Sabes, si tú pones tu vida y la de tu familia en las manos
de Dios, El te va guiando, y te bendice en todo lo que hagas, pero es
imprescindible apegarte y obedecer sus mandamientos y así tu crecimiento
espiritual será mayor cada día pues te va dando la sabiduría que necesitas para
afrontar los problemas. Pero recuerda, que tener una actitud positiva en todo
momento te ayuda a superar cualquier obstáculo pues son temporales, son pruebas
que el ser humano debe aprender a afrontar, y pedir a Dios sabiduría para tomar decisiones correctas, pues traen consecuencias a corto o largo
plazo.
Asimismo, después de haber cruzado el Mar de los Juncos, se fueron al
desierto de Sur, y durante tres días caminaron sin encontrar agua, más adelante
encontraron agua y era amarga y los israelitas pusieron de nombre a este lugar
Mará que significa amarga, y empezaron con sus quejas a Moisés, que ahora que
iban a beber. Entonces Moisés pidió ayuda a Dios y El le mostró un arbusto y le
dijo que lo echara en el agua amarga y el agua se volvió dulce. Dios quiso
poner a pruebas a los israelitas y les dijo: Yo soy su Dios, Yo soy quien les
da salud, debe prestar atención y apegarse a ciertas reglas de conducta, de
obedecer y hacer sólo lo bueno. De ahí siguieron su camino y llegaron a Elim
lugar donde había doce manantiales y setenta palmeras y ahí acamparon. Así
puedes observar, que al principio, hubo pruebas difíciles, pero con la
protección de Dios y apegados a sus estatutos, haciendo lo bueno, luego vivieron
momentos agradables, pues el vivir bien es una constante lucha que merece tu
esfuerzo y disciplina para que tengas más gozo y te lleve al camino a
Jesucristo.
Siguieron su camino y llegaron al desierto de Sin, que está
ubicado entre Elim y la montaña del Sinaí, y volvieron los israelitas a
quejarse con Moisés y Aaron, que los habían sacado de Egipto para morirse de
hambre, que allá tenían ollas de carne y
podían sentarse a comer hasta quedar satisfechos. Entonces, Dios le dijo a
Moisés, que cada día del cielo les llovería comida, pero la gente recogiera
solo lo necesario para cada día y el día sexto podrían recoger el doble, pues
quería ver su obediencia. Moisés les dijo al pueblo, que no se quejaran porque
al hacerlo se quejaban de Dios pues El es el que los estaba guiando desde que
salieron de Egipto, que obedecieran y comprobarían que El les daría de comer
carne y les daría todo el pan que pudieran comer.
Mientras Moisés hablaba con los israelitas, Dios se mostró
en medio de una nube muy brillante, y Dios le dijo a Moisés, que ya había oído
como se quejan los israelitas y que les dijera que pronto iban a saber quién es
Dios, que por la tarde, les daría de comer carne y por la mañana les daría de comer
pan. Y así sucedió, por la tarde el campo se llenó de codornices y, por la
mañana, todo el campamento estaba cubierto de un rocío, que cuando se evaporaba
queda algo blanco y pequeño similar a las migajas de pan y, Moisés les ordenó
que cada uno recogiera unos dos kilos por persona y usaban una medida de dos
kilos “gomer”, que eso sería suficiente y no debían recoger más de lo necesario
y no debían guardar nada para mañana. Unos cuantos no obedecieron y lo que
guardaron pan se les llenó de gusanos y olía mal. Moisés se enojó mucho, pero después
de esta experiencia, cada uno recogía sólo lo que necesitaba, lo hacían muy
temprano, pues con el calor del sol se derretía. Cabe mencionarse, que en el ser
humano cuando todavía es impío, existe la duda, el querer verificar si lo que dicen es cierto y, la
mayoría de las veces mueve a la persona la curiosidad o el morbo de saber algo,
lo lleva a formar prejuicios y a desvirtuar lo acontecido.
Sólo el sexto día recogían el doble, porque Dios le había ordenado
a Moisés: Que el día séptimo sería un día de descanso un día para adorar a
Dios. Y, así sucesivamente, el día sexto guardaban el doble de pan y no se
llenaba de gusano ni olía mal; algunos que eran desobedientes fueron a ver si encontraban
pan en el suelo, pero Dios se enojó y le dijo a Moisés, ordené que el día séptimo deben descansar y
nadie debe salir de su casa.
Sabes, el pan que recogían los israelitas era blanco como
las semillas de cilantro, y dulce como el pan con miel y lo llamaron “maná”.
Después Dios ordenó a Moisés guardar unos kilos de maná, para que los
descendientes conocieran el pan con que Dios los alimentó en el desierto
durante cuarenta años y lo guardaron frente al cofre del pacto.
