lunes, 29 de septiembre de 2014

¡Que mal le va a ir al pastor inútil…


 Monte Líbano, ¡abre paso al fuego, porque va devorar tus cedros! Ustedes, los pinos, ¡lloren por esos enormes árboles! ¡Los grandes cedros han sido derribados! Y ustedes, robles de Basán, ¡lloren por esos grandes bosques que han dejado de existir! Los pastores lloran desesperados, porque sus verdes pastos se quemaron; los leones rugen furiosos, porque los llanos del río Jordán ahora parecen un desierto.

El Dios todopoderoso me dio este mensaje: Ve y cuida de las ovejas que serán llevadas al matadero. Los que las compran las matan sin ninguna compasión; los que las venden dicen ¡Gracias a Dios soy rico! ¡Y ni siquiera sus propios pastores se compadecen de ellas.

Yo haré lo mismo: ¡no tendré compasión de los habitantes de este país! Dejaré que caigan bajo el poder de las naciones vecinas y del rey que las gobierne. Y aunque su tierra sea destruida por completo, yo no iré en su ayuda. Yo soy el Dios todopoderoso, y juro que así lo haré.

Yo me dediqué a cuidar de las ovejas que irían al matadero, y di especial atención a las ovejas más débiles. Tenía yo dos varas de pastor; a una de ellas la llamé “Bondad”, y a la otra la llamé “Unión”. Como los pastores no me querían, ni yo los quería a ellos, en un mes despedí a tres. A las ovejas les dije: ¡Ya no quiero ser su pastor! ¡No me importa si mueren o los matan! ¡Tampoco me importa si se comen las unas a las otras!

Después tomé la vara llamada “Bondad”, y la rompí. Con eso di a entender a los que estaban allí que Dios había roto su pacto con todas las naciones. Los comerciantes de ovejas vieron lo que hice, y entendieron que eso era un mensaje de Dios para ellos, en el que yo representaba a Dios y las ovejas representaban al pueblo.

Luego les dije a los comerciantes: Quiero que me paguen mi sueldo. Pero si no quieren pagarme, no lo hagan. Entonces ellos me pagaron treinta monedas de plata. Dios me dijo: ¡Treinta monedas de plata es muy poco por todo lo que yo he hecho a favor de mi pueblo! ¡Toma las monedas, y tíralas en el cofre de las ofrendas!

Tomé entonces las monedas, y cumplí con lo que Dios me ordenó hacer. Después de eso, rompí la vara llamada “Unión”, y así se rompió el lazo fraternal que unía a Israel con Judá.

Dios me dio este otro mensaje: Ahora vas a representar a esos pastores que no se preocupan por sus ovejas. Porque voy a poner este país al cuidado de un rey que no se preocupará por su pueblo. Será como un pastor descuidado: no se preocupará por las ovejas que se apartan del camino, ni buscará a las ovejas perdidas, ni curará a las ovejas lastimadas, ni alimentará a las ovejas hambrientas. Ese rey sólo se ocupará de los ricos y poderosos que le dan de comer.

¡Qué mal le va a ir al pastor inútil, que no cuida del rebaño! ¡Ojalá que con una espada le corten una mano, y que con un cuchillo le saquen los ojos!

Aquí puedes darte cuenta que para Dios es importante que aquella persona que da la buena noticia a otros,  lo hace con amor,  muestra interés por los demás, se interesa realmente por la gente, de manera que imita a Jesús, que es el Buen Pastor, que apacienta y cuida a sus ovejas. Pero sabes, el pastor de ovejas, cuando cumple con su tarea, llevaba un cayado, que era largo con un gancho, el cual podía extenderlo para agarrar a la oveja que se intentaba alejar de El, así cada hombre, jefe de familia debe gobernar bien su casa, para no ser un pastor inútil.

Asimismo, el hombre debe tomar la decisión voluntaria de seguir el camino correcto, vivir apegado a la Palabra de Dios, para conocerle cada día más y entonces, el hombre construirá una vida llena , de sabiduría, y, por ende bajo la cobertura de Dios. Así también, cuando sucede lo contrario y  el hombre desobedece, entonces el hombre no cumple con su parte del pacto, por lo que Dios retira la protección.

No obstante, es importante que el hombre entienda que Dios es un Dios de pacto y El siempre cumplirá su parte, pues Dios es incondicional pero el hombre debe sujetarse a Dios y mostrar su obediencia para que esté bajo la cobertura de Dios.


Con Alta Estima,

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