Sabes, este reino lo puedes comparar con el reinado de tu
propia vida, aprender a caminar como el rey David conforme al Espíritu Santo,
pues como creyente eres renovado con el nuevo nacimiento aunque el morir al “Yo”
es todo un proceso diario, una constante lucha, pero lo esencial es que cada
persona se dé cuenta que Jesucristo debe reinar en tu vida, pues la mayoría de
las veces como ser humano tienes debilidades que vencer pero apegado a la
palabra de Dios y con obediencia puede lograr la transformación para tu vida.
Así pues, es importante que cada persona obedezca los
mandatos de Dios, pues Dios no puede ser burlado, pues los resultados son malos
después de cada paso equivocado y trae consecuencias a largo plazo además de
que afectan a otros, a los que se encuentran más cercanos a ti, pues el
espíritu de rebelión se extiende, como la desobediencia, la maldad, la lujuria,
como es el caso del rey David, él como padre no puede llamarle la atención a su
hijo Amnón, se siente impotente porque ve que su hijo está siguiendo sus pasos.
Asimismo, cuando el ser humano no puede resolver los problemas, pues ya no
están bajo su fuerza, al reconocer sus faltas, arrepentirse, Dios le otorga el
perdón pero los resultados de sus acciones pueden seguirse cosechando por mucho
tiempo, como en el caso del rey David, durante el resto de su reinado. Lo bueno
del rey David fue que reconoció su falta y respondió al primer llamado de Dios,
a través del profeta Natán y entendió que desobedeció a los mandatos de Dios
Así Dios seguía dándole victorias David, y como rey de los
israelitas, David siempre fue bueno y justo con ellos.
Los principales asistentes de David fueron los siguientes:
Joab hijo de Seruiá, que era jefe del ejército, Josafat hijo de Ahilud, que era
secretario del reino, Sadoc hijo de Ahitub y Abimélec hijo de Abiatar, que eran
sacerdotes, Seraías, que era su secretario personal, Benaías hijo de Joiadá,
jefe del grupo filisteo al servicio del rey, y los hijos de David, que eran
sacerdotes.
Cuando todos los reyes que estaban bajo el poder de
Hadad-ézer vieron que David lo había derrotado, hicieron la paz con Israel y
quedaron al servicio de David.
Llegó la primavera, que era cuando los reyes salían a la
guerra, ese año David envió a Joab y a los jefes de su ejército a pelear contra
los amonitas, pero él se quedó en Jerusalén, y Joab y todos sus hombres
vencieron a los amonitas y conquistaron la ciudad de Rabá. Una tarde, después
de haber descansado un poco, David se levantó y comenzó a pasear por la azotea
de su palacio, de pronto, vio que una mujer muy hermosa se estaba bañando,
David mandó enseguida a uno de sus sirvientes a preguntar quién era ella, el
sirviente volvió y le dijo que se llamaba Betsabé, hija de Eliam, y que estaba
casada con un hitita llamado Urías. Entonces, David mandó a traerla, y cuando
se la llevaron, tuvo relaciones sexuales con ella, luego ella regresó a su
casa, pues apenas había tenido su periodo de menstruación, y estaba cumpliendo
con los ritos de purificación, Betsabé quedó embarazada, así que mandó a
decirle a David que iba a tener un hijo suyo, al oir esto, David le ordenó a
Joab que le mandara a Urías el hitita, pues quería hablar con él, Joab así lo
hizo y cuando Urías llegó le ordenó que fuera a descansar a su casa, en cuanto
Urías salió del palacio, el rey le envió de lo mejor de su comida y bebida,
pero Urías no fue a su casa, sino que se quedó a dormir a la entrada del
palacio, junto con los soldados de la guardia personal del rey. Entonces David lo
mandó llamar y le preguntó, ¿por qué no dormiste en tu casa? Y Urías le
contestó, mal haría yo en ir a mi casa a comer, beber y tener relaciones
sexuales con mi esposa, mientras el cofre del pacto de Dios y todo el ejército
están en el campo de batalla, entonces David le dijo a Urías, quédate aquí por
