A través de los Salmos, se alaba a Dios, se exalta su
poder y muestras gratitud por su amor,
por las maravillas que hizo para los que creen en él y que tienen la certeza de que Dios responderá, aunque estés
pasando dolor, tristeza, la presencia de Dios es el consuelo del espíritu
humano con la seguridad de que pasará ese tiempo de adversidad que es temporal
pero que hará un cambio en tu vida para llevarte a la paz con el Creador.
Sabes, apartarse del mal es el primer paso por el que
comienza la sabiduría, pidiéndole a Dios que tu corazón no se endurezca y se
apegue a la palabra de Dios, la medite y guarde en la mente y en el corazón con
la seguridad de disfrutar de las bendiciones de Dios, pero para recibirlas es
necesario que Dios gobierne tu corazón.
Dios bendice a
quienes no siguen malos consejos ni andan en malas compañías ni se juntan con
los que se burlan de Dios. Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la
estudian día y noche. Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado
el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les
sale bien! Con los malvados no pasa lo mismo: ¡son como el polvo que se lleva
el viento! Cuando sean juzgados, nada los salvará; ¡esos pecadores no tendrán
parte en la reunión de los buenos! En verdad, Dios cuida a los buenos, pero los
malvados se encaminan al fracaso.
Así también es conveniente
dejar las cosas vanas y ser sensatos, obedientes y someterse al Reino de
Dios.
¿Por qué se
rebelan contra Dios las naciones y los
pueblos? ¿Por qué estudian la manera de luchar contra él contra su rey?
¡Inútiles son los planes de los reyes de este mundo! ¡Quieren acabar con su
poder! ¡Quieren librarse de su dominio! Pero Dios desde su trono se ríe y se
burla de ellos. Luego se enoja y los reprende, se enfurece y los asusta. Los
amenaza diciendo: Ya elegí al rey que gobernará desde el monte Sión, que es mi
montaña santa. Voy a dar a conocer lo que Dios ha decidido. El me dijo: Tú eres
mi hijo; desde hoy soy tu padre. ¡Pídeme lo que quieras! Te daré como herencia
las naciones; ¡todo el mundo será tuyo! Gobernarás a las naciones con mano de
hierro; ¡las destrozarás como a ollas de barro! Ustedes los reyes, pónganse a
pensar; déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Adoren a Dios con
reverencia; y con alegría ríndale culto. Adoren a Dios, para que no se enoje,
pues fácilmente se enfurece, y podría quitarles la vida. ¡Dios bendice a todos
los que en él confían!
Así pues, es
necesario asirte del poder de Dios cuando estés afligido, acudir a El, poner tu
confianza en Dios para sentirte bajo su protección.
Dios mío, son
muchos mis enemigos; son muchos los que me atacan, son muchos los que me dicen
que tú no vas a salvarme. Sólo tú, Dios mío, me proteges como un escudo; y con tu poder me das nueva vida.
A gritos te llamo, y desde tu templo me respondes. Yo me acuesto, y me duermo,
y vuelvo a despertar, porque tú vigilas mi sueño. No me asustan los muchos
enemigos que me tienen acorralado. ¡Dios mío, levántate y ponme a salvo!
¡Rómpeles la cara a mis enemigos!¡Rómpeles los dientes a los malvados! Dios mío
sólo tú puedes salvarme; ¡bendice a tu pueblo!
Es necesario
volver a Dios, no ir en busca de vanidad, de las cosas mundanas, de lo
superfluo. Pedir a Dios que guarde tu corazón, meditar, que la ira no te domine
y cuides lo que dices, reflexiona sobre tus acciones del día.
Tú, Dios mío,
eres mi defensor; ¡respóndeme cuando te llame! Siempre que tengo problemas, me
ayudas a salir de ellos; ¡compadécete de mí y escucha mi oración! Ustedes los
que se creen importantes, ¿me van a seguir insultando, y jugando con mi honor?
¿Van a seguir con sus mentiras y engaños? Sépanlo de una vez: Dios me muestra
mi amor porque le soy fiel; ¡por eso me escucha cuando lo llamo! ¡Cuidado, no
pequen más! Cuando llegue la noche y se acuesten a dormir, pónganse a pensar en
todo lo que han hecho. Ofrézcanle a Dios lo que él les ha pedido, y pongan su
confianza en él. ¡Hazte presente, Dios mío, y muéstrame tu bondad, pues no
faltan los que dicen que tú no eres bondadoso! Hay muchos que son felices
comiendo y bebiendo de más , pero yo soy muy feliz porque mi alegría viene de
ti. Cuando me acuesto, me duermo enseguida, porque sólo tú, mi Dios, me das
tranquilidad.
Al orar a
Dios, considéralo también rey, y qué
crees, sería conveniente que tus oraciones las hagas por la mañana, es lo más
apropiado pues disfrutas de la energía renovada por el descanso antes de que
tus pensamientos se ocupen de las actividades del día, pero es necesario que
tengas un corazón limpio.
Mi rey y mi Dios, escucha con atención mis palabras; toma en
cuenta mis súplicas, escucha mi llanto, pues a ti dirijo mi oración. Tan pronto
como amanece te presento mis ruegos, y quedo esperando tu respuesta. A ti, Dios
mío, no te agrada la maldad. Por eso los malvados no pueden vivir contigo; no
soportas a los orgullosos ni amas a los malhechores. ¡Tú destruyes a los
mentirosos, y rechazas a los tramposos y asesinos! Pero a mí me quieres tanto
que me dejas entrar en tu templo, y allí me dejas hacer mis oraciones. Dios
mío, ¡enséñame a hacer el bien! ¡Llévame por el buen camino, pues no quiero que
mis enemigos triunfen sobre mí! Ellos son unos mentirosos y sólo piensan en
destruirme. Nunca dicen la verdad, y sólo hablan de muerte. ¡No los perdones,
Dios mío! ¡haz que fracasen sus planes malvados! Ya es mucho lo que han pecado;
¡recházalos por luchar contra ti! Pero que vivan alegres todos los que en ti
confían; ¡que siempre canten de alegría bajo tu protección! ¡Que sean felices
todos los que te aman! Tú, Dios mío, bendices al que es bueno, y con tu amor lo
proteges.
Sabes, se viven tiempos difíciles, pero si tú obedeces a
Dios, El te bendecirá grandemente en todo.
Con Alta Estima
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