viernes, 4 de abril de 2014

Mejorar su conducta…


Cuando Joacín, hijo de Josías comenzó a reinar sobre Judá, Dios le habló a Jeremías en Jerusalén, y le dijo:  Ve al patio de mi templo. Quiero que hables con la gente de toda Judá que viene a adorarme. Comunícales todo lo que te voy a decir. Si te hacen caso y dejan de hacer lo malo, entonces ya no los castigaré como había pensado hacerlo. Y este es el mensaje que debes darles: Ustedes no me obedecieron ni siguieron las enseñanzas que les di por medio de mis profetas. Una y otra vez los he enviado para hablar con ustedes, pero no han querido escucharlos. Por eso, así como destruí el santuario de Siló, también destruiré el templo de Jerusalén, y esta ciudad será objeto de burla y de insulto.

Jeremías anunció este mensaje en el templo de Dios, y lo escucharon los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo. Pero tan pronto como terminó de anunciarlo, todos los que estaban allí se lanzaron contra él y lo apresaron, y amenazantes le dijeron:¡Esto te va a costar la vida! ¿Cómo te atreves a hablar en el nombre de Dios, y decir que este templo será destruido como el santuario de Siló? ¿Cómo te atreves a decir que Jerusalén será destruida, y que quedará sin habitantes?.

Cuando los jefes de Judá supieron lo que había pasado, salieron del palacio del rey y fueron hasta la Puerta Nueva del templo. Al llegar allí, se sentaron, y entonces los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a toda la gente: ¡Este tipo merece la muerte! ¡Ustedes mismos lo han oído decir que esta ciudad va a ser destruida!

Pero Jeremías, dirigiéndose a los jefes y a todo el pueblo, dijo: Lo que he dicho contra el templo y contra Jerusalén, Dios mismo me mandó a anunciarlo. Así que más les vale obedecer a nuestro Dios, y mejorar su conducta. Si en verdad lo hacen así, Dios ya no los castigará. Yo estoy en las manos de ustedes, y pueden hacer conmigo lo que les parezca. Pero si me matan, ustedes, jefes y pueblos, serán los culpables de haber matado a un inocente. Lo cierto es que Dios me mandó a darles este mensaje.

Los jefes y la gente del pueblo les dijeron a los sacerdotes y a los profetas: No hay razón para matar a este hombre; lo único que hizo fue darnos el mensaje que recibió de nuestro Dios. Entonces algunos jefes se levantaron y les dijeron a los que estaban allí reunidos: Cuando Ezequías era el rey de Judá, el profeta Miqueas de Moréset habló de parte de Dios y le anunció al pueblo de Judá este mensaje: La ciudad de Jerusalén será destruida; quedará hecha un montón de ruinas. Y en el monte de Sión, dónde se levanta el templo, sólo crecerán matorrales.

Y aunque Miqueas dijo esto, no lo mataron. Al contrario, el rey y el pueblo se humillaron ante Dios, y él los perdonó. Pero si nosotros matamos a Jeremías, Dios nos castigará. Además de Jeremías, el profeta Urías hijo de Semaías, que era del pueblo de Quiriat-jearim, habló en contra de Jerusalén y del país. Y como el rey Joacín y sus jefes y asistentes oyeron la denuncia del profeta, el rey intentó matarlo.

Cuando Urías se enteró de los planes del rey Joacín, tuvo miedo y huyó a Egipto. Pero el rey envió a Elnatán hijo de Acbor y a otros hombres, para que buscaran a Urías. Cuando lo encontraron, lo trajeron ante el rey. Entonces el rey mandó que mataran al profeta y que arrojaran su cadáver a una fosa en donde echaban muertos. Sin embargo, Jeremías contó con la protección de un hombre importante llamado Ahicam hijo de Safán. Por eso no fue entregado al pueblo y se libró de que lo mataran.

Así puedes darte cuenta que si de veras el hombre ama a Dios y le adora, es prioridad que el hombre obedezca  sus enseñanzas y esté atento al mensaje de Dios y entienda que es necesario que mejore su conducta.

No obstante, el hombre obediente será edificado por la Palabra de Dios y podrá entonces comunicar a otros su mensaje para que le conozca, le reciba con un corazón humilde, arrepentido verdaderamente de sus faltas y Dios le perdonará. Y, sabes, es conveniente que el ser humano se mueva dentro de los límites del orden de Dios y El le protegerá.


Con Alta Estima, 

No hay comentarios:

Publicar un comentario