las espigas
secas se tragaban a las verdes y llenas de trigo, así en la vida práctica sucede esta disyuntiva, el
discernir el bien y el mal y esto te perturba,
pues quieres lograr el equilibrio en todo lo que
haces, pero el afán de poder, de ambición a veces es desmedido y siembra la
duda en tus convicciones, quizá por temor a no tener riquezas o a querer vivir
en el estatus que marca la sociedad, por lo que pierdes la tranquilidad pues buscas
lo efímero, lo que se acaba, sería bueno cortar las raíces de la codicia y vivir
apegado a la Palabra para que cada día tu fe sea más sólida.
Luego, José le dice al rey que Dios es quien
interpreta los sueños, sólo él tiene el poder y le dice que iba a ver
siete años de abundancia y siete años de escasez, pero que buscara a una
persona sabia para que gobernara el país y recoja la quinta parte de las
cosechas durante los siete años de abundancia y las guarde. Y el rey y los
consejeros designan a José para esta función, y le dan poder para ello. Con lo que puedes ver que José cumplió sus sueños, llegó a ser tener un
alto puesto, poder, riquezas, y logró realizar
una buena administración de los recursos para beneficio de los demás, pues en el tiempo de escasez sus
hermanos acudieron a Egipto y no lo reconocen, pero él ya los había perdonado y
ya había aceptado que las adversidades que experimentó fueron para bien, pues Dios las permite para
moldear tu carácter, renovar tus pensamientos y tu corazón, perfeccionar tus debilidades, madurar, pues sólo a
través de este proceso logras cambios excepcionales en tu persona.
Como puedes ver, José sobresalió en un territorio extranjero, y, por
último se casó y formó su propia familia, con este ejemplo, puedes ver que
conducirte bajo la Palabra de Dios te permite vivir en el orden que Dios ha
establecido para tu vida con lo que logras desarrollar habilidades, descubres
tus dones y talentos, y con la confianza en Dios te abre puertas en cualquier
parte. Con Dios a tu lado te motiva a tomar buenas decisiones que te sirven
para avanzar y crecer espiritualmente.
Por lo que es necesario desarrolles tu misión y tu
visión en esta tierra para que logres un nivel de conciencia inspirado en la
confianza en Dios, y te haga un hombre
fuerte, íntegro, paciente y honesto para alcanzar los propósitos que Dios tiene
para tu vida.
Con Alta Estima,
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