sábado, 6 de julio de 2013

Los reyes...

Sabes, un desierto es un lugar desvastador para vivir pues tiene una vegetación pobre debido a que el clima es extremoso, o muy caluroso o muy frío, pedregoso o arenoso y donde escasea la lluvia. Así en la vida el ser humano a veces vive en desiertos emocionales y espirituales y a veces no lo detecta, y realmente son las actitudes, las acciones  que tienes ante los demás en tu cotidiano vivir que te lleva a experiencias de desierto. Pero es conveniente, que sepas que a Dios le importan tus actitudes, pues cuando la persona se queja constantemente de todo, demuestra  malas actitudes o actitudes negativas, resentimientos por circunstancias fuera de tu control, que hacen que tu vida muestre dureza, sin alegría, sin ánimo, sin gozo, quizá por no apegarte a la Palabra de Dios, pues ella te da fortaleza,  y te ayuda a que tu fe crezca y que no pierdas la vida abundante que Dios ofrece como promesa para tu vida.

Así pues, cuando el pueblo de Israel estaba en Cades, Moisés envió al rey de Edom un mensaje, que sus familiares se fueron a vivir a Egipto y tuvieron algunos problemas pero Dios les ayudó y mandó a su ángel  para que los sacara de Egipto, y ahora que estaban en la ciudad de Cades frontera misma de su país, un favor le pedimos que nos dejes pasar por tu territorio, te prometemos no pasar por los campos sembrados ni por los viñedos ni tomar agua de tus pozos, pero el rey de Edom contestó no te atrevas a entrar en mi país, si lo hacen ordenaré a mi ejército que los ataque, los israelitas insistieron al rey pero él contestó no los voy a dejar pasar, y los israelitas tuvieron que buscar otro camino.

Entonces, los israelitas salieron de Cades y se fueron hacia el monte Hor, a un lado de Edom y entrando allí Dios le dijo a Moisés, que Aaron ya estaba por morir pues no iba a entrar al país que les dio a los israelitas porque no confiaron en El y desobedecieron en Meribá y, le dijo a Moisés que llevará a Aaron a la parte alta del monte Hor pues allí moririría,  y que cuando muriera le quitara la ropa de sacerdote y se la diera a su hijo Eleazar. Después que murió bajaron del monte Moisés y Eleazar, entonces el pueblo se dio cuenta de que Aaron había muerto, y lloró por el durante treinta días.

Siguieron los israelitas por el camino Atarim, y el rey cananeo que vivía en el desierto del sur supo que los israelitas venían los atacó y apresó alguno de ellos, los israelitas le pidieron ayuda a Dios y él les concedió vencer y destruir todas las ciudades de sus enemigos, mataron a los cananeos y llamaron a ese lugar Hormá.
Del monte Hor los israelitas se fueron al mar de los Juncos pero no pasaron por el territorio de Edom, en el camino la gente se desesperó y empezó a protestar contra Dios, que no tenían pan ni agua y que estaban cansados de la comida deshabrida, entonces Dios les mandó serpientes venenosas para que los mordiera, y los que eran mordidos se morían y fueron muchos los que murieron, entonces los israelitas le dijeron a Moisés reconocemos que hemos hecho mal en protestar contra Dios, pero pídele por favor que se lleve a las serpientes. Moisés le pidió a Dios que perdonará al pueblo y Dios le dijo que hiciera una serpiente de bronce, y que cuando fueran mordidos, diles que miren a la serpiente de bronce y sanarán, y así sucedió, al que mordía la serpiente,  miraba a la serpiente de bronce y así no le pasaba nada. Como puedes ver, el pueblo israelita constantemente se quejaba con lo que mostró actitudes negativas, no respetaban ni honraban a Dios, por lo que Dios se enojaba con ellos y les enviaba pruebas para que aprendieran a controlar sus emociones y supieran tener buena actitud ante las adversidades.

No obstante, los israelitas siguieron su camino y llegaron a Obot, de allí se fueron al este de Moab y acamparon en un lugar llamado Iié-abarim, que está en el desierto, luego acamparon en el arroyo Zered y de allí se fueron al otro lado del río Arnon, que separa el territorio de Moab de los amorreos y está en pleno desierto. Del río Arnón los israelitas se fueron a un lugar llamado Pozo, pues Dios le había ordenado a Moisés que reuniera al pueblo y les dio a beber agua. Luego, se fueron del desierto, los israelitas pasaron por Mataná, Nahaliel, Barnot y por el valle que está en el territorio de Moab y al final llegaron a la cumbre del monte Pisgá, desde donde se ve el desierto.

Entonces, los israelitas enviaron este menaje a Sihón, rey de los amorreos, que por favor los dejara pasar por su territorio, que se mantendrían en el camino principal hasta salir de su país, pero el rey Sihón en vez de darles permiso de cruzar su país, reunió a su ejército y atacó a los israelitas en el desierto, cerca del pueblo llamado Jahas, pero los israelitas lo vencieron y se adueñaron de su país. Así fue como los israelitas se quedaron a vivir en el territorio de los amorreos.

Después se fueron al territorio de Basán, pero el rey Og fue a Edrei con todo su ejército para pelear contra ellos, y Dios les dijo que no tuvieran miedo que con su ayuda los iba a vencer a él y a todo su ejército y que hiciera lo mismo que hicieron con los amorreos y así fue como los israelitas mataron a Og y a su ejército y a toda su gente, y se quedaron a vivir en su país.

Después, los israelitas continuaron su viaje y pusieron su campamento en el valle de Moab, que está al este del río Jordán, frente a Jericó, Balac hijo de Sipor, era el rey de Moab y, cuando supo Balac todo lo que los israelitas habían hecho a los amorreos, él y su pueblo se llenaron de miedo, pues los israelitas eran muchísimos, y Balac mandó a llamar a los jefes madianitas y los mandó con un mensaje a Balaam, hijo de Beor quien vivía con su familia en Petor, ciudad que estaba junto al río Eufrates,  y decía el mensaje que un pueblo enorme que huyó de Egipto ha acampado frente a nuestro territorio y es muy poderoso, que si podría venir para echarles una maldición, pues sabía que cuando él bendecía a alguien, le iba bien en todo y cuando lo maldecía, le iba mal en todo, por favor ven y maldice al pueblo de Israel, quizá pueda vencerlo y expulsarlo de este territorio y le llevaron dinero para que hiciera esto. A estos líderes de Moab y de Madián, les pidió Balaam se quedarán esa noche y en la mañana él les diría lo que Dios quería que él hiciera, pero Dios le dijo que no fuera con esos hombres ni les echara maldición al pueblo, pues Dios haría que le vaya bien en todo. Entonces, Balaam le dijo a esta gente, que se fueran porque Dios le había dicho que no fuera con ellos.

Insistió nuevamente Balac pero Balaam contestó que aunque le ofreciera un palacio repleto de oro y de plata, no haría lo que le pide, que no podía desobedecer al Dios de Israel, les pidió se quedarán esa noche y a ver que Dios le decía, entonces por la mañana Dios le dijo que fuera pero que sólo haría lo que El le dijera, pero Dios se enojó mucho con Balaam por haberlo desobedecido, y como viajaba en su burra, la burra al ver al ángel con la espada se salió del camino y Baalam le pegó, ella se hizo contra el muro y le aplastó el pie a Baalam, le volvió a pegar, pero la burra volvió a ver al ángel y ya no podía seguir en el camino y se echó al suelo y ya no dio un paso más, entonces Balaam le pegó con un palo. Y, en ese momento Dios hizo que la burra hablara y le reclamara que siempre le había servido, que lo llevaba por todos lados y nunca le había tratado mal y en ese momento Dios le permitió a Baalam que viera al ángel parado en el camino y listo para atacarlo con la espada, y el ángel le dijo que diera gracias a su burra porque estuvo a punto de morir y a la burra la habría dejado con vida. Balaam respondió, que si no quería que fuera a Moab, ahora mismo regresaría a su casa, pero el ángel le dijo, ve con ellos pero sólo dirás lo que yo te diga. Salió a su encuentro Balac, y le dijo pensaste que no te daría el dinero que te ofrecí, pero Baalam contestó que sólo haría lo que Dios le dijera. Balac hizo ofrenda a Dios, y un banquete para Baalam y los mensajeros, luego lo llevó a Bamot-Baal de donde se podía ver parte del campamento israelita.

Pero Dios le dijo a Baalam regresa a donde estaba Balac y le repites el mensaje que te he dado, No puedo maldecir a los israelitas ni condenarlos, pues los israelitas son un pueblo obediente, son gente buena, son gente de paz, al oir esto Balac se quejó con Balaam y Balaam le dijo sólo puedo decir lo que Dios me manda, pero insistió Balac y lo llevó a otro lugar para que se animara a maldecir al pueblo y lo llevó a Sofim, a la parte más alta del monte Pisgá y Dios se le apareció a Baalam y le dijo que regresara con Balac y que le diera el mensaje, Balac hijo de Sipor, Dios no dice mentira alguna ni cambia de parecer, Dios cumple lo que promete, Dios me ordenó bendecir a su pueblo, Dios es el rey de Israel y El vive en medio de su pueblo, no hay brujería que funcione contra el pueblo de Dios, Israel no descansará hasta ver vencido a su enemigo, y le dijo no puedo desobedecer a Dios.

Balac, entonces se lo llevó a otro lado, y se llevó a la parte más alta del monte Peor, desde allí se puede ver todo el desierto, como Baalam ya sabía lo que Dios quería, se quedó mirando hacia el desierto y cuando vio a todo el pueblo de Israel en sus tiendas de campaña, el espíritu de Dios tomó control de él y Baalam se puso a cantar, soy Balaam, hijo de Beor, y sé muy bien lo que Dios quiere, escuchen mi mensaje en nombre de Dios, que hermoso es tu campamento pueblo de Israel, eres como flores que Dios plantó, como árboles junto al manantial, Dios te sacó de Egipto, Israel, te sacó con una fuerza increíble, como la fuerza del búfalo, ahora, destruirás a tus enemigos, nadie se atreverá a molestarte, a los que te hagan bien, bien les irá, pero a los que hagan mal, mal les irá. Balac se enojó y mandó a Balaam a su casa,  y le dijo te prometí hacerte rico, pero Dios no te lo ha permitido, y Balaam le dijo pero antes de irme te anunciaré lo que el pueblo de Israel hará a tu pueblo en el futuro.

Y dijo Balaam esta es mi canción, he escuchado la palabra de Dios, mi conocimiento viene del Dios altísimo y mi visión la he recibido del Dios todopoderoso, lo que Dios me mostró todavía no ha sucedido, todavía está en el futuro, se levantará en Israel un rey que brillará como una estrella, que vencerá a todos sus enemigos, pobres de los que estén vivos cuando Dios haga todo esto. Luego, Balam regresó a su casa, y Balac se fue a su país.

Por lo que puedes ver que quejarte no cambia nada, más bien prevalece la naturaleza pecaminosa del hombre, lo importante es tomar buenas decisiones, elegir hacer lo bueno, pues el estado emocional que tu decidas adoptar para tu vida, es la actitud que muestras a los demás pero debes aprender a confiar en Dios y pedirle sabiduría para hacer a un lado las actitudes negativas, los patrones de pensamientos que traes desde un tiempo atrás, quizá desde tu infancia  para enfrentar la vida, cambiar de forma de pensar y apegándote a la Palabra de Dios, El te ayudará a reconocer las malas actitudes que te llevan a experiencias de desierto, a lugares inhabitados, de desolación e  irte preparando para un cambio que Dios ha diseñado para que puedas llegar a vivir en la tierra prometida. 

Con Alta Estima,

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