En otro sueño vi a Josué, parado frente al ángel de Dios.
Josué era el jefe de los sacerdotes, y había pecado; por eso en el sueño su
ropa sacerdotal no estaba limpia. El ángel acusador estaba a la derecha de
Josué, dispuesto a acusarlo ante Dios, pero el ángel de Dios le dijo: Angel acusador, si Dios debe castigar a
alguien, es a ti. Así como Dios ha elegido a la ciudad de Jerusalén, también a
este hombre lo ha librado del castigo.
Enseguida, el ángel de Dios habló con sus ayudantes y les
ordenó que le quitaran a Josué las ropas sucias. A Josué le dijo: Toma en
cuenta que ya he perdonado tus pecados. Por eso ahora te voy a vestir con ropa
limpia.
Mientras el ángel de Dios seguía allí de pie, él le
ordenó a los ayudantes que también le pusieran a Josué un turbante limpio en la
cabeza, y ellos lo hicieron así. Cuando terminaron de vestirlo, el ángel de
Dios le advirtió: Así dice el Dios todopoderoso: Yo te elegí como jefe de los
sacerdotes. Si obedeces mis mandamientos y eres un buen sacerdote, te pondré a
cargo de mi templo. Te daré además un puesto de honor entre mis más cercanos
servidores. Y ustedes, el resto de los sacerdotes, también pongan atención,
pues ustedes son una buena señal: Yo haré que vuelva a reinar en Israel mi
servidor escogido.
¡Fíjate bien, Josué! Delante de ti he puesto una piedra.
Es una piedra de siete costados. Voy a grabar algo en esa piedra, y en un solo
día borraré los pecados de toda la tierra. Cuando llegue ese día, se invitarán
unos a otros a sentarse bajo los árboles, y podrán disfrutar tranquilos de sus
uvas y de sus higos. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será.
Aquí puedes darte cuenta que el pecado oscurece la vida
del hombre, se podría decir que su ropa está sucia pues ya no irradia esa luz
que proviene de Dios, de obedecer su Palabra.
No obstante, lo que Dios desea El lo hace, por lo tanto
El elige a cada persona que quiere que le sirva, El le da responsabilidades
prominentes pues conoce su corazón y tiene la certeza de que será fiel a su
servicio, pues lo importante para Dios es que el hombre confíe en El y obedezca
sus mandamientos y entonces su vida será llena de bendiciones y asimismo el
hombre podrá bendecir a otros.
Así pues, el tiempo apremia, por lo que es inminente que
el hombre cambie su manera de vivir, que se vista de ropa limpia, que el amor
reine en su corazón para que haya paz entre unos y otros
Con Alta Estima,
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