Yo soy Nahúm de Elcós. En un sueño Dios me habló acerca
de Nínive, éste es el mensaje que escribí contra esa ciudad: Nuestro Dios exige
que le seamos fieles. Cuando se enoja, toma venganza de sus enemigos y de sus contrarios.
Nuestro Dios es muy poderoso y siempre castiga a quien lo
merece, pero también es un Dios paciente, y no se enoja con facilidad.
Nuestro Dios camina entre las tormentas; las nubes son el
polvo que levanta. Si reprende al mar y a los ríos, estos se quedan secos por
completo y se marchitan las flores del Líbano, los campos de Basán y el monte
Carmelo.
En presencia de nuestro Dios tiemblan la tierra y sus
habitantes, y los cerros y las montañas se sacuden. Cuando nuestro Dios se
enoja, las piedras se hacen polvo, como si las partiera un rayo; cuando nuestro
Dios se enoja, nadie puede mantenerse firme.
Nuestro Dios es bondadoso y cuida de los que en él
confían. En momentos de angustia, él nos brinda protección. Pero también
destruye a sus enemigos; los arrastra como un río desbordado, ¡los persigue
hasta en la oscuridad!
Ustedes, habitantes de Nínive, ¿por qué hacen planes
malvados? Hay entre ustedes un consejero malvado, que hace planes contra
nuestro Dios, pero Dios acabará con ustedes; los destruirá por completo, y no
les dará otra oportunidad; les prenderá fuego, como a la paja, como si fueran
un montón de espinas.
Nuestro Dios ha dicho: Asiria es un país poderoso, pero
yo lo voy a destruir. Destruiré su templo, sus ídolos y sus imágenes, y todos
se olvidarán de él. Dejaré ese país en ruinas, pues sólo merece mi desprecio.
Y aunque a ti, pueblo de Judá, te hice sufrir al
principio, ya no te haré sufrir más. Al contrario, te pondré en libertad y no
volverás a ser esclavo.
Miren, habitantes de Judá: ¡ya vienen sobre los montes
los que traen buenas noticias! ¡Ya es tiempo de que hagan fiesta y de que me
cumplan sus promesas! Porque yo destruiré a esos malvados, y nunca más los
volverán a atacar.
Aquí puedes darte cuenta que Dios es todopoderoso y El
conoce el corazón de cada persona y aunque no se enoja fácilmente El castiga a
quien se lo merece, y aunque el hombre pasa pruebas difíciles, momentos de
angustia pero Dios le brinda protección.
No obstante, Dios es tan bondadoso que El da oportunidad
al hombre para que cambie su manera de vivir, aunque sabes, esta es una
decisión voluntaria que cada persona debe tomar, reconocer sus pecados y
arrepentirse y entonces, Dios le dará libertad.
Por lo tanto, es fundamental que el hombre ponga su confianza en Dios, que
cumpla sus promesas y El le cuidará.
Con Alta Estima,
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