Las enseñanzas de Dios guardan un orden sobre el camino que
el ser humano debe seguir, por lo que es conveniente las aprendas de memoria y
medites en ellas, las escribas de tal modo que puedas atarlas a tus brazos,
escribirlas en las puertas de tu casa y en los portones de tus ciudades, para
que puedas recordarlas en todo momento, enseñárselas a tus hijos en todo
momento y lugar, y así ellos y tú vivirán largos años en esta tierra, si
obedecen siempre los mandamientos que hoy Dios da, y si aman a Dios y son
fieles, así Dios lo ha prometido.
Sería bueno que te preguntaras, ¿Qué piensas que Dios espera
de ti? Simplemente Dios desea que lo respetes, obedezcas y que lo ames y adores
con todo tu ser y que obedezcas sus mandamientos para que te vaya bien. Así
tendrás poder para conquistar la tierra prometida, pues Dios es dueño del cielo
y de la tierra, y de todo lo que hay en ella, y El hoy te ha elegido para que
seas parte de su pueblo que ahora es tan grande que es imposible contarlo, pero
quiere que dejes de ser terco, que no aceptes invitaciones que te alejen de
hacer lo bueno, que tengas presente el pacto que tienes con Dios, y él siempre
te tratará bien ya que El es el Dios soberano, de todos los dioses, de todos lo
reyes y de todas las naciones pues su poder hace temblar a todo el mundo y cuando
él toma una decisión, lo hace con justicia y nadie lo puede sobornar.
Así pues, estos son los mandamientos dados por Dios, No
tengan a otros dioses aparte de mí, No hagan ídolos ni imágenes de nada que
esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar, no se arrodillen ante
ellos ni hagan cultos en su honor, Yo soy un Dios celoso y castigo a los hijos,
nietos y bisnietos de quienes me odian, pero trato con bondad a todos los
descendientes de los que me aman y cumplen mis mandamientos. No usen mi nombre
sin el respeto que se merece, recuerden tomar el día séptimo como día de
descanso, es un día especial dedicado a mí, obedezcan y cuiden a su padre y a
su madre, así les irá bien y podrán vivir muchos años, no maten, no sean
infieles en su matrimonio, ni roben, ni hablen mal de otra persona, ni digan
mentiras en su contra, ni se dejen dominar por el deseo de tener lo que otros
tienen, cualquiera de sus pertenencias. Así el día de mañana que sus hijos les
pregunten que significan todas estas enseñanzas que Dios ha dado, aprendan a
reconocerlo que El es el Dios verdadero y que al ser obedientes a sus
enseñanzas, él les hará prosperar y les mantendrá con vida como hasta ahora,
pues Dios cumple su pacto con todos los descendientes de quienes lo aman y
obedecen sus mandamientos.
No obstante, no debes olvidarte de Dios, de obedecer sus
mandamientos que te da en este día pues a veces es fácil olvidarse de Dios
cuando todo marcha bien, cuando el hombre está lleno y tiene de comer, cuando
tiene una buena casa y bienes, pues cuando la gente tiene más y más, se vuelve
orgullosa y se olvida de Dios; pues Dios guió al pueblo israelita cuando
recorrió el desierto, lleno de serpientes venenosas y que nada les pasó, así
como cuando les dio de comer el pan del cielo, por eso debes tener presente que todas esas pruebas Dios se las envió para
probarlos y para bien del pueblo, para fortalecerlos, por lo que no debes
olvidar a Dios, quizá a veces llegues a pensar que todo lo que tienes y disfrutas lo
has conseguido con tu propio esfuerzo, más bien debes pensar que Dios es quien
te da todo eso.
Por lo que es importante, que cuando una persona acepta a
Dios en su vida, no puede seguir haciendo lo que le venga en gana, como hasta
ahora, pero a medida que se disciplina, desarrolla una voluntad firme y una
conciencia sólida, y así demostrará con su actitud que ha derrotado a todos sus
enemigos, vivirá en paz y tranquilidad, ya que al obedecer a Dios le irá bien a
él y a sus descendientes pues hará todo
lo bueno que él ha ordenado, cumplirá sus mandamientos sin quitarle ni
añadirles nada a sus enseñanzas.
Por lo que sería conveniente, que hoy mismo cada persona tome
la decisión de elegir si quiere que le vaya bien, o si quiere que le vaya mal, pero
teniendo presente que si obedeces sus mandamientos que hoy te da Dios, te irá
bien.
Con Alta Estima,
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