El Dios todopoderoso me dio este mensaje: Ve y cuida de
las ovejas que serán llevadas al matadero. Los que las compran las matan sin
ninguna compasión; los que las venden dicen ¡Gracias a Dios soy rico! ¡Y ni
siquiera sus propios pastores se compadecen de ellas.
Yo haré lo mismo: ¡no tendré compasión de los habitantes
de este país! Dejaré que caigan bajo el poder de las naciones vecinas y del rey
que las gobierne. Y aunque su tierra sea destruida por completo, yo no iré en
su ayuda. Yo soy el Dios todopoderoso, y juro que así lo haré.
Yo me dediqué a cuidar de las ovejas que irían al
matadero, y di especial atención a las ovejas más débiles. Tenía yo dos varas
de pastor; a una de ellas la llamé “Bondad”, y a la otra la llamé “Unión”. Como
los pastores no me querían, ni yo los quería a ellos, en un mes despedí a tres.
A las ovejas les dije: ¡Ya no quiero ser su pastor! ¡No me importa si mueren o
los matan! ¡Tampoco me importa si se comen las unas a las otras!
Después tomé la vara llamada “Bondad”, y la rompí. Con
eso di a entender a los que estaban allí que Dios había roto su pacto con todas
las naciones. Los comerciantes de ovejas vieron lo que hice, y entendieron que
eso era un mensaje de Dios para ellos, en el que yo representaba a Dios y las
ovejas representaban al pueblo.
Luego les dije a los comerciantes: Quiero que me paguen
mi sueldo. Pero si no quieren pagarme, no lo hagan. Entonces ellos me pagaron
treinta monedas de plata. Dios me dijo: ¡Treinta monedas de plata es muy poco
por todo lo que yo he hecho a favor de mi pueblo! ¡Toma las monedas, y tíralas
en el cofre de las ofrendas!
Tomé entonces las monedas, y cumplí con lo que Dios me
ordenó hacer. Después de eso, rompí la vara llamada “Unión”, y así se rompió el
lazo fraternal que unía a Israel con Judá.
Dios me dio este otro mensaje: Ahora vas a representar a
esos pastores que no se preocupan por sus ovejas. Porque voy a poner este país
al cuidado de un rey que no se preocupará por su pueblo. Será como un pastor
descuidado: no se preocupará por las ovejas que se apartan del camino, ni
buscará a las ovejas perdidas, ni curará a las ovejas lastimadas, ni alimentará
a las ovejas hambrientas. Ese rey sólo se ocupará de los ricos y poderosos que
le dan de comer.
¡Qué mal le va a ir al pastor inútil, que no cuida del
rebaño! ¡Ojalá que con una espada le corten una mano, y que con un cuchillo le
saquen los ojos!
Aquí puedes darte cuenta que para Dios es importante que
aquella persona que da la buena noticia a otros, lo hace con amor, muestra interés por los demás, se interesa
realmente por la gente, de manera que imita a Jesús, que es el Buen Pastor, que
apacienta y cuida a sus ovejas. Pero sabes, el pastor de ovejas, cuando cumple
con su tarea, llevaba un cayado, que era largo con un gancho, el cual podía
extenderlo para agarrar a la oveja que se intentaba alejar de El, así cada
hombre, jefe de familia debe gobernar bien su casa, para no ser un pastor
inútil.
Asimismo, el hombre debe tomar la decisión voluntaria de
seguir el camino correcto, vivir apegado a la Palabra de Dios, para conocerle cada
día más y entonces, el hombre construirá una vida llena , de sabiduría, y, por
ende bajo la cobertura de Dios. Así también, cuando sucede lo contrario y el hombre desobedece, entonces el hombre no
cumple con su parte del pacto, por lo que Dios retira la protección.
No obstante, es importante que el hombre entienda que
Dios es un Dios de pacto y El siempre cumplirá su parte, pues Dios es
incondicional pero el hombre debe sujetarse a Dios y mostrar su obediencia para
que esté bajo la cobertura de Dios.
Con Alta Estima,
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