Siguieron por el desierto del Sin y se detenían en el lugar
que Dios les ordenaba. Acamparon en un lugar Refidim, pero no encontraron agua
y volvieron a quejarse, entonces Moisés le pidió ayuda a Dios, y El le dijo:
qué voy a hacer con esta gente, poco les falta para que me maten a pedradas,
pero Dios le dijo, que llevara al pueblo a la montaña de Horeb, y El los
esperaría sobre la roca, que él la
golpeara con su vara y saldría agua y todos podrían beber. A ese lugar, se le
conoce con dos nombres, Meribá, que significa reclamo, pues el pueblo le había
reclamado a Dios y “Masá” que quiere decir duda, pues dudaron del poder de Dios
para cuidarlos. Así puedes ver en la sociedad, la gente se queja de todo, sería
bueno ser positivos, hacer lo bueno, emprender cosas nuevas, aprender a ser
agradecidos pues la mayoría de las veces en cualquier contexto, familiar,
laboral, espiritual, cuentas con los recursos, con prestaciones buenas, con enseñanzas
bíblicas y de todas formas las personas se quejan, por lo que es necesario estar
apegados a la Palabra, leerla diariamente para que renueve tu mente, tus
pensamientos, tu corazón y puedas cambiar de actitud y te ayude a ser una
persona íntegra, agradecida, con una buena autoestima, y así desarrolles un
nivel de conciencia elevado que cuando tu actitud fuera de queja, tu
autocrítica te motivaría a corregir tu camino y hacer lo bueno.
Luego, hubo una batalla entre los amalecitas y los
israelitas, en la que peleó Josué con algunos hombres que eligió, y Moisés,
junto con Aaron y Hur subieron a lo alto del cerro y con la vara que Dios le
había dado, mantenía sus brazos en alto y los israelitas ganaban, pero empezó a
cansarse y cuando bajaba sus brazos ganaban los amalecitas, entonces lo
ayudaron Aaron y Hur a sentarse en una piedra y a sostener en alto los brazos
de Moisés y así ganaron, pues Dios estaba con ellos, y, Moisés construyó un
altar y lo llamó Dios es mi bandera.
Después de esta batalla, Jetro visitó a Moisés, y le regresó a su familia que se habían quedado
un tiempo con él, su hija Sefora y sus hijos Guerson y Eliézer; y, Moisés contó
a Jetro, su suegro de todo lo que habían sufrido los israelista y como Dios los
había salvado. Y Jetro, dijo, Ahora sé que el Dios de Israel es más poderoso
que todos los dioses y ofreció un cordero en honor de Dios y otras ofrendas, y
los jefes de Israel y Aaron cenaron con Jetro frente al Altar de Dios.
Al día siguiente, vino la gente del pueblo a contarle sus
problemas a Moisés, y hacían largas filas esperando su turno para pedirle su consejo y él les enseñaba sobre los
mandamientos de Dios, de cómo comportarse y cumplir sus obligaciones, entonces Jetro
observaba y le dijo que estaba bien que se ocupara de las necesidades de la
gente, pero que no era la forma correcta de hacerlo pues se cansabe él y
cansaba a la gente, y le sugirió que eligiera gente capacitada y obediente a
Dios, que fuera sincera que no hiciera favoritismo a nadie por dinero, y que a
unos les diera autoridad sobre grupos de mil personas, a otros sobre grupos de
cien, a otros sobre cincuenta y, a otros sobre diez. Ellos escucharían los
problemas del pueblo, los resolverían y cuando fuera una situación más difícil
entonces lo pasarían a Moisés, y Jetro le dijo pregúntale a Dios sobre mi
consejo y si él te ordena hacerlo, tu trabajo será más fácil, y la gente también se sentirá satisfecha. Al poco tiempo,
Moisés despidió a su suegro y regresó a su país.
Como puedes ver, los problemas se presentan en diferentes lugares,
y es bueno elegir gente capacitada para poder ayudar a otros en sus necesidades,
gente con una autoestima positiva, con una mente que esté basada en la Palabra
de Dios para que a través de la palabra la persona se capacite y sea llena de sabiduría para motivar al que pide ayuda y logre su
sanidad interior. Algo importante, es que el ser humano debe aprender a tomar
decisiones positivas que le ayuden a avanzar, a mejorar,
a superar sus problemas, porque la persona que te escucha te puede dar
herramientas pero sólo tú puedes tomar la decisión más adecuada para tu vida,
teniendo un un enfoque objetivo, sin mezclar sentimientos, pues estos
justificarían tu desánimo, sino por el
contrario, de forma objetiva que tú puedas identificar el problema que te deprime,
que te afecta y hacer un esfuerzo para decidir cambiar, valorarte, que tomes decisiones buenas para tu bienestar interior que es esencial para tu
crecimiento y poder lograr paz, y sólo
así aprenderás a amarte a ti mismo, pues
tu mente estará renovada, superarás los miedos y, encontrarás mejor solución a
tus problemas y, por ende, podrás amar a los demás.
Con Alta Estima,
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