lo menos esta noche, y mañana volverás al campo de batalla, y enseguida lo
invitó a comer y beber, hasta emborracharlo, David creía que así Urías se iría
a su casa sino que de nuevo se quedó con los soldados de la guardia personal
del rey. Por la mañana, David escribió una carta y se la dio a Urías, para que
se la entregara a Joab, la carta decía, Pon a Urías en el frente, donde la
batalla sea más dura y peligrosa, luego déjalo solo para que lo maten, Joab así
lo hizo, cuando ya había rodeado con su ejército la ciudad de Rabá puso a Urías
a pelear donde estaban los soldados enemigos más valientes, cuando esos
soldados salieron a pelear contra los hombres de Joab, mataron a algunos de los
soldados de David, y entre ellos a Urías. Entonces Joab mandó un mensajero a
darle la noticia a David, le dijo los enemigos nos estaban ganando y hasta
salieron de la ciudad a pelear en el campo, pero los hicimos retroceder hasta
el portón de la ciudad, desde el muro de la ciudad nos disparaban flechas, y
algunos de nuestros mejores hombres cayeron muertos, entre ellos también murió
Urías, el hitita que tan fielmente servía a su Majestad. David le contestó,
dile a Joab que no se preocupe, en la guerra cualquiera puede morir. Cuando la
mujer de Urías supo que su esposo había muerto, se puso muy triste, pero luego
de que ella guardó su luto acostumbrado, David mandó a llamarla y se casó con
ella, tiempo después, ella tuvo un hijo, sin embargo, a Dios no le gustó lo que
David había hecho.
Entonces, Dios envió al profeta Natán para que le diera a
David este mensaje, En cierta ciudad había dos hombres, uno de ellos era rico,
y el otro era pobre, el rico tenía muchas ovejas y muchas vacas, en cambio, el
pobre sólo tenía una ovejita, la había comprado, y él mismo la había criado y
cuidado como si fuera su propia hija. Tanto quería ese hombre a la ovejita que
hasta le daba de comer de su mismo plato, y la dejaba recostarse y dormir en su
pecho, y así la ovejita fue creciendo junto con los hijos de ese hombre. Un día
llegó un visitante a la casa del rico, y el rico lo invitó a comer, pero como
no quería matar ninguna de sus ovejas ni de sus vacas, le quitó al pobre su
ovejita y la mató para darle de comer al visitante. Al oír esto, David se enojó
muchísimo contra el hombre rico y le dijo a Natán, pero ¿cómo pudo hacer eso?
Ese hombre no tiene sentimientos, te juro por Dios que ahora tendrá que pagarle
al pobre cuatro veces más de lo que vale la ovejita, y además, ¡merece la
muerte!, entonces Natán le dijo, ¡Pues tú, David, eres ese hombre! Y ahora el
Dios de Israel quiere que oigas esto: yo te hice rey de todo mi pueblo, yo te
cuidé para que Saúl no te matara, hasta te di su palacio y sus mujeres, y aun
te habría dado mucho más, si tú así lo hubieras querido, ¿por qué te burlaste
de mí, que soy tu Dios? ¿por qué hiciste lo que yo prohíbo? En realidad no
fueron los amonitas quienes mataron a Urías, lo mataste tú, y lo hiciste para
quedarte con su mujer. Pero ahora, por haberte burlado de mí, y por haberle
quitado a Urías su mujer, siempre habrá en tu familia muertes violentas. Tus
propios hijos te harán sufrir mucho, si a escondidas tuviste relaciones
sexuales con la mujer de otro, yo haré que otros tomen a tus mujeres y se
acuesten con ellas delante de todo el mundo. David le dijo a Natán, reconozco
que he pecado contra Dios y que he hecho lo que a él no le gusta. Natán le
contestó, por eso mismo Dios te ha perdonado, y no vas a morir, pero por
haberte burlado de él, no vivirá el hijo que tuviste con Betsabé. Después de
decir esto, Natán se fue a su casa. En efecto, Dios hizo que el niño se
enfermara gravemente, David no comía nada, y se pasaba toda la noche tirado en
el suelo, rogándole a Dios que curara al niño, al séptimo día, el niño murió.
