martes, 4 de junio de 2013

La humildad...

Como sabes ser humilde es una virtud que a toda persona le gustaría poseer, pero que sólo con obediencia a las enseñanzas de Jesucristo puedes lograr, ya que es todo un proceso vivir con sencillez, el no hablar tantas alabanzas de ti mismo ni  tanta adulación, que  es difícil de quitar pues se vuelve como un complemento de tu vida, pasa a ser parte de tu personalidad, porque quizá piensas y con justa razón que tu esfuerzo te ha costado, el adquirir tus conocimientos, experiencias,  posesiones y como no sentir vanagloria por ello.

Dice en Mt. 11:29 “Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad”.

Por lo que es imprescindible, que elimines la soberbia de tu vida,  actitud que en exceso se vuelve  una opción negativa para tu crecimiento, y lo puedes lograr  aplicando a tu vida las  enseñanzas que adquieres cuando lees la Palabra, pues con el espíritu de Dios dentro de ti te da la fuerza que necesitas para desarrollar tus capacidades, entre otras, la humildad.

Tanta arrogancia no es tan fácil de vencer pero hay que minimizarla al grado aceptable para Dios,  y para ganar esta batalla, usa tu inteligencia , porque el orgullo nace de  saber quién eres, qué sabes, qué tienes, por lo que debes evitar caer en tanta presunción ni creerte superior ante los demás. No obstante,  con tus logros debes sentirte contento pues esto te da autoconfianza, pero de ese momento no debe pasar a que te sientas con más poder ante tus semejantes. La presunción, el hablar tanto de ti mismo hace que ya ni te escuchas tú mismo, caes en lo desgastante, en lo cansado, mermas tus relaciones con los demás.

Dice en Mt, 20:26 “… si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. Si alguno quiere ser el primero deberá ser el esclavo de todos. Yo, el hijo del Hombre lo hago así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás…”

Por lo que si deseas tener humildad es una tarea constante, es una práctica permanente. Algunos piensan que el que es humilde es porque es tímido o es penoso, pero no es así cuando tú como persona llegas a tener una actitud humilde es cuando tú en tu interior ya no hay egoísmo, no necesitas ser el centro de atención…, más bien es cuando tú logras vivir tranquilo,  tienes una convivencia agradable con los demás, respetas la dignidad de los más débiles.

Como dice Mt. 11:30 “Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar”.


Con Alta Estima,

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