sábado, 27 de septiembre de 2014

…Se llenarán de alegría por lo que yo haré con ellos…



Dios continuó diciendo: Yo soy el Dios de Israel. Pídanme lluvia en época de sequía y yo haré que llueva en abundancia. Yo soy quien forma las tormentas y quien hace que los campos produzcan. Pero los ídolos son engañosos; los adivinos sólo dicen mentiras. Engañan a la gente con sus sueños, y escucharlos no da ningún consuelo. ¡Por eso ustedes andan perdidos, como un rebaño sin pastor!

Yo soy el Dios de Israel, y voy a castigar a esos pastores porque estoy muy enojado con ellos. Yo mismo cuidaré de mi pueblo. Judá es ahora un rebaño de ovejas, pero pronto voy a convertirlos en briosos caballos de batalla. De entre ellos saldrán grandes jefes que brindarán su apoyo a mi pueblo; serán como la estaca de una tienda, como un arco para lanzar flechas, ¡como la piedra principal de un edificio! Serán como los soldados valientes que luchan en medio del lodo; lucharán contra soldados de a caballo y les ganarán la batalla, porque yo estaré con ellos.

Yo soy el Dios de Israel, y escucho las oraciones de mi pueblo. Yo fortaleceré a la gente de Judá y salvaré a todos los israelitas; los haré volver a su tierra, y parecerá que nunca los rechacé porque les mostraré mi compasión.

Los israelitas se alegrarán como se alegran los soldados cuando han tomado mucho vino; cuando sus hijos vean esto, también se llenarán de alegría por lo que yo haré con ellos.

Cuando les dé la señal, los llamaré y volveré a reunirlos; y cuando los haya salvado, volverán a ser un pueblo numeroso como lo fueron en tiempos pasados. Yo los dispersé entre las naciones, pero aun allí se acordarán de mí, y regresarán a su tierra en compañía de sus hijos.

Los haré volver a Egipto y Asiria, y los haré vivir en Galaad y en la región del monte Líbano; pero serán muchos cuando vuelvan y no habrá lugar para todos. Angustiados, cruzarán el mar, pero yo calmaré sus olas y secaré por completo el río Nilo; ¡yo acabaré con el poder de Egipto, y pondré fin al orgullo de Asiria! Yo fortaleceré a mi pueblo, y en mi nombre avanzarán sin miedo. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así será.

Aquí puedes darte cuenta que para Dios nada es imposible, lo esencial es que el hombre confíe en El, que ponga su vida en las manos de Dios y El hará cosas inverosímiles, cambios que sólo  con oración y confianza en el Creador el hombre puede lograr pues al  buscar a Dios, entonces el hombre deposita su confianza en El, se hace fuerte  y Dios le ayuda a cambiar ese corazón duro  que le impide su crecimiento espiritual.

Por lo tanto, es importante que el hombre enderece su camino que se vuelva al Señor y se convierta en un valiente guerrero, como un arco para guardar flechas, pues lo verdadero es que el hombre a través de su Palabra guiará esas flechas a su objetivo, una vida con convicciones firmes, teniendo como roca fundamental a Jesucristo.

Ahora bien, el hombre debe estar consciente que este proceso de mejora debe ser constante, de manera de  ser una persona diferente, pero bien sabes, a veces el hombre transita lodo cenagoso pero  asido de Dios vencerá pues Dios es misericordioso y El le dará la victoria.

¡Animo! Es el momento de que el hombre se apegue a la Palabra de Dios y  haga cambios en su vida para que sea una persona diferente.


Con Alta Estima, 

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