martes, 11 de junio de 2013

La maldad...

Sabes, la naturaleza caída del hombre viene por la desobediencia a Dios, que a pesar de que Dios  puso al hombre a  vivir en un paraíso, en un jardín hermoso plantado por El mismo, con árboles de toda clase de frutos, de donde salía un río que lo regaba, en el que  tenía todo, pero que desobedeció, y que hizo caso a la invitación de la serpiente que le dijo que iba a ser tan sabio como Dios,  le motivo a comer del fruto que Dios le había dicho que no comiera,  entró la tentación y el hombre no pudo discernir  entre el bien y el mal, tuvo más inclinación hacia lo malo al desobedecer el mandato de orden divina.

Esto lo puedes ver reflejado en tu vida,  en ocasiones, falta demostrar agradecimiento a las personas  que tienes a tu lado o a tu alrededor, quizá no has aprendido a valorar lo que posees. Es como que el ser humano, a veces es malintencionado, siempre piensa en sí mismo por lo que tiende a caer en tentaciones,  en diferentes áreas, tanto familiar como laboral pues el hombre está expuesto pues vive en el mundo y las atracciones lo motivan a hacer lo malo. Por eso es necesario apegarse a leer la Palabra habitualmente, pues ella te fortalece y te va cambiando, te hace fuerte para vencer la maldad.

Pues cuando nace la maldad en tu corazón, esa malicia, que es una emoción, como el miedo, te sientes como si estuvieras desnudo, te escondes porque eres consciente que incurriste en algo que estaba prohibido, y, a  medida que la tierra esté más poblada, la maldad se acentúa más, por eso el ser humano, tiene una gran batalla, que desea  ganar pero bajo sus fuerzas no lo puede lograr, tiene que buscar a Dios, refugiarse en su Palabra para que le de la fuerza necesaria para lograr una voluntad firme  y poder hacer lo bueno.

La maldad es tan astuta que aparte de que logra que el hombre haga lo malo actúa en su mente al grado de que quiere justificar los hechos, por eso es importante te conduzcas apegado a las enseñanzas de Jesucristo para vencer. A veces, puedes palparlo en tu trabajo, se vuelve pesado, porque el dinero no te alcanza pero lo que ocurre es que pierdes la mayordomía de tus recursos porque caes en invitaciones vanas y tu tiempo lo extralimitas y  tu trabajo se vuelve quizá hasta improductivo, más agotador y sabes ya no te da tiempo de disfrutar a tu familia, de leer la Palabra, de acercarte a Dios pues tienes cansancio. Sería bueno marcar límites para no sobrepasarlos, y esto sólo es posible si tú obedeces los mandatos de Jesucristo en tu vida.

Ten en cuenta que, tus hechos reflejan parte de ti, por lo que es bueno endereces el camino, pedirle a Dios sabiduría en todo lo que hagas, pues el mal está al asecho, sólo busca la oportunidad de que seas débil, tu armadura sería la Palabra de Dios  para que lo domines, además de cultivar valores espirituales, entre otros,  fe, afecto fraternal, paz, amabilidad, gozo para que todo lo que hagas sea constructivo para tu vida.


Con Alta Estima,   

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