miércoles, 11 de septiembre de 2013

Eres mi fuerza...

Sabes, Dios siempre es el mismo, Dios es gobernador futuro de las naciones y a cada persona le da libertad pues al pedir perdón a Dios por tus pecados de la juventud y aún de la madurez, El te perdona y no se vuelve acordar como el ser humano, Dios te redime. Lo importante, es poner tu confianza en Dios, y así lo que tú pidas te lo dará en su debido tiempo. Para Dios el camino del deber, es el camino verdadero pero no debes apartarte de hacer lo bueno sino más bien que El te guíe, pues Dios es el Pastor y con su infinita bondad  nunca te hará falta nada y te conducirá hasta  llegar a la tierra prometida.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¡Tan lejos te mantienes que no vienes en mi ayuda ni escuchas mis gritos de dolor! Dios mío, te llamo de día, y no me escuchas; te llamo de noche, y no me respondes. Entre los dioses tú eres único, tú eres rey, tú mereces que Israel te alabe. Nuestro padres confiaron en ti; en ti confiaron, y tú los libraste; te pidieron ayuda y los salvaste; en ti confiaron, y no les fallaste. En cambio yo, más que hombre parezco un gusano. Soy la burla de hombres y mujeres; todo el mundo me desprecia. Todos los que me ven, se ríen de mí, y en son de burla tuercen la boca y mueven la cabeza. Hasta dicen: Ya que este confió en Dios, ¡que venga Dios a salvarlo! Ya que Dios tanto lo quiere, ¡que venga él mismo a librarlo!

Pero digan lo que digan, fuiste tú quien me hizo nacer, fuiste tú quien me hizo descansar en los brazos de mi madre. Todavía no había nacido yo, cuando tú ya me cuidabas. Aún estaba yo dentro de mi madre, cuando tú ya eras mi Dios. ¡No me dejes solo!¡Me encuentro muy angustiado, y nadie me brinda su ayuda!...Me he quedado sin fuerzas, ¡estoy totalmente deshecho! ¡Mi corazón ha quedado como cera derretida!...¡Dios mío, tú eres mi apoyo, ¡no me dejes!¡Ven pronto en mi ayuda! ¡Respóndeme, sálvame la vida! ¡No dejes que me maten!...Cuando mi pueblo se junte para adorarte en el templo, yo les hablaré de ti, y te cantaré alabanzas…Dios mío, sólo a ti te alabaré; te cumpliré mis promesas cuando el pueblo que te honra se reúna para alabarte…Dios mío, desde países lejanos, todas las tribus y naciones se acordarán de ti y vendrán a adorarte. Tú eres rey y gobiernas a todas las naciones. Nadie es dueño de su vida. Por eso los que habitan este mundo, y los que están a punto de morir se inclinarán ante ti, y harán fiestas en tu honor. Mis hijos te rendirán culto; las generaciones futuras te alabarán, y los que nacerán después sabrán que tú eres justo y que haces grandes maravillas.

Tú, Dios mío, eres mi pastor, contigo nada me falta. Me haces descansar en verdes pastos, y para calmar mi sed me llevas a tranquilas aguas. Me das nuevas fuerzas y me guías por el buen camino y me llenas de confianza. Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial! Estoy completamente seguro de que tu bondad y tu amor me acompañarán mientras yo viva, y de que para siempre viviré donde tú vives .

Dios es dueño de toda la tierra y de todo lo que hay en ella; también es dueño del mundo y de todos sus habitantes. Dios afirmó la tierra sobre el agua de los mares; Dios afirmó este mundo sobre el agua de los ríos. Sólo puede subir al monte de Dios y entrar en su santo templo el que siempre hace lo bueno y jamás piensa hacer lo malo; el que no adora a dioses falsos ni hace juramentos en su nombre. Al que es así, Dios lo llena de bendiciones; ¡Dios, su Salvador, le da la victoria! Dios de Israel, así son todos los que te buscan; así son los que a ti acuden. ¡Abran los portones de Jerusalén!¡Dejen abiertas sus antiguas entradas! ¡Está pasando el Rey poderoso! ¿ y quién es este Rey Poderoso? ¡Es el Dios de Israel!, el Rey poderoso! ¡El es el Dios del universo!

Mi Señor y Dios, a ti dirijo mis ruegos porque en tí confío. No me hagas pasar vergüenza; no permitas que mis enemigos se burlen de mí. Tampoco dejes que pasen vergüenza los que en ti confían; ¡la vergüenza deben pasarla los que traicionan a otros! Dios mío, enséñame a vivir como tú siempre has querido. Tú eres mi Dios y salvador, y en ti siempre confío. Dios mío, por tu amor y tu bondad acuérdate de mí. Recuerda que siempre me has mostrado tu ternura y gran amor; pero olvídate de los pecados que cometí cuando era joven. Dios mío, tú eres bueno y siempre actúas con justicia. Enseñas a los pecadores a hacer lo bueno; enseñas a los humildes a hacer lo bueno y lo justo. Con quienes cumplen tu pacto y obedecen tus mandamientos tú siempre actúas con amor y fidelidad. Dios mío, es muy grande mi maldad; pero por todo lo que tú eres, te ruego que me perdones. A los que te honran, tú les muestras cómo deben vivir. Mientras vivan, les irá bien, y sus hijos heredarán la tierra. Tú, mi Dios, te haces amigo de aquellos que te honran, y les das a conocer tu pacto. Siempre dirijo a ti mis ojos, pues sólo tú puedes librarme de todo peligro. Mírame, y tenme compasión, pues estoy solo y afligido. Más y más mi corazón se va llenando de angustia; ¡quítame la tristeza! Toma en cuenta que me encuentro afligido y con problemas; ¡perdona todos mis pecados! ¡Mira cuántos enemigos tengo! ¡Mira su odio tan violento contra mí! ¡Líbrame de ellos! ¡No me hagas pasar vergüenza! ¡No dejes que me maten, porque en ti busco refugio! En ti he puesto mi confianza. Mi honradez y mi inocencia me harán salir victorioso. ¡Salva a tu pueblo, Dios mío; mira la angustia de Israel!

Es prioridad, hacer un esfuerzo y buscar a Dios, que su Palabra permanezca en el hombre para que logre un corazón limpio y sincero conforme a la voluntad de Dios, pedirle la fuerza para cambiar, pues la cuesta es hacia arriba,  pero siendo diligente y dependiendo del Creador recibirás toda clase de bendiciones.


Con Alta Estima,

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