Los consejeros no se atrevían a decir nada a David, pero David se dio cuenta de
que sus consejeros le ocultaban algo, y comprendió que su hijo ya había muerto.
De inmediato, David se levantó del suelo y se bañó, se perfumó y se cambió de
ropa, luego fue a adorar a Dios a la carpa donde estaba el cofre del pacto.David
fue a consolar a Betsabé, y tuvo relaciones sexuales con ella, con el tiempo
ella tuvo un hijo, y David le puso por nombre Salomón, fue tanto el amor de
Dios por el niño, que envió al profeta Natán para que les dijera, En mi honor,
este niño se llamara Jedidías, que significa “Amado de Dios”.
Mientras tanto, Joab había seguido atacando la ciudad de
Rabá, pues allí vivía el rey de los amonitas, cuando ya estaba por conquistarla
mandó a decirle a David que reuniera a
todo su ejército y venga a tomar la ciudad, David le quitó al rey la corona, la
cual era de oro, pesaba treinta y tres kilos, y tenía una piedra preciosa,
David le quitó a la corona esa piedra preciosa y la puso en su propia corona y
se llevó además gran parte de las riquezas de la ciudad, a la gente que vivía
en la ciudad la obligó a hacer ladrillos, como lo había hecho con todas las
ciudades amonitas que había conquistado, después de eso, David y su ejército
regresaron a Jerusalén
Uno de los hijos de David, que se llamaba Absalón, tenía una
hermana muy hermosa llamada Tamar, otro de los hijos de David, que se llamaba
Amnón, se enamoró perdidamente de ella, como Tamar era todavía muy joven y no
había tenido relaciones secuales, Amnón no encontraba la manera de estar a
solas con ella. Jonadab le aconsejó, pues métete en la cama y haz como si
estuvieras muy enfermo y pídele a tu padre que mande a tu hermana Tamar, que
necesitas a alguien que te prepare la comida y te la dé en la boca, así lo
hizo, y David mandó llamar a Tamar y le dijo, ve a la casa de tu hermano Amnón
y hazle de comer, Amnón le dijo, tráeme el pan a la cama, y dame de comer en la
boca, pero cuando ya estuvo cerca, Amnón la agarró por la fuerza y le dijo, Ven
hermanita, acuéstate conmigo, Tamar le contestó, no, hermano mío, no me
obligues a hacer algo tan malo y vergonzoso, si me violas, yo tendré que vivir
con esa vergüenza y tú quedarás en Israel como un malvado. Yo te ruego que le
pidas al rey que me deje ser tu esposa, estoy segura que él aceptará, pero
Amnón no le hizo caso y como era más fuerte que ella, la forzó a tener
relaciones sexuales con él. Cuando Absalón lo supo, la tranquilizó y le dijo,
hermanita lo que ha hecho Amnón contigo es terrible, pero no le guardes rencor
porque es tu hermano. Cuando David se enteró de lo que había pasado, se puso
muy enojado, sin embargo, no castigó a Amnón, pues era su hijo mayor y lo
quería mucho, Abasalón, por su parte, dejó de hablarle a Amnón, pues lo odiaba
por haber violado a su hermana.
Pasaron dos años, un día Absalón invitó a todos los hijos
del rey a Baal-hasor, cerca de Efraín, allí había fiesta, porque era la época
en que se cortaba la lana a las ovejas, pero el rey le contestó, hijo mío, te
agradezco la invitación, pero si vamos todos vas a gastar mucho dinero, sin
embargo, le dio su bendición, entonces Absalón le propuso, si usted no puede
ir, al menos permita que vaya mi hermano Amnón, tanto presionó Absalón al rey,
que al fin, dejó que Amnón y sus otros hijos fueran a la fiesta, allí Absalón
le dijo a sus sirviente, vigilen bien a Amnón y cuando ya esté muy borracho y
yo les diga que lo maten, mátenlo, los sirvientes de Absalón cumplieron sus
órdenes. Durante muchos días David lloró la muerte de su hijo Amnón, aunque
también extrañaba a Absalón, pero Absalón huyó a Guesur y se quedó allí tres
años, bajo la protección de Talmai, hijo de Amihud, que era rey de ese lugar.
Joab se dio cuenta de que el rey David extrañaba mucho a Absalón, más tarde, el
rey llamó a Joab y le dijo, Tú ve y ocúpate de que vuelva mi hijo Absalón pero
no quiero verlo, que se vaya a su casa. En todo Israel no había un hombre tan
bello y atractivo como Absalón, pues no tenía ningún defecto, el pelo se lo
cortaba cada año, tuvo tres hijos y una hija, su hija se llamaba Tamar y era
una joven muy hermosa.
Absalón vivió dos años en Jerusalén, y durante todo ese
tiempo nunca se le permitió ver al rey, Abasalón le pidió a Joab que fuera a
ver al rey de su parte, pero Joab no aceptó, una vez más se lo pidió y él se
negó a ir. Entonces Absalón les dijo a sus sirvientes, Joab tiene un campo
junto al mío y está lleno de cebada, vayan y préndanle fuego. Joab fue a hablar
con Absalón y le dijo, ¿por qué mandaste a quemar mi campo?, y Absalón le
contestó, porque quiero que vayas a ver al rey y le des este mensaje, ¿para qué
me hiciste venir de Guesar, si no me dejas visitarte? Mejor me hubiera quedado
allí, Joab fue a ver al rey y le dio el mensaje de Absalon , entonces David lo
mandó a llamar y le dio un beso.
Tiempo después, Abasalón todos los días se levantaba muy
temprano y se paraba a un lado del camino, a la entrada de la ciudad, si
alguien iba a ver al rey para arreglar sus problemas, así pasaron cuatro años,
un día Absalón le dijo al rey, cuando yo vivía en Guesur, le prometí a Dios que
si él me permitía volver a Jerusalén, yo iría a Hebrón para adorarlo, yo te
ruego que me dejes ir allá para cumplir mi promesa. El rey le dijo que podía
irse tranquilo, y Absalón se fue acompañado de doscientos hombres pero ninguno
de ellos conocía los planes de Absalón, cada día era más la gente que se unía a
Absalón, de modo que la rebelión contra David fue cobrando fuerza. Un mensajero
fue a decirle a David, Absalón se está ganando la simpatía de todos los
israelitas y ahora ellos lo apoyan. El rey David huyó con su familia y toda su
gente, los asistentes de David se pusieron a su lado, y toda la gente marchó
delante de David. Cuando David y toda su gente llegaron al río Jordán, se
quedaron a descansar allí, pues estaba muy cansado. Cuando Absalón se enfrentó
a los hombres de David, iba montado en una mula, de repente al pasar por debajo
de un gran árbol, se le atoró la cabeza entre las ramas y se quedó colgado
mientras que la mula siguió corriendo, enseguida Joab fue al árbol donde
Absalón todavía estaba colgado y le clavó tres flechas en el pecho, los diez
ayudantes de Joab lo rodearon a Abasalón y acabaron de matarlo, luego echaron
su cuerpo en un hoyo muy grande que había en el bosque y taparon el hoyo con
piedras. El rey David se puso muy triste al saberlo y se fue a llorar al cuarto
que estaba sobre la entrada de Mahanaim, Joab fue entonces al palacio y le dijo
al rey, por lo visto, su Majestad ama a los que le odian y odia a los que le
aman, me permito sugerir que salga usted ahora mismo y anime a su ejército,
entonces el rey se levantó y ocupó su trono a la entrada de la ciudad de
Mahanaim, y sus soldados marcharon ante él.
Por lo que sería bueno, considerar que apegados a la Palabra de Dios,
el Espíritu Santo mora en cada persona y te motiva a tener una conciencia profunda
y desarrollar una voluntad firme creando un compromiso con Dios, manteniendo
una libertad con responsabilidad, evitando tiempos de ocio ya que propician que
la mente y tus pensamientos se desvíen de los parámetros establecidos y no
exponerlos a tentaciones que pueden estar fuera del control de las emociones que
impidan vivir en comunión con Dios.
Que tu corazón, tu mente, tus pensamientos,
muestren tu temor a Dios, pues Dios no hace concesiones, es necesario acatar
sus instrucciones.
Con Alta Estima,
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