lunes, 9 de septiembre de 2013

¿Quién tiene el control de todo?...

Sabes, es prioritario confiar en Dios y expresarlo, pues El tiene su trono en el cielo y desde ahí lo ve todo y conoce al ser humano y lo pone a prueba para su bien, ya que los que siguen el camino recto contemplarán su rostro. No quejarte pues el gozo viene por creer en Dios. Por lo que es necesario disfrutar de la presencia de Dios, y El cambiará la situación de cada persona. Es necesario buscar el camino del bien, andar en integridad, honestidad con los demás, fiel  con todo los que trata, firme en sus convicciones.

Dios es mi protector, ¡no me digan que huya a los cerros, como si fuera un pájaro? Fíjense en los malvados: se esconden en las sombras, y esperan a la gente honrada para atacarla cuando pase, ¡Si este mundo parece estar bajo el control de los malvados, qué puede hacer la gente honrada! Pero Dios está en su santo templo; desde su palacio celestial vigila a la humanidad entera. Dios pone a prueba a los justos; él mismo los examina, pero odia con toda su alma a los malvados y a los violentos. Sobre ellos dejará caer una lluvia de brasas de fuego y de azufre encendido. ¡Un viento caliente los acabará! Dios es justo de verdad, y ama la justicia; ¡por eso la gente honrada habrá de verlo cara a cara!

Sálvanos, Dios mío, pues ya no hay en este mundo gente que te sea fiel. Todo el mundo dice mentiras y unos a otros se engañan; ahora dicen una cosa, y luego dicen otra. Tú acabarás con esa gente mentirosa y arrogante, con esa gente que dice: Lo que nos sobra es lengua; sabemos hablar muy bien. ¡Nadie podrá dominarnos! ¡Pero tú mismo has dicho: La gente pobre y humilde ya no aguanta tanto maltrato; voy a entrar en acción y los pondré a salvo. Dios mío tú siempre cumples tus promesas y lo has demostrado una y otra vez. Tus promesas son más valiosas que plata refinada. Podrá haber malvados en el mundo, y la maldad ir en aumento, pero tú siempre nos proteges y nos defiendes de esa gente.

¡Mi Señor y Dios, ¿vas a tenerme siempre olvidado? ¿Vas a negarte a mirarme?¿Debe seguir mi corazón siempre angustiado, siempre sufriendo?¿Hasta cuándo el enemigo me va a seguir dominando? Mírame y respondeme; ¡ayúdame a entender  lo que pasa! De lo contrario, perderé la vida; mi enemigo cantará victoria y se alegrará de mi fracaso. ¡Pero yo, Dios mío, confío en tu gran amor y me lleno de alegría porque me salvaste. ¡Voy a cantarte himnos porque has sido bueno conmigo!

Los necios piensan: Dios no existe. Pero son gente corrompida, todo lo que hacen es odioso; ¡ninguno de ellos hace lo bueno! Dios, desde el cielo, mira a hombres y mujeres; busca a alguien inteligente que lo reconozca como Dios. Pero no hay uno solo que no se haya alejado de Dios; no hay uno solo que no se haya corrompido, no hay uno solo que haga el bien. Ustedes, gente malvada, que allí están, llenos de miedo que jamás buscan a Dios, y que se hartan de comida a costillas de mi pueblo, debieran saber esto: ¡Dios está con los buenos! Y aunque ustedes desbaratan los planes de los humildes, Dios es quien los protege. ¡Cómo quisiera yo que Dios nos enviara desde Jerusalén alguien que salve a nuestro pueblo!¡Cuando Dios nos haga prosperar, todos en Israel estaremos felices.

Dime, Dios mío, ¿Quién puede vivir en tu santuario? ¿quién puede vivir en tu monte santo? Sólo quien hace lo bueno y practica la justicia: sólo quien piensa en la verdad y habla con la verdad; sólo quien no habla mal de nadie ni busca el mal de nadie ni ofende a nadie; sólo quien desprecia al que merece desprecio, pero respeta a quien honra a Dios; sólo quien cumple lo que promete aunque salga perdiendo; sólo quien presta dinero sin cobrar intereses, y jamás acepta dinero para perjudicar al inocente. Quien así se comporta, vivirá siempre seguro.

Cuídame, Dios mío, porque en ti busco protección. Yo te he dicho: Tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido de ti. Sin ti, no tengo nada. La gente de mi pueblo, que sólo a ti te adora, me hace sentir feliz. Pero quienes adoran ídolos sufrirán en gran manera. ¡Jamás rendiré culto a los ídolos! ¡Jamás les presentaré ofrendas! Tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo, tú llenas mi vida y me das seguridad. Gracias a ti, la herencia que me tocó es una tierra muy bella. Yo te bendigo por los consejos que me das; tus enseñanzas me guían en las noches más oscuras. Yo siempre te tengo presente; si tú estás a mi lado, nada me hará caer. Por eso estoy muy contento, por eso me siento feliz, por eso vivo confiado. ¡Tú no me dejarás morir ni me abandonarás en el sepulcro, pues soy tu fiel servidor! Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz!¡A tu lado soy siempre dichoso!

Dios mío, atiende mis ruegos, declárame inocente, pues yo no he mentido. Dicta tú mi sentencia, pero tú sabes lo que es justo. Tú sabes bien lo que pienso; has venido por las noches para ponerme a prueba y no me encontraste haciendo planes malvados; tampoco digo malas palabras, ni actúo con violencia como lo hacen los demás. Yo sólo a ti te obedezco; cumplo tus mandatos, y no me aparto de ellos. Dios mío, yo te llamo porque me respondes. Te ruego que me escuches y que atiendas mis ruegos. ¡Demuéstrame que me amas! Yo sé que tienes poder para salvar de sus enemigos a quienes buscan refugio en ti. Cuídame como a tus propios ojos, pues me atacan los malvados; escóndeme bajo tus alas, pues los que quieren matarme ya me tienen rodeado. No tienen sentimientos, hablan sólo para ofenderme. Me siguen muy de cerca, no dejan de vigilarme, quieren hacerme caer…

¡Vamos, Dios mío!¡Enfréntate a ellos y derrótalos! ¡Echa mano a la espada y sálvame de esos malvados! ¡Sálvame con tu poder!¡Sálvame de esta gente que todo lo tiene! …Yo por mi parte, he de quedar satisfecho cuando me declares inocente. ¡Despertar y verme en tu presencia será mi mayor alegría!

Por lo que lo más importante es buscar a Dios en oración y refugiarte en El, para que sea guardado tu camino.


Con Alta Estima,

No hay comentarios:

Publicar un comentario