El Dios todopoderoso también me dio este mensaje: Grande
es mi amor por Jerusalén; y así de grande es también mi enojo contra sus
enemigos. Pero volveré a vivir en ella, y será llamada “Ciudad Fiel”; habitaré
de nuevo en mi templo, y Sión será llamado “Monte Santo”. Yo soy el Dios de
Israel, y juro que así será.
En las calles de Jerusalén jugarán los niños y las niñas,
y descansarán los ancianos y las ancianas, apoyándose en sus bastones. Yo soy
el Dios de Israel, y juro que así será. Cuando llegue ese día, los que hayan
quedado con vida creerán que esto es imposible, pero nada hay imposible para
mí. Yo soy el Dios de Israel, y juró que así lo haré.
Yo rescataré a mi pueblo de los países del este y del
oeste, y lo haré volver a Jerusalén. Será mi pueblo y yo seré su Dios; un Dios
fiel y justo. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así lo haré. Ustedes han
oído mi mensaje por medio de mis profetas, desde que se puso la primera piedra
para reconstruir mi templo. Por lo tanto, ¡anímense!
Antes de empezar la reconstrucción no se les pagaba a los
trabajadores ni se alimentaba a los animales; por culpa del enemigo nadie
viajaba con tranquilidad, y todos se peleaban contra todos, Pero ya no voy a
tratar así a los que aún quedan con vida. Yo soy el Dios de Israel, y les juro
que así será.
¡Habitantes de Judá! ¡Pueblo de Israel! Ustedes fueron
entre las naciones un pueblo al que todos maldecían pero yo los salvaré y serán
una bendición. Sembrarán sus campos en paz, y sus viñedos darán mucho fruto; el
cielo enviará sus lluvias y la tierra dará sus cosechas. Todo eso les daré a
ustedes, los que han quedado con vida. Por lo tanto, ¡anímense!
¡Habitantes de Judá y de Jerusalén: Sus antepasados me
hicieron enojar; por eso los destruí sin compasión. Pero no tengan miedo, que
ahora voy a tratarlos bien. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así lo
haré.
Estos son mis mandamientos. Digan siempre la verdad,
procuren hacer la paz, y traten a todos con justicia. No hagan planes malvados
en contra de sus semejantes, ni hagan juramentos falsos, porque todo eso lo
aborrezco. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así es.
El Dios todopoderoso también me dio este mensaje:
Habitantes de Judá: amen la paz y la verdad. Así serán muy felices cuando
ayunen en el mes cuarto, y en el quinto, séptimo y décimo. ¡Será como si
estuvieran de fiesta!
Vendrán muchos pueblos y naciones, y pasarán de una
ciudad a otra diciéndole a la gente: “Busquen la bendición de Dios. Nosotros también
la buscaremos! Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será.
Cuando llegue ese día, muchos pueblos y naciones
poderosas vendrán a Jerusalén para pedirme que los trate con bondad. Diez
hombres buscarán a un judío, y agarrándolo de la ropa le dirán en otro idioma: “Déjanos
acompañarte a Jerusalén! ¡Sabemos que Dios está con ustedes! Yo soy el Dios de
Israel, y les juro que así será.
Aquí puedes darte cuenta que para Dios no hay nada imposible, pero es fundamental que el hombre
se visualice en un futuro de manera que su vida sea construida con fundamento
en Jesucristo para que las bendiciones que Dios ha prometido sean dadas, por lo
que es necesario que el hombre se arrepienta y viva en rectitud y, entonces
será bendecido.
No obstante, es de prioridad para Dios que el hombre
guarde su corazón, que busque a Dios para que esté cerca de El, que muestre en
su actitud congruencia en lo que dice y en lo que hace, y por ende, vivirá en
paz y seguridad.
Por tanto, ¡Anímate! El tiempo apremia, y el hombre debe
darse prisa y buscar a Dios, que reciba a Jesucristo para que habite en su ser
interior y entonces reciba sus bendiciones, y sabes, de ahora en adelante vivirá con alegría, con
gozo y con mucha riqueza espiritual.
Con Alta Estima,
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