lunes, 1 de julio de 2013

La consagración...

Sabes, la consagración es  la entrega de obediencia a Dios, cuando a una persona Dios la ha elegido y le concede el honor de servirle, esta persona por amor renuncia a sus derechos, se separa de lo mundano para llevar una vida de santidad. Todo lo espera en Dios y hace lo que El quiere y cuando él lo ordena, no depende de la voluntad de la persona, pues proviene de la gracia de Dios.

Así pues, el pueblo israelita fue el pueblo escogido por Dios pero no todas las tribus de Israel fueron consagradas, sólo algunos de la tribu de Leví, de manera especial la casa de Aaron, hermano de Moisés, al elegirlos, Dios pide a Moisés le hagan unos trajes especiales confeccionados por un artista, pues a Dios le gustaría que lo honren y le den gloria sólo a El.

Y así Dios le ordenó a Moisés que llevará al pueblo y a Aaron y a sus hijos al Santuario y llevara los trajes sacerdotales, el aceite para la consagración, el ternero de la ofrenda para perdón de pecados, los dos carneros y la canasta de los panes sin levadura. Con este acto se representa el aspecto divino del Señor, la gloria de Dios y los panes, su humanidad, pues Jesucristo es el hombre perfecto, sin levadura y limpio de todo pecado quien está lleno de la unción del Espíritu Santo y su parte humana, sus sentimientos son llenos de misericordia.
   
Asimismo, Moisés le ordenó a Aaron y a sus hijos que se acercaran y los lavó con agua, luego les puso el manto sacerdotal, la túnica y sobre ellas el chaleco y se los ajustó con el cinturón a la túnica, en la cabeza le puso el gorro y sobre la frente le puso la placa de oro, en la que decía que Aaron había sido consagrado al servicio de Dios. Después Moisés tomó el aceite para la consagración  y con él consagró el santuario y todo lo que había en él, en el altar derramó aceite siete veces y en la cabeza de Aaron derramó aceite y así los consagró como sacerdotes y les puso los gorros, tal como Dios lo había ordenado.Después ellos 
presentaron la ceremonia para presentar a Dios la ofrenda del carnero y Moisés la recibió y la quemó sobre el altar. Así también dijo Dios que la ceremonia de consagración durará siete días y se hará esto mismo. Al terminar, Aaron extendió los brazos hacia el pueblo y lo bendijo. Como ves, las ofrendas por el pecado son la base para poder lograr la consagración a Dios y ser parte de este servicio que es santo para Dios, así también el holocausto es la ofrenda que consume el fuego, y que a través de Jesucristo quien murió y te salvó, Dios te acepta.

No obstante, Dios demostró su poder y envió fuego al altar y quemó toda la ofrenda puesta en el, y el pueblo le adoró. Luego, dos de los hijos de Aaron, Nadab y Abihú quemaron incienso no como Dios lo había ordenado y Dios envió fuego sobre ellos y les quitó la vida, entonces Moisés le dijo a Aaron, esto es lo que Dios tenía en mente cuando dijo: “Quiero que mis sacerdotes me obedezcan y que todo el pueblo me alabe” y Aaron se quedó callado. La muerte de sus hijos fue triste para Aaron, pero él tenía confianza en Dios y aceptó la decisión que tomó Dios; y por lo ocurrido, entendió que sus hijos no hicieron lo correcto, quisieron mostrar una madurez que no tenían todavía, tuvieron una actitud de soberbia y no entendieron que Dios les exigía a él y a sus hijos parámetros más altos que cumplir pues los había escogido como sus sacerdotes. Así pues, Aaron comprendió que hay ofrendas especiales  que debes hacerlas con mayor esfuerzo y obedeciendo las instrucciones dadas por Dios.

Por eso, también Dios dijo algunas prohibiciones a Aaron, que cuando entraran al santuario él y sus hijos no podían entrar con aliento alcohólico, pues ellos debían saber lo que es puro e impuro y obedecer los mandamientos y enseñarles al pueblo a hacerlo también

No obstante, después de todas las instrucciones que le dio Dios a Moisés en el monte Sinaí para las ofrendas, desde que Moisés consagró a Aarón y a sus hijos como sacerdotes de Dios, quedó establecido que  parte de las ofrendas que se presentan en honor a Dios será siempre para ellos.

Por lo que como nueva persona que eres es necesario creer que Jesucristo es quien mora en cada persona mediante su espíritu porque así lo dice la Palabra de Dios, por lo que es imprescindible obedecer sus enseñanzas y pedirle sabiduría para vivir bien en la tierra.


Con Alta Estima